—Nat está en el hospital —dijo Elena saliendo del centro comercial con nosotras. Arrancamos el auto y condujo hasta el hospital. Nos bajamos y entramos apresuradas a la recepción.
— ¿Donde está la zona de pediatría?
—Primera planta —dijo la recepcionista. Fuimos a la zona de pediatría y vimos a William nervioso y con la cabeza entre sus piernas.
— ¡Will! — lo llamó Elena. Él levantó la cabeza y vino corriendo hacia Elena en cuanto la vio.
—Es Na-
— ¡Oh Dios, ahora no! —gritó Elena sujetándose el estomago. Vi el líquido correr por sus piernas y sonreí.
—Está de parto —dije ayudando a Elena, —Iré con Nat, William hazla feliz —dije sonriendo, él asintió y fueron con Elena al paritorio.
(...)
— ¿Dónde está mi papá? —preguntó la pequeña Nat con dificultad.
—Está con Elena, va a tener al bebé ya —le dije acariciando su cabello.
— ¿Si? Pero... —su cara se entristeció.
— ¿Qué pasa, cielo? —le pregunté acariciando mi vientre ahora.
— ¿Ella es mi mamá, no? ¿Y el bebé va a ser mi hermanito? —vaya preguntitas.
—Em... no lo sé. Eso se lo tienes que preguntar a tu papá —le dije sonriendo.
—Para mí siempre serán mi hermanito y mi mami —dijo riendo. Era una dulzura esta niña.
—Eso está bien —dije.
— ¿Tu también vas a tener un bebé? —negué, —¿Por qué? Está grande —señaló mi estómago y reí.
— Son dos niños gemelos.
— ¡Ala, dos! ¿Gemelos? —preguntó poniendo su manita en mi estómago.
—Los niños serán iguales de guapos —dije mirando a Jared que también estaba con nosotros.
— ¿Nat? —preguntó la voz de William.
— ¡Papi! —gritó Nat abrazando a Will.
— ¿Cómo está, Elena? —pregunté.
—Muy bien, salió todo bien. El bebé está genial y ahora mismo lo tiene ella —dijo sonriendo.
Se notaba que se amaban.
—Me alegro —dije.
—Y tu pequeñaja, podrás ir a ver a tu hermanito, te han dado ya el alta. Vamos, chicos —dijo tomando en brazos a Nat y sonriéndonos.
—Pronto estaremos nosotros cómo Elena y Will —dije nerviosa mirando a Jared.
—Igual, igual... no —dijo, y sonreí incómoda.
Era cierto.
—Hola campeona —le dije a Elena. Miré la incubadora y sonreí.
—Cógelo, es una bolita de carne —rió cansada.
—Duerme un rato, estarás cansada —le dije cogiendo en brazos al pequeño.
—Es precioso —susurró Jared.
— ¿Quieres cogerlo? —le pregunté. Él negó nervioso y reí, —Jared, por dios, que vamos a tener gemelos.
—Está bien —suspiró resignado. Lo cogió y sonreí, —Hola enano, soy tu tito —dijo Jared, acaricié la mejilla del pequeño y éste abrió sus objetos, color grises con toques de azul, eran hermosos.
—Son preciosos —dijo Will, cogió al bebé y lo meció suavemente.
—Serás un gran padre para el bebé —dijo Jared.
—Hola hermanito. Soy Natalie y te querré mucho, mucho y mucho —dijo Nat sonriéndole al bebe y él sonrió, —Le hice reír —sonrió emocionada.
—Nos vamos, Molly está cansada, y a mí me empiezan a doler las piernas —dije viendo como se le cerraban los ojos en los brazos de Ginger. Jared la cogió en brazos y nos fuimos al auto. Arrancó y condujo hasta casa.
Nos bajamos y entramos a la casa. Él me ayudó a subir mientras mecía a Molly para que no despertara.
—Ve a descansar, si quieres —asentí sin decir más, y me fui a la habitación. Dormíamos en habitaciones separadas, y había noches que... dolía.
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Lya Thompson
Romance- ¿Morirías por mi? Le dije en un acto de rebeldía. - ¿Morir? Es muy fácil, instantáneo. Viviría por ti, vivir es más complicado, es más nosotros.