Capítulo 57 | FINAL

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Llegamos a casa de Víctor y tumbé a los bebés en el sofá-cama con almohadas a su alrededor para que no se cayesen. Suspiré recogiéndome el cabello en un moño y me senté en una silla.

— Toma —dijo Víctor dándome una bandeja con comida.

El desayuno.

—Gracias —susurré. Él me besó la frente y empecé a comer junto a él.

— ¿Estás bien?

Negué y suspiró. Mi móvil vibró ante la llegada de un mensaje de mi ex novio.

«Me voy de viaje unos días, quédate con los niños.»

Le respondí un "OK" a Jared y bloqueé el móvil. Miré a los bebés que estaban durmiendo y bebí del jugo de naranja.

Necesitaba mantenerme fuerte.

Pero no quería a mi niña sufriendo.

—Necesito que me ayudes —dije. Víctor asintió y acarició mi pierna.

—Dime.

—Tengo que tener a los bebés hasta que mi ex vuelva, necesito dos cunas o una por lo menos. Llamaré a mi ex cuñada para que me ayude y a una amiga pero lo fundamental es que tú me ayudes, por favor.

—Claro, sin problema.

Besé cortamente sus labios y me sonrió al separarnos. Fui al lado de Ian y Nick y acaricié la cabeza del primer mencionado.

Eran mis bebés.

Y lo iban a ser siempre.

SEIS AÑOS DESPUÉS...

— ¡Víctor ven! —grité a todo volumen. Mi marido asomó la cabeza por el ventanal de nuestra habitación y sonrió al verme acariciar mi gran tripa.

Estaba embarazada de 6 meses, de una pequeña Lya.

Y sí, seguía con Víctor. Me pidió matrimonio dos años después de habernos conocido en esa noche y hasta ahora, ha sido lo mejor que me ha dado la vida después de mis hijos.

— Estás preciosa, pequeña.

—Gracias, amor.

Besé a mi marido una vez más y vi a mi pequeña Molly corriendo hacia nosotros. Tenía 9 añitos y estaba hecha una mujer ya. Mis bebés, Ian y Nick, con sus 7 años, parecían dos replicas de Jared.

—Mamá, ayúdame con los deberes.

—Voy, cariño.

Caminé hasta abajo donde estaban Ian y Nick jugando con sus coches, y la mesa de Molly con sus libros del colegio. Víctor vino detrás mía y se puso a hacer la comida.

Tras pasar dos años de leucemia con Molly, lo superó. Ganó a esa mala enfermedad, después de mucha lucha, dolor, discusiones, lagrimas, incluso mucho amor. Jared desapareció totalmente cuando Molly se curó y no he vuelto a saber nada de él. Mi ex cuñada sigue manteniendo contacto conmigo y con los niños, ya que ella sí los considera su familia.

Víctor, ha sido un amor de marido y de padre.

Y aunque tenga sus más y sus menos siempre serán ellos, y sólo ellos.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora