Me miré en el espejo y la chica que veía frente a mí, no era yo. La chica del espejo tenia un vestido delineando perfectamente su cuerpo, tenía el rostro lleno de maquillaje y el cabello en un perfecto recogido con unos pocos cabellos sueltos. Tenía unos tacones que matarían a cualquiera que no podía usarlas y, creo que éste seria el día de mi muerte.
--- Bella, es tu turno. --- me grita la secretaria de mi madre.
Suspiro y practico una sonrisa falsa en mi rostro antes de dirigirme hacia la salida. Estaba nerviosa, había desaparecido por mucho tiempo y salir frente a las cámaras era lo último que quería. Pero sobretodo, lo que tenía que hacer por haber huido sin razón y mi castigo era mucho peor de lo que algún día pude imaginar. Salir en una pasarela era lo último que en mi jodida vida imaginé hacer pero a modo de pago por todo el daño que cause, éste, prácticamente, era mi lanzamiento al mundo de la moda. Era una pesadilla hecha realidad pero tenía que soportarlo.
El anfitrión me presentó y con un suspiro, salí a escena. Fijé la vista a un punto fijo en la pared concentrándome únicamente en no caerme a causa de los tacones. Mi sonrisa era la más falsa que alguna vez pude ofrecer. Cuando llegué al final, no pude evitar fijarme en los invitados, para mi suerte, no vi a nadie conocido por lo que mi regreso fue sin inconvenientes.
Cuando estuve otra vez en mi camerino, me observé al espejo otra vez. Era como si tratara de convencer a mi mente que ésta debía de ser yo, que era lo que tenía que ser y lo que siempre seré. Pero por más de que lo intentaba, no podía sentirme cómoda con ésto. No cuando mi mente se encontraba en las pistas de carrera. ¿Cómo le estaba yendo a Becca? Espero que bien, porque de alguna forma fue mi reemplazo y tenía que dar honor a mi nombre.
Llevo las manos a mis sienes tratando de quitar el dolor de cabeza que tenía. Mis ojos se cerraron tratando de procesar en mi mente que hacer dos semanas no había visto a ninguno de mis amigos. No contesté a sus llamadas, no respondí sus mensajes y ni siquiera a sus correos. Era lo mejor, cuanto menos sepan de mí. Mas fácil se me hacia el respirar.
--- Te ves hermosa en ese vestido. --- pego un grito cuando escucho su voz. Mis manos se apoyan en la madera sosteniendo mi cuerpo para no caer. Mis ojos se conectan con los suyos a través del espejo. Se veía diferente, era otro hombre quien estaba atrás de mi. --- Entonces, ¿Ésta es Bella White?.
Aprieto los labios tratando de controlar mis nervios.
--- ¿Que haces aquí? ¿Quien te dejó entrar?.--- pregunto con enojo.
Gracias a él estoy aquí, gracias a él mis sueños acabaron. Pero gracias a él logré ser feliz por unos putos meses y por eso lo odiaba, lo odiaba por haberme mostrado el paraíso para luego devolverme al infierno.
Se lleva la copa de vino a sus labios mirándome fijo.
--- Soy en mayor de los contribuidores aquí. --- se encoge de hombros. --- Hago lo que se me da la gana.
Enarco una ceja y me cruzo de brazos al voltearme y quedar frente a él.
--- Haz lo que se te de la gana pero lejos de mí. --- espeto con frialdad.
Su sonrisa se ensancha. --- Te alegrará saber que Becca se está llevando todas las victorias que tu no lograste. --- me echa en cara.
Aprieto los labios. --- Si viniste a decirme todo ésto solo para herirme, déjame decirte que no vas a lograrlo. --- escupo con enojo.
--- ¿Piensas que quiero herirte? ¿Crees que soy tu Beellaa?--- arrastra mi nombre mofandose.
--- Es mejor que te vayas Troy. --- me acerco a la puerta y le invito a salir.
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Tu Dueño(En Edición...)
RomanceBella White tiene la vida que toda adolescente desea tener, dinero, un cuerpo escultural, popularidad y lo que todos creen "amor". Su vida se basa en mentiras y falsedades. Es despreciada por sus padres, sus hermanos la tienen de menos, aparentan am...