Tu Dueño(En Edición...)

Capítulo Final.

Estaba sintiendo como todo en mi vida se estaba acomodando a lo que debería de ser. Troy, me había perdonado y ahora habíamos comenzado de nuevo, no como la relación que antes teníamos, pero digamos que ahora somos ¿Amigos? ¿Conocidos con recuerdos comunes? No lo sé, pero si sé que, sea lo que sea. Me gusta.

Cuando nos volvimos a presentar, nos dimos un abrazo reconfortante y luego salimos al pasillo con las manos entrelazadas dirigiéndonos a la sala de espera. Aunque era algo bueno, que suceda en una situación tan terrible no lo hacía tan grandioso. Deseaba tener a Becca frente a mi para poder hablar sobre lo que acababa de pasar. Escuchar sus chillidos y sus palabrerías que le sacaban de quicio pero aún así no dejaría de hablarle. Quería decirle que amaba su forma de ser tan parlanchina aunque se lo demostrase lo contrario.

Quería que despertara y me dijera, todo es broma. Solo queríamos que volvieras.

Pero eso nunca sucedió.

Ya habían pasado dos semanas desde aquella vez y Becca no daba señales de que despertaría.

Día tras día iba a estar con mis amigos. Zayn estaba destrozado se notaba que no ha dormido en todas éstas semanas. Trataba de mandarlo a su casa para que pudiera darse una ducha y dormir un poco pero era un caso imposible, no me escuchaba a mi ni tampoco a Niall. Los padres de Becca casi ni me miraban pero no es que me importaba demasiado ya que, digan lo que digan, no voy a separarme de Becca.

Troy se presentaba de vez en cuando en el hospital, y no porque no se interese, más bien, porque cada vez que venía no podía evitar sentirse culpable y llorar a moco tendido. Pero lo que sí notaba es que cada vez que venía, tenía una herida nueva. Aquello me estaba preocupando en gran manera, por eso ahora me encontraba frente a su puerta queriendo saber que hacía para que se ponga de esa forma.

Tenía miedo de encontrar a Brenda al otro lado de la puerta pero tampoco haría nada si así fuese. Al fin y al cabo, entre Troy y yo ya no hay nada, o eso le dije a mis padres. Al principio se lo tomaron muy mal, no era algo de extrañarse, pero ya pasó así que no podían remediarlo.

Toqué tres veces y luego de mucho esperar la puerta se abre dejando ver a un Troy con los ojos llorosos y sus puños masacrados.

--- Bella... --- susurra con asombro.

Mis ojos no pueden dejar de ver sus puños ensangrentados. Una rabia emana desde mi interior y no puedo evitar sentirme impotente ante todo ésto que ocurría. 

--- ¿Becca está en el hospital y tu buscas estar en una habitación cerca de ella? ¡Qué clase de hermano eres!--- reclamo con furia.

--- Bella.. me siento culpable..

--- ¿¡Piensas que Becca querría despertar y ver a su puto hermano hospitalizado porque no pudo ser fuerte por ella?!--- lo interrumpo con rabia.

Quería golpearlo, besarlo o simplemente gritarle todo lo que se me daba la gana para que pudiese entender que debía de ser fuerte, por Becca y por él. Que estando de ésta forma no solucionaría nada. No traería a Becca de vuelta.

Troy baja la cabeza hacia abajo avergonzado. Me sentí culpable por haberle gritado al verlo así. Tenía que ser más comprensible con él ya que en éstos momentos mi carácter de mierda no era necesario.

Suspiré y me acerqué a rodear su cuerpo con mis brazos. Se sorprendió ante mi toque pero al rato ya me estaba abrazando, llevándome consigo hasta el interior de su casa. Su cabeza estaba apoyada en el hueco de mi cuello y al rato podía sentir sus sollozos.

Ya no podía con ésto, ya no podía soportar escuchar su llanto, me partía el alma verlo de éste modo. Yo no estaba tan bien que digamos pero yo era una chica y Troy un hombre, él debería de ser la fortaleza para su familia pero era el más débil. Nunca me había dado cuenta de que su apariencia solo era eso, apariencia ya que su porte de chico malo era solo una máscara ocultando al sensible hombre debajo. Era un caballero y un patán a la vez. Era una mezcla de lo bueno y lo malo pero lo bueno estaba en ventaja de lo malo. Era detallista y muy complaciente.