Capítulo 52

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—Nat está en el hospital —dijo Elena saliendo del centro comercial con nosotras. Arrancamos el auto y condujo hasta el hospital. Nos bajamos y entramos apresuradas a la recepción.

— ¿Donde está la zona de pediatría?

—Primera planta —dijo la recepcionista. Fuimos a la zona de pediatría y vimos a William nervioso y con la cabeza entre sus piernas.

— ¡Will! — lo llamó Elena. Él levantó la cabeza y vino corriendo hacia Elena en cuanto la vio.

—Es Na-

— ¡Oh Dios, ahora no! —gritó Elena sujetándose el estomago. Vi el líquido correr por sus piernas y sonreí.

—Está de parto —dije ayudando a Elena, —Iré con Nat, William hazla feliz —dije sonriendo, él asintió y fueron con Elena al paritorio.

(...)

— ¿Dónde está mi papá? —preguntó la pequeña Nat con dificultad.

—Está con Elena, va a tener al bebé ya —le dije acariciando su cabello.

— ¿Si? Pero... —su cara se entristeció.

— ¿Qué pasa, cielo? —le pregunté acariciando mi vientre ahora.

— ¿Ella es mi mamá, no? ¿Y el bebé va a ser mi hermanito? —vaya preguntitas.

—Em... no lo sé. Eso se lo tienes que preguntar a tu papá —le dije sonriendo.

—Para mí siempre serán mi hermanito y mi mami —dijo riendo. Era una dulzura esta niña.

—Eso está bien —dije.

— ¿Tu también vas a tener un bebé? —negué, —¿Por qué? Está grande —señaló mi estómago y reí.

— Son dos niños gemelos.

— ¡Ala, dos! ¿Gemelos? —preguntó poniendo su manita en mi estómago.

—Los niños serán iguales de guapos —dije mirando a Jared que también estaba con nosotros.

— ¿Nat? —preguntó la voz de William.

— ¡Papi! —gritó Nat abrazando a Will.

— ¿Cómo está, Elena? —pregunté.

—Muy bien, salió todo bien. El bebé está genial y ahora mismo lo tiene ella —dijo sonriendo.

Se notaba que se amaban.

—Me alegro —dije.

—Y tu pequeñaja, podrás ir a ver a tu hermanito, te han dado ya el alta. Vamos, chicos —dijo tomando en brazos a Nat y sonriéndonos.

—Pronto estaremos nosotros cómo Elena y Will —dije nerviosa mirando a Jared.

—Igual, igual... no —dijo, y sonreí incómoda.

Era cierto.

—Hola campeona —le dije a Elena. Miré la incubadora y sonreí.

—Cógelo, es una bolita de carne —rió cansada.

—Duerme un rato, estarás cansada —le dije cogiendo en brazos al pequeño.

—Es precioso —susurró Jared.

— ¿Quieres cogerlo? —le pregunté. Él negó nervioso y reí, —Jared, por dios, que vamos a tener gemelos.

—Está bien —suspiró resignado. Lo cogió y sonreí, —Hola enano, soy tu tito —dijo Jared, acaricié la mejilla del pequeño y éste abrió sus objetos, color grises con toques de azul, eran hermosos.

—Son preciosos —dijo Will, cogió al bebé y lo meció suavemente.

—Serás un gran padre para el bebé —dijo Jared.

—Hola hermanito. Soy Natalie y te querré mucho, mucho y mucho —dijo Nat sonriéndole al bebe y él sonrió, —Le hice reír —sonrió emocionada.

—Nos vamos, Molly está cansada, y a mí me empiezan a doler las piernas —dije viendo como se le cerraban los ojos en los brazos de Ginger. Jared la cogió en brazos y nos fuimos al auto. Arrancó y condujo hasta casa.

Nos bajamos y entramos a la casa. Él me ayudó a subir mientras mecía a Molly para que no despertara.

—Ve a descansar, si quieres —asentí sin decir más, y me fui a la habitación. Dormíamos en habitaciones separadas, y había noches que... dolía.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora