Capítulo 37

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¿Habéis estado en una situación de que no tienes ganas de nada?

¿Qué te sientes sola y destrozada? Así estoy yo.

Había pasado una hora y estaba enfrente de un cuchillo en la cocina. Jared no había venido, Molly seguía llorando y me replanteaba si alguien me echaría en falta si moría.

Oí el ruido de un motor fuera pero no le tomé importancia.

Mis lágrimas no daban a más.

Sentía mi mundo caer a cada sollozo que oía de Molly.

Cogí el cuchillo con mis manos y lo acaricié contra mi vientre.

Se oyeron el ruido de la puerta pero, la ignoré.

Pasé delicadamente el cuchillo por mi cuello, por mi brazo, mi vientre y costados. Sollocé fuerte y mis piernas temblaron.

— ¡No! —sentí unos brazos fuertes rodearme y dejé caer el cuchillo, —No —susurró la voz de Jared en mi oído, sollocé y me tapé la cara con mis manos.

—S-Soy una asesina —susurré llorando. Él me cogió como pudo en brazos y me subió a la habitación.

—No lo eres, nena. Lo siento mucho, Lya —susurró llorando también. Me sentó en la cama y se puso de cuclillas frente a mí.

—M-Molly me odia y tú también —sollocé ahora mirándolo. Él se levantó y se quitó la ropa quedando en pantalón. Volvió a la cama y me puso en su regazo.

—No te odio, nena. Me arrepiento de todo lo que te dije, te quiero y Molly... solo es un berrinche —me dijo besando mis labios con suavidad.

—No merezco esto, me quiero morir, maté a nuestro hijo —susurré con la voz rota.

—No fue tu culpa, mañana hablaremos más tranquilos, nena. Ahora iré a dormir a Molly y volveré —me dijo besándome de nuevo. Asentí y me tumbó en la cama. Él se fue y lo oí hablar con Molly.

Al rato, volvió y me sonrió, no pude corresponderle. Él se tumbó y me abrazó atrayéndome hacia él.

—Jared —lo llamé más calmada.

—Dime preciosa.

—Siempre deseé un bebe tuyo —susurré cerrando mis ojos, me besó y sonrió.

—Lo conseguiremos, cariño — susurró cerrando sus ojos y con esa frase me dormí.

(...)

Abrí mis ojos por el sonido de un mensaje al móvil. Me moví y alcancé el móvil de Jared.

"Hermanito, ¿te perdonó? ¡Cuéntamelo! Mal hermano. Elena."

Le contesté.

"Elena, soy Lya. Esta durmiendo todavía, y si lo arreglamos todo, gracias. Lya."

Bloqueé de nuevo el móvil y lo miré, seguía durmiendo. Mire la hora: 12:30 PM.

Me levanté de la cama y me desnudé en el cuarto. Me metí al baño y me adentré a la ducha. Me di una duchita rápida y salí envuelta en una toalla.

Sequé mi cabello moreno y me coloqué la ropa interior.

Salí del baño y abrí el closet. Cogí unos leggins negros, una camiseta con estampado de colores por encima del ombligo y de tirantes, junto con unas deportivas, ya que no iba a salir.

Cerré el closet y me miré al espejo. Me puse de lado y me imaginé con un bebé de Jared, sería la imagen perfecta.

— ¿Qué te miras? —me sobresalté al oír la voz de Jared. Estaba detrás de mí. Me volteé y acaricié su torso.

—Nada — dije mirándolo. Él me sujetó de la cintura y me besó con ternura.

—Espérame abajo, me ducho y desayunamos —dijo, le di un pico y me separé. Bajé abajo y abrí la ventana del patio trasero para que se aireara la casa. Fui a la cocina y saqué la tarta de anoche, unos zumos y las galletas de Molly con su leche en vaso.

—Aquí estoy —oí la voz de Jared y sonreí volteándome. Él se sentó en un taburete y yo en el de enfrente.

—Jared, ¿podemos hablar de lo de ayer? —pregunté.

—Si.

—Al decir que no quería tener hijos, me refería a que no quería sufrir de nuevo, o perderlo de nuevo. No quería ilusionarnos porque sería difícil. Deseo tener un bebé nuestro pero.... si no lo consigo me dolerá al igual que a ti —confesé. Él dejó de comer y abrió sus brazos. Me lancé a ellos y me estrechó contra él.

—Lo siento mucho por todo lo que dije. Te quiero —dijo besando mi cabello.

— Quiero que lo intentemos —él frunció el ceño, —Hacerlo sin protección, quiero arriesgarme aún si sufro otro aborto... eliminaré las posibilidades, pero me da igual, prefiero tomar alguna oportunidad —le dije besando su nariz.

—Nena, lo vamos a conseguir, dejaré un bebé en ti y lo cuidaremos como cuidamos a Molly.

—Gracias.

— ¿Por qué?

—Por ser como eres y no alejarme. Te quiero, haré lo que sea para tener un hijo contigo —le dije, él sonrió y me besó. Le seguí el beso y nos separamos a los minutos.

—Molly estará contenta si le damos un hermanito —susurró y me derretí con sus palabras.

Este hombre era único.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora