Capítulo 29

1.2K 86 16
                                    

Mi piel se estremece ante las caricias de Horus. Deja besos por mis pechos hasta llegar a mi monte de venus. No puedo evitar agarrar las sábanas con brusquedad cuando desliza su lengua por mi intimidad y succiona mi clítoris.

- ¡Ahh, Horus!-

- ¡Despierta ya pervertida!-

Abro los ojos y me doy cuenta de que estoy abrazada al pelinegro, con una pierna enrredada entre las suyas y mi cabeza apoyada en su pecho desnudo.

«¡Carajos! Otra vez estaba soñando...»

Me aparto rápidamente hasta quedar en el otro extremo de la cama.

- ¿Que tanto estabas soñando Aisa?- pregunta divertido.- Porque no parabas de gemir mi nombre e incluso se te ha caido la baba.- dice señalando su pecho.

Siento mis mejillas arder, debo tener la cara más roja que un tomate.

- ¡Cállate imbécil!- me quejo y él se carcajea.- ¡¿De qué te estás riendo?!-

- De que ni si quiera me hace falta hacer nada para ponerte cachonda, tu mente lo hace por mí.-

Sin pensarlo cojo la almohada y se la tiro a la cara, pero eso solo aumenta la risa del dios egipcio. Salgo de la cama y me meto en el baño.

- Necesito una ducha.- murmuro.

- ¡Será mejor que pongas el agua helada para bajar tu calentura!-

- ¡Cállate!-

Horus estalla en carcajadas y yo solo tengo ganas de morirme.

«¿Por qué me hacéis esto hormonas?»

Me meto en la ducha y dejo que el agua comience a caer por mi cuerpo. La sensación es muy agradable, por lo que me paso un buen rato así. Cuando ya me siento calmada y limpia, salgo para coger una toalla.

- ¡Ahhhh!-

- ¡Joder Aisa, me va a dar un infarto!- protesta Horus.- ¿Por qué gritas así loca?-

- ¡¿Qué haces aquí?!-

- Me voy a duchar, te recuerdo que es el baño de los dos.-

Se quita los bóxers y vuelvo a sentir como el calor de mi cuerpo aumenta al ver su miembro erecto. Cuando levanto la vista lo encuentro observándome con una sonrisa.

- ¿Qué esperabas depués de que me despertaste gimiendo y diciendo mi nombre?-

- ¡Sal de aquí!-

- Necesito darme un ducha.-

- ¡He dicho que salgas!-

- ¡O me dejas ducharme o te haces responsable de calmar esto!- exclama señalando su polla.

- No te atreverías...-

Él levanta una ceja divertido y se avalanza hacia mí.

- ¡Noooo!- chillo mientras lo esquivo y salgo corriendo de la habitación.

- ¡Si cuando salga te veo desnuda te voy a dar un buen motivo para gemir Aisa!-

Me mojo de solo pensarlo.

«¡Aisa concéntrate! ¡Horus es un imbécil!»

Rápidamente me coloco un bañador rojo, un vestido negro por encima y salgo de la habitación. Ando por los pasillos intentando acordarme de cómo se llegaba a la escalera principal.

«Qué manía tienen los mafiosos con vivir en laberintos...»

Cuando por fin llego a la escalera, casi choco con Hera. Tiene un vestido de encaje blanco que deja ver el bikini rosa palo.

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora