Camino a toda prisa por las calles de Roma tratando de llegar lo más rápido posible a mi dulce hogar (nótese el sarcasmo). A mis preciosos padres se les ocurrió festejarme hoy mis malditos dieciochos años. Pff, estaba claro que no es ni será nunca por mí --eso ni pensar-- solo lo hacían para quedar bien frente a la grandeza, o más bien el público, mi padre los llama con diferentes adjetivos que solo utiliza para quedar bien parado y ser bien visto ante ellos.
Mi padre, Thomas White, es un prestigioso empresario y conductor de casi todos los programas de tv. Mi madre es una maniaca de la moda, sus diseños son los más buscados en todo el país y hasta los famosos cantantes la contratan como su estilista personal siempre que visitan el país ya sea para un gran evento o simplemente para gastar su dinero. Mis hermanos, pues ellos derrochan el dinero en mujeres, drogas y fiestas. Aun así, soy yo, cómo decirlo, "La puta oveja negra" de la familia, ¿Todo porque? Porque mi sueño es ser una corredora profesional, soy una amante de la adrenalina ¡Que puedo decir! Amo la manera en que ruge el motor, el sonido de las ruedas al acelerar rápidamente, la sensación de libertad y control de todo cuanto empiezo a conducir. Eso es lo que a mí me gusta, pero como siempre hay un pero, y ese pero no es más ni menos que mi madre, la señora Julliane White. Ella quiere que siga su ejemplo, más bien, su camino, quiere que sea una jodida niña rosa, una fastidiosa amante de las compras repulsivas y eso conmigo definitivamente no va. ¡Ni aunque lo intentara siempre sería un desastre! Soy más de camisetas y pantalones flojos --nada de escotes y faldas--. Las odio. No me gusta vestirme como las otras niña --- Con esto no digo que me gusten las mujeres ¡iug! Bueno, son hermosas pero ya saben, a mí me gusta lo duro.....---
Todo eso es una pequeña parte de mi ¡feliz vida! En estos momentos me encontraba en la sala con mi padre regañándome como la mierda, pero había aprendido a disimular que eso me afectaba ¡bah! Ni siquiera lo escuchaba.
--- Espero que sea la última vez que llegues a desobedecer mis órdenes -- Es lo único que escuché. Asentí con la cabeza y bajé la mirada al suelo.
--- Si, papá --- Dije con respeto.
--- Ve a prepararte, tus invitados llegan en un rato -- Ordenó.
Mientras subía las escaleras escuche a mi madre chillar por mi forma de vestir y por como tal vez estaría bajando de vuelta. Y no se equivocaba; bajaría con una sudadera y tal vez unos pantalones flojos con chanclas porque de la moda actual no tenía idea absoluta. Pero aquello estaba lejos de mi alcance. Rodé los ojos al escucharla seguir mis pasos.
--- Momento de chicas.--- Anunció para nada animada.
Según ella es una linda manera de pasar el rato con su preciosa hija, cambiándome de look. Un cambio que según mi madre me quedaría genial mientras que a mí me iba a asquear. Siempre sucedía lo mismo. Nunca se cansaban de querer cambiarme. A veces me preguntaba si algún día se cansarían o simplemente estarían allí solo para buscarme las costillas siempre. Sea cual sea, era un caso perdido. Nunca cambiaría.
Al menos algo podían hacer por mí. Porque yo, ni al caso, si quisiera hacerlos pasar vergüenza bajaría con mi peculiar vestimenta. Pero no soy así. Ni aunque tratase no hacía las cosas a posta, solo era yo misma. Es por esa razón, que dejé a mi madre que me vistiera a su manera y totalmente a su gusto.
Apesta.
--- ¿En serio debo llevar esto? --- Estaba espantosa. Ni hablar de los tacones que me mandó poner ¡Solo rogaba que no me cayese frente a todos! Y el vestido --que digo vestido-- el pedazo de tela no cubría nada ¡Se me veían las pompas! Solo espero que ningún chico se atreviese a mirarlos, ni mirarme siquiera.
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Tu Dueño(En Edición...)
RomanceBella White tiene la vida que toda adolescente desea tener, dinero, un cuerpo escultural, popularidad y lo que todos creen "amor". Su vida se basa en mentiras y falsedades. Es despreciada por sus padres, sus hermanos la tienen de menos, aparentan am...