Capítulo 16

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—Molly, quieta —oí decir a Lya. Entré donde se escuchaban y encontré a Lya con sólo su pijama y un moño desordenado intentando cambiar el pañal de Molly.

—Trae, te ayudo —le dije entrando. Ella suspiró y miré a Molly. Ella se quedó quieta al verme, le puse el pañal nuevo, y tiré el sucio.

—Eres una pequeña traidora —dijo Lya fingiendo enojo.

—Mami —llamó Molly. La miramos, señaló sus labios y después a mí.

—No pequeña, ahora a dormir —dijo Lya, ella asintió y cerró sus ojitos. La tumbé en una cuna que había traído Allen y la arropé. Besé su frente y sonreí mirando su preciosa carita.

Salí de la habitación y fui a mi cuarto a ponerme el pijama.

— ¿Qué haces aquí Lya? —pregunté confundido.

— ¿Puedo dormir contigo? —preguntó con voz tímida.

—Por supuesto —asentí. Ella sonrió y se arropó entre las mantas al igual que yo. Noté que temblaba y hacía ruidos raros con su boca. Me incorporé un poco para intentar ver pero solo vi que tenía su boca tapada.

— ¿Lya, por qué lloras? —pregunté volteándola suavemente. Ella quitó su mano y se abrazó a mí.

—Yo... —sollozó sin poder hablar. La pegué a mí y besé su frente. Acaricié su pelo para que se calmara y así lo hizo a los pocos minutos.

—Tranquila —susurré besando su cabello, el cual olía a coco, — ¿Quieres hablar sobre lo sucedido? —Pregunté, ella negó y pego sus manos a mi pecho, —Duerme, nena —le susurré poniendo su cabeza en mi pecho.

Cerré mis ojos y sonreí al verla tan apegada a mí.

(...)

NARRA LYA

Abrí mis ojos al oír mi móvil sonar. Eran las cuatro y media de la mañana, lo cogí.

— ¿Si?

— ¿Lya? —era Megara.

— ¿Que quieres?

—Mamá y papá quieren...—corté la llamada, y apagué el móvil.

Cerré los ojos de nuevo y me dormí.

(...)

—Molly no hagas ruido —oí voces y me moví en la cama, —Uno, dos y tres —oí decir.

— ¡Sorpresa! —oí un grito haciéndome saltar.

Jared y Molly estaban con una tarta en la mano de chocolate en la que ponía "Feliz 20 Cumpleaños".

—Te acordaste —le dije a Jared, se encogió de hombros y tomó a Molly en brazos.

—Molly ayudó un poquito —me dijo. Miré la tarta y vi pequeñas marcas de deditos, reí al verlas.

—Se nota —probé la tarta y estaba rica, —Esta rica —dije orgullosa. Jared suspiró aliviado y seguí comiéndome la tarta mientras Molly jugaba con Jared.

(...)

— ¡Molly, no! —grité mientras le daba un pequeño manotazo en su mano. Ella hizo un puchero y rompió a llorar.

— ¿Qué pasa? —preguntó Jared asomándose, vio a Molly la cogió en brazos, —Ey, ¿qué pasó? —le susurró al oído.

—Mami —murmuró Molly señalándome.

—Molly, no debes comer tierra, cariño —la regañé.

—Pequeña, eso no se come. Ven ¿quieres comer tarta, un trocito pequeño? —preguntó Jared sonriéndole. Ella dejó de llorar y empezó a reír. Era impresionante lo bien que congeniaban esos dos.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora