Capítulo 46

965 71 10
                                    

Horus

Esta mañana el doctor le dio el alta a Aisa. Sus costillas están perfectamente y ya puede volver a hacer vida normal. Lo primero que hicimos fue dar un largo paseo por los jardines, la pelirroja necesitaba estirar las piernas y caminar.

Hemos pasado todo el día juntos y ha sido increíble. A pesar de todo lo que ha pasado durante estos días, a pesar del dolor por la traición de Neftis y su muerte, Aisa hace que me sienta mucho mejor, que me sienta vivo.

Ahora mismo son las ocho de la tarde y estamos haciendo lo que los dos queríamos desde hace días.

- ¡Ahhh, sí, más rápido!-

No nos dio tiempo de llegar a la cama cuando entramos a la habitación, por lo que la estoy embistiendo sobre la mesa, agarrándola por la espalda y los muslos mientras que ella abraza mi cintura con sus piernas. Tampoco nos hemos podido quitar la ropa, simplemtente las prendas estrictamente necesarias.

- ¡Joder eres una puta obsesión Aisa!- exclamo.

Ella sonríe con una mirada juguetona al tiempo que agarra mi cabello para acercar nuestros rostros y besarme. Empiezo a notar como contrae los músculos de su vagina, por lo que intuyo que está a punto de venirse.

Aumento aun más la velocidad de mis movimientos y siento cómo sus fluidos bañan mi miembro. Yo continúo unos minutos más hasta que consigo también mi liberación.

- Follas como un dios.- murmura mientras nos incorporamos.

- Soy un dios.- rectifico.

Ella ríe y termina de arreglarse la ropa.

- ¿Qué te apetece hacer ahora?-

- Muchas cosas.- ronronea.- Quizás podríamos ducharnos...-

- ¿No has tenido suficiente diosa del sexo?-

- Nunca me cansaré de que me folles dios del cielo.-

Voy a lanzarme sobre ella cuando el sonido e impacto de una explosión hace que ambos caigamos al suelo. Como puedo me incorporo y voy hacia ella para ayudarla a levantarse.

- ¿Qué ha sido eso?- pregunta asustada.

Al intante, escucho las alarmas de la casa sonar por toda la mansión.

- Nos atacan...-

- ¡¿Cómo que nos atacan Horus?!- exclama.- ¡¿Quién?!-

De pronto, la puerta se abre y veo a Rayan aparecer.

- ¡¿Rayan que ocurre?!- pregunto.

- ¡Nos atacan señor!- grita.- ¡En la zona oeste del jardín!-

- ¡Aisa quédate aquí y no salgas por nada del mundo!-

- ¡No Horus no me dejes!-

- ¡Tranquila todo estará bien!-

Salgo después de haber cogido una pistola y sigo a Rayan. Este habla por los pinganillos que tienen los de seguridad.

- ¡Atención a todas las unidades, acudid todos a la zona oeste, repito, acudid todos a la zona oeste!- ordena.- ¡Solo las unidades uno y dos quedarán a cargo de la entrada principal y el resto del muro!-

En el vestíbulo puedo ver a Kendra dando algunas indicaciones a las criadas.

- ¡Rápido chicas todas a las habitaciones!- exclama.- ¡No salgáis hasta que os avisen!-

Cuando salimos a los jardines veo a un gran número de hombres dirigiéndose a la parte oeste de la casa. Allí puedo ver un enorme agujero en el muro de piedra, sin embargo, no parece que nadie esté intentado entrar a la mansión.

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora