Capítulo 39

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Estábamos preparándonos para ir a la casa de William, iríamos elegantes y sencillos.

Yo iba con unos jeans granate, una camisa blanca y unos zapatos negros elegantes.

Molly llevaba una falda rosa pastel, un suéter blanco crema, unas manoletinas blancas y una chaquetita rosa pastel. Su cabello estaba con dos coletas y estaba con su típica sonrisa.

Lya iba indescriptible, perfecta, y deseable. Llevaba un vestido negro de encaje entero hasta medio muslo y con mangas larga de encaje. Junto con unos tacones con un poco de plataforma altos de color negro.

Su cabello estaba recogido en una trenza y llevaba el perfume que le regaló Elena.

— ¿Nos vamos? Elena me acaba de enviar la dirección —dije cogiendo la manito de Molly. Ella asintió y me siguió hasta el coche. Entramos y le puse el cinturón de seguridad a Molly.

(...)

Llegamos y Lya bajó a Molly. La cogí de su manito y cerré el coche con seguro. Eran las nueve y cinco, había varios coches y algunos muy lujosos. Tocamos el timbre y le di un corto beso a Lya. Ella sonrió y me abrazó, Molly rió y la puerta se abrió por William.

—Hola —saludamos Lya y yo a la vez. Reímos y William nos dejó pasar.

—Bienvenidos, Elena está en el salón con mi sobrino y mi hija —dijo, asentí y fuimos hacia allí.

— ¡Tita Elena! —gritó Molly abrazando a Elena. Había un niño y una niña de unos seis o siete años alrededor de Elena que se quedaron mirando a Molly.

—Hola Elena —saludé besando la mejilla de hermana.

—Hola cuñada —saludó Lya a Elena. Esta nos saludó con un gesto de mano mientras abrazaba a Molly.

—Ha venido su madre, sus hermanos, que son dos y una hermana, su tía y su primo —dijo Elena nerviosísima.

—Chicos, vamos a cenar ya, Nat vamos —avisó una mujer de treinta y pocos años sonriéndonos amigable. Cogí de la cintura a Lya y de la mano a Molly, y fuimos junto a Elena a la mesa.

—Bueno, este es mi hermano Jared, su novia Lya y su hija Molly —nos presentó. Nos sentamos y empezamos a cenar el delicioso pollo.

(...)

—Atención, Elena y yo queremos decir algo — William llamó la atención y cogió la mano de Elena para que se pusiera de pie.

—Bien —dijo la madre de William.

— Quería presentar a Elena oficialmente como mi novia —dijo Will orgulloso. Mi hermana se sonrojó y todos se quedaron en silencio.

—Enhorabuena —felicitó Lya, intentando romper el momento de incomodidad.

—Mamá di algo.

— ¡Por fin! Muchas gracias, querida, felicidades —dijo la madre de Will abrazando a Elena.

—Gracias, Emma —dijo Elena sonrojada. Todos la felicitaron y Natalie, la hija de William, no sé separó de Elena.

Llegó la hora de irnos. Molly estaba durmiendo y Lya la llevaba en brazos.

—Elena, William, nosotros nos vamos. La cena estuvo encantadora y me agrada tu familia. Bienvenido a mi familia —dije estrechando su mano, asintió y nos despedimos de ellos. Monté a Molly en el coche y siguió durmiendo en brazos de Lya. Llegamos y nos bajamos, estábamos muy cansados. Aseguré el coche y entramos a la casa. Lya iba casi durmiendo así que cogí a Molly.

—Venga vamos, nena —le dije subiendo con cuidado. Le puse el pijama a Molly y la arropé. Fui a la habitación con Lya, y la vi que se caía de sueño.

— Ponme el pijama —me dijo con un puchero. Reí y le quité el vestido, la besé y le puse una camiseta de pijama blanca junto con el conjunto del short. Le quité la trenza del cabello y la tumbé. Me quité la ropa y la doblé en su sitio. Me quedé en bóxer y me metí en la cama con ella. Se pegó a mí y la abracé.

— Te quiero —susurré.

—Te quiero igual —susurró besando mis labios y abrazándose a mí.

—Buenas noches, nena —susurré arropándole de la cadera hacia abajo.

—Dulces sueños —susurró y con esa frase nos quedamos dormidos.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora