Aisa
Abro los ojos y siento como si mi cabeza fuera a estallar. Noto un pequeño dolor en la entrepierna y me doy cuenta de que estoy completamente desnuda y que tengo algunas marcas moradas por el cuerpo. De pronto, los recuerdos de ayer por la noche vienen a mi mente.
«Carajo Aisa, que coño hiciste...»
Al instante, Horus sale del baño envuelto en una toalla. Su torso también está lleno de marcas y arañazos.
- Buenos días.- saluda.
- ¿Qué tan mal estuve ayer?- murmuro deslizando una mano por mi cabello.
- Depende de a lo que te refieras.- responde.- Si hablas de cómo estuvo tu nivel de madurez ayer te pondría un 0.- indica con una sonrisa traviesa.- Pero si te refieres a cómo estuvieron los seis polvos que echamos, un claro 10.-
- ¡Idiota!- digo muerta de la vergüenza.- No te burles de mí...-
- No lo hago.- asegura.- Pero venga, estoy esperando a que me digas que soy un gilipollas por aprovecharme de tí.-
- Sé que no lo hiciste.- confieso.- Lo recuerdo, yo fui la que no te dejó en paz.-
- Eso es cierto.- se burla.- Mi amiguito y yo nos sentimos violados y ultrajados.-
Le tiro una almohada y el se ríe esquivándola.
- ¿Hice o dije alguna estupidez?- pregunto.
- Solo una.- contesta.- Pero no quiero escuchar como te arrepientes de ello.- su mirada refleja cierta tristeza.- Dejémoslo mejor así.-
Mi corazón empieza a latir a mil por hora. Sé exactamente a lo que se refiere, pues recuerdo bien las últimas palabras que dije antes de dormirme: "Te quiero dios del cielo".
«Si no quiere que me arrepienta... ¿será que él también siente algo por mí?»
- Deberías ducharte Aisa.- indica Horus.- En una hora y media saldremos hacia Egipto.-
- ¿Vamos a volver?-
- Sí, Zeus me envió un mensaje hace 20 minutos diciéndome que ya sabe dónde está el escondite de los Dutti. Viajaremos para informar a mi hermano y pedirle algunos refuerzos.- explica.- Con un poco de suerte, nos quitaremos de en medio a los italianos.-
- Está bien, iré a preparme.-
- Bien.- dice terminando de vestirse.- Yo iré con Zeus, cuando estés lista baja al recibidor.-
Asiento y él se marcha.
***
Cuando salgo de la ducha me encuentro a Alice sentada en una esquina de la cama mirándome como si se estuviera aguantándose la risa.
- ¿Tú también te enteraste de lo que pasó?-
- Todos nos enteramos de todo Aisa.- ríe.- El jet no era tan grande sabes... os escuchamos.-
- ¡Me quiero morir de vergüenza!-
- Vamos, no es tan grave.-
- Sí lo es.- replico.- Y hay algo todavía peor...-
- ¿El qué?- pregunta.
- Ayer, antes de dormir, dije algo...- suspiro.- Y Horus lo recuerda perfectamente.-
- ¿Qué dijiste?-
- Que le quería.-
Mi amiga se queda en silencio y por su rostro sé que no tiene ni idea de qué hacer. Me tapo la cara con las manos.
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Esclava de un dios
AcciónAisa Miller va a Egipto dispuesta a vengarse de los hermanos que dirigen la mafia conocida como Los Inmortales, por todo el daño que le hicieron a su familia. Sin embargo, el plan que ella había diseñado durante tanto tiempo fracasa, y termina conv...