Capítulo 5

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MELANIE EN MULTIMEDIA

Aquí tenéis —le serví el tercer plato a Paul, y el segundo a Jared.

—Gracias Lya, vendré siempre que cocines esto ¿tú no comes? —me preguntó Paul.

—No tengo hambre.

—Tampoco tenías esta mañana —me dijo Jared.

—Comí algo con Elena —mentí.

—Claro —dijo con sarcasmo.

—Bueno, yo me marchó, son casi las cinco de la tarde —dijo Paul. Fui a ver a Molly, la arropé mejor ya que se había quedado durmiendo, y besé su frente. Ella se removió y quité el lazo de su cabeza.

—Lya, saldré, vuelvo en la noche —me dijo Jared, asentí sin mirarlo y se metió dos paquetes de condones al bolsillo de sus jeans.

Cogí la camisa de él—que le había comprado— y la dejé en la cama de su habitación. Salí de ella, y me puse mi pijama. Agarré el pijama caliente blanco de Molly, y fui al salón. Puse la calefacción, hacía bastante frío, y me acosté en el sofá-cama con Molly.

Mi cuerpo era hueso todo, obviamente. No era mi culpa estar así, fue un episodio malo de la vida, en el cuál luché por mi hija. Cerré los ojos olvidando esos pensamientos y me dejé llevar por el sueño.

(...)

Oí el llanto de Molly y abrí los ojos de golpe. La cogí soñolienta y empecé a acariciar su pelo. Se quedó dormida de nuevo, y la dejé de nuevo a mi lado.

Recordé la conversación escuchada de Paul y Jared.

Empecé a llorar, mi cuerpo se lo había dado a Molly. Mi comida y sed a ella. Hablaría seriamente con Elena sobre quedarme con él en esta casa. Molly era mi todo pero no estaríamos en una casa donde no se nos quiere. Nunca lo he hecho, y nunca lo haré. Solté varios sollozos sin querer, y Molly empezó a removerse.

—Sh, ya está, mi amor —le susurré a Molly besando su frente, —Tranquila, yo estoy aquí —le susurré, paró de moverse y la abracé.

Sollocé bajito y toqué mis costillas, que sobresalían demasiado. Me asqueaba a mí misma, me daba asco mi cuerpo, pero tenía que luchar por vivir, por mi hija y por mí.

— ¿Estas despierta, Lya? —oí preguntar a Jared desde el umbral de la puerta —seguramente acababa de venir—. Reprimí un sollozo, pero como siempre, salió y bastante fuerte, — ¿Estás llorando?

—No, sólo trato de dormir —le contesté con voz rasposa.

—Buenas noches —se fue sin decir nada más y suspiré cansada. Cerré mis ojos e intenté dormir.

Esa noche no pegué ojo, no dormí nada. Me levanté temprano y me miré al espejo del baño. Mis ojos estaban rojos e hinchados, y debajo de ellos había unas ojeras marcadas. Me duché rápidamente y lloré bajo la ducha caliente.

— ¿Estás aquí Lya? —escuché la voz de Jared.

—Si —respondí nerviosa. Me terminé de duchar rápidamente y salí envuelta en una toalla. Me puse mi ropa interior y salí con la toalla todavía puesta.

— ¿Qué pasa? —pregunté.

—Mañana es Nochebuena y mi madre quiere que vayamos a su casa —asentí sin más, y él sonrió. Me fui a cambiarme y me puse algo sencillo, hoy pasearía a Molly. Cogí unos leggins negros, un blusón color verde, y unas botas marrones. Dejé mi cabello suelto y me perfumé levemente. Salí y Molly seguía durmiendo.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora