NICOLE EN MULTIMEDIA.
—Menos mal que llevabas el chaleco, sino seguramente estuvieras muy jodido —me dijo la enfermera que me estaba curando las heridas. Habíamos llegado al hospital, y se habían llevado a Lya para examinarla.
—Listo muchacho —dijo, asentí y salí de esa habitación. Caminé a la planta donde estaba Lya y vi a todos allí.
— ¿Os han dicho algo? —pregunté. Mi madre se tiró a abrazarme y me quejé.
— Perdón hijo, dios... no nos han dicho nada —dijo mi madre suspirando.
— ¿Dónde está Molly? —pregunté.
—La han llevado a curar —dijo Elena, asentí y vi a una enfermera salir con Molly en sus brazos.
—Aquí la tienen, nueva y preciosa. No le echaron nada y no tiene nada, está perfecta —dijo. La cogí en brazos con cuidado y la abracé. Ella rió y besé su frente.
—Papi —dijo riendo.
—Mi niña —le susurré, me senté en una silla y dejé que jugara con mis manos grandes.
(...)
Dos días después...
— ¿Familiares de Lya Thompson? —oímos una voz y me levanté.
—Soy su novio.
—Bien, esta estable. Tiene algunas contusiones pero está bien. El bebé también está bien, su desarrollo va fenomenal y sus corazones también —dijo, sonreí ante la noticia y asentí feliz, —Se encuentran en la habitación 28 de maternidad.
Llegué a ella, y sin pensar, entré.
—Mira, es mamá —le dije a Molly. Me acerqué y acaricié el vientre de Lya ahora más grande.
—Mami —la llamó Molly, me senté en un sillón de allí y suspiré mirando el rostro de Lya.
—Duerme princesa —le susurré a Molly, ella asintió y se acomodó en mi regazo a dormir. Observé a Lya y la impotencia me invadió. No podía hacer nada por despertarla, yo tenía un plan y ese plan era pedirle matrimonio.
Sonará loco pero quiero compartir mi vida entera con ella. Llegó y toda la mala hierba se fue, todo el dolor se esfumó, todo el rencor desapareció.
Oí mi móvil vibrar y lo cogí de inmediato.
— ¿Si?
—Jared, ¿cómo está Lya? —preguntó la voz de Megara.
— ¿Qué te importa?
—Se que piensas que solo quiero el mal para vosotros, pero no. Hablé con Lya hace una semana o así, y le dije que estabais invitados a mi boda.
— ¿Qué?
— Si... me voy a casar, no es mentira, lo digo enserio. Jared quiero saber cómo esta mi hermana.
—Esta... mal.
— ¿Podría verla?
—Sí, pero con mi presencia.
—Está bien, ¿dónde se encuentra?
—En el Hospital de la primera vez, cuando vinieron tus padres, en la habitación 28 de maternidad.
— ¿Maternidad?
—Está embarazada —dije sonriendo mirando a Lya.
— ¡Seré tía de nuevo! Gracias Jared, de verdad, quiero recuperar a mi sobrina y a Lya. Bueno, ahora nos vemos.
—Adiós.
(...)
— ¿Puedo pasar? —oí la voz de Megara y miré a la puerta con los ojos cansados y irritados.
—Sí, si —respondí moviéndome. Molly estaba demasiada cansada y dormía casi siempre.
— ¿Estáis bien? —preguntó sentándose en la silla de al lado de la ventana.
— Si —respondí, cogí mi móvil y llamé a Elena.
— ¿Si?
— Elena, soy Jared.
—Oh, dime hermanito.
— ¿Podrías quedarte con Molly? No quiero que no descanse, estoy agotado, así que ¿te la podrías quedar?
—Claro, en diez estoy allí. ¿Habitación 28?
—Sí, gracias —colgué y miré a Lya, que estaba más pálida.
— ¿Cuánto tiempo pasó Lya en la calle? —preguntó.
—Un año y medio, no recuerdo bien —respondí fríamente.
—Dios —dijo impresionada, —Mis padres la echan de menos, quieren rec-
—Es tarde —la corté. Asintió incómoda, y su móvil sonó.
— ¿Si?... Hola amor... Estoy en la habitación 28, con mi hermana... Bueno, su novio, ella está dormida... Claro... Y yo —colgó y sonrió cómo tonta, reí. Ella me miró frunciendo el ceño.
— Tienes la sonrisa tonta de Lya cuando le digo te amo —dije sonriendo. Ella se levantó pero una voz nos interrumpió.
—Jared vine por Molly. ¿Quién eres? —Elena se quedó mirando a Megara frunciendo el ceño confusamente.
—Megara, la hermana de Lya.
—Soy la hermana de Jared, Elena, ven aquí cariño —le dijo a Molly abrazándola, —Me voy, ya nos veremos, chicos —se fue y segundos después Megara habló.
—Me tengo que ir, mañana vendré. Adiós —dijo yéndose rápidamente.. Cerré la puerta y me senté en el sillón cerca de Lya. Cogí su mano y la besé.
ESTÁS LEYENDO
Lya Thompson
Romance- ¿Morirías por mi? Le dije en un acto de rebeldía. - ¿Morir? Es muy fácil, instantáneo. Viviría por ti, vivir es más complicado, es más nosotros.