Abrí mis ojos y vi que en encontraba sola en la cama. Me puse una bata de seda e hice una coleta alta en mi cabello. Bajé abajo y vi a Jared reír con un hombre de su edad.
— ¿Jared? —pregunté soñolienta.
— ¡Lya! Quiero presentarte a alguien —dijo Jared cogiéndome de la cintura, —Él es Evan, un compañero del gimnasio.
— Encantada —estreché su mano.
—Y yo, guapa —me quedé mirándolo y noté que tenía cierta pluma.
—Es gay.
— ¿Cómo está Molly? —pregunté.
—Durmiendo —dijo. Asentí y fui hacia arriba, me duché y me coloqué unos shorts grises deportivos, una camiseta ajustada púrpura y unos vans blancos.
—Cariño —llamé a Molly cuando llegué a su habitación. Ella empezó a llorar y la cogí en brazos como pude. Bajé abajo con ella y me senté en el sillón.
—Jared, ¿me puedes traer la medicina? —pregunté abrazando a Molly.
—Toma, ¿cómo está? —preguntó, senté a Molly y le di la medicina.
—Bebe, cielo —dije sonriéndole. Ella lo hizo a regañadientes y miró a Jared.
—Papi tu —dijo estirando sus manos a Jared. Él la cogió y fue con Evan. Me senté al lado de Jared mientras ellos hablaban.
—Tenéis una niña hermosa —dijo Evan, sonreí y acaricié mi vientre un poco abultado.
—Cómo su madre —dijo Jared. Oímos el timbre y me levanté, caminé a la puerta y abrí. Allí estaba una chica rubia con una expresión
—Hola ¿quién eres? —pregunté, ella entró empujando y miró buscando a alguien. Fijó su mirada en Evan y corrió hacia él.
— ¡Amor, porque me dejaste! —gritó, Jared frunció el ceño y me atrajo hacia él.
—Kattia, soy gay —ella se puso como un fantasma, —No te amo, no me pones, no me gustas. Ahora si me haces el favor sal de esta casa que no es ni tuya, ni mía —dijo Evan tranquilamente. Jared dejó a Molly en el sillón y miramos a la chica.
—Vale —vi que sacaba algo de sus shorts y fruncí el ceño. La vi correr hacia a Molly y corrí hacia allí pero antes de que llegara a mi pequeña, ella lo hizo y puso una navaja en su cuello.
—Oh que niña mas mona, sería una lástima que muriera —dijo mirándome, —Un paso más y la mato —dijo, jadeé.
—Kattia ellos no tienen nada que ver —dijo Evan, Molly empezó a llorar y la miramos.
— ¡Cállale! —gritó Kattia.
—Molly, aquí esta mamá, no llores pequeña —dije sollozando. Ella dejó de llorar y Kattia empezó a reír cómo una loca.
—Kattia deja a la niña —no vi cuando Jared la empujó y se le cayó la navaja. Cogí rápidamente a Molly y Jared llamó a la policía a la vez que la tenía retenida.
—Ya está, mi amor —le susurré a Molly mientras la abrazaba contra mí.
— ¿Está bien, Lya? —preguntó Jared poniéndose de cuclillas en frente nuestra, asentí y nos abrazó, —Ya está, nena —dijo besando mi nariz, asentí de nuevo y me tranquilicé.
—Señorita Kattia Kadavob queda detenida por intento de asesinato a un menor. Tiene derecho a guardar silencio, derecho a no declarar contra sí mismo, derecho a designar un abogado, derecho a que se informe al familiar o persona que lo desee...
Un grupo de agentes armados entró por la puerta, y fueron directos a Kattia.
— ¡Os voy a matar a todos! ¡Y a ti, Evan, date por muerto! —gritó, la metieron al auto y se fueron.
—Lo siento, Jared, está loca, lamento mucho esto Lya —dijo Evan avergonzado, asentimos, —Es mejor que me vaya, adiós.- dijo saliendo de la casa.
—Dios, y sólo han pasado dos horas —dijo Jared riendo. Le di un golpe en el hombro.

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Lya Thompson
Romance- ¿Morirías por mi? Le dije en un acto de rebeldía. - ¿Morir? Es muy fácil, instantáneo. Viviría por ti, vivir es más complicado, es más nosotros.