Neftis
Mientras el coche avanza por el desierto rumbo a la mansión, bajo los colores del atardecer, miro a través de la ventana. Sé que las instrucciones del chófer son muy claras, llevarme hasta la mansión y después al aeropuerto.
No he traido nada conmigo, las pertenencias que necesito están, para mi mala suerte, en la casa. Sino hace tiempo que habría tomado un avión rumbo a Rusia.
- Necesito un pañuelo.- pido con la voz entrecortada.
El hombre me mira por el retrovisor y acto seguido me da lo que le he pedido. Mientras él sigue atento a la carretera, busco en mi cartera algo con lo que poder escribir, aunque no estoy segura de encontrarlo.
Afortunadamente, encuentro un lápiz de ojos y creo que será más que suficiente para el mensaje que quiero escribir.
Querida Aisa:
He hecho algo terrible, algo que Seth jamás podrá perdonarme. Cuando se entere me matará, estoy segura, por eso me marcho a Rusia, allí mi familia me protegerá, ahora están dispuestos a aceptarme de nuevo. Ojalá tuviera tiempo para despedirme, solo quiero que sepas que debes...
- Hemos llegado.- indica el chófer y guardo el pañuelo y el lápiz en el bolso.
Me bajo del vehículo y tiemblo al entrar en la mansión una vez más. Subo las escaleras hasta llegar a la entrada principal y llamo a la puerta. Mi respiración está agitada y siento que voy a desfallecer en cualquier momento.
Unos segundos después la puerta se abre y siento un enorme alivio de ver a la amiga de Aisa en la puerta, mirándome completamente sorprendida.
- Neftis... quiero decir, ama.- murmura.- No esperaba verla aquí...-
- ¿Está mi esposo en casa?-
- Sí, se encuentra en su oficina, ahora le aviso.-
- ¡No!- exclamo agarrándola del brazo.- Por ningún motivo debes decirle que estoy aquí a nadie, ¿de acuerdo?-
- Claro ama.-
- Ten.- le doy el pañuelo.- Esto es una carta para Aisa, dásela con mucho cuidado.-
- Así lo haré.-
Ambas entramos y me acompaña hasta las escaleras.
- ¿Podrías hacerme un favor?- pido y ella asiente.- Entreten a Seth en su despacho para que no salga durante un buen rato.- suspiro.- Por ningún motivo debe enterarse que estoy aquí.- una lágrima se escapa de mis ojos.- Mi vida depende de ello.-
Su expresión cambia a una más asombrada.
- No... no se procupe ama.- indica.- Yo me ocuparé.-
- Gracias Vanessa.-
Le sonrío y subo las escaleras corriendo. Necesito entrar en la habitación y coger las cosas que me hacen falta, entre ellas todos mi documentos de identidad y mi pasaporte, pues sin él no me van a dejar salir de Egipto en ningún avión y no dispongo de jet privado para saltarme las normas.
Cuando por fin llego a la estancia, abro la puerta y me tranquilizo un poco al ver que la habitación está vacía. Voy rápidamente hasta el gran armario y empiezo a rebuscar entre mis cosas, pues con los nervios no recuerdo bien dónde guardé los documentos.
Tras varios minutos en los que no encuentro nada, me incorporo y empiezo a caminar alrededor de la habitación a punto de sufrir un infarto cuando, de repente, mis ojos se posan sobre un cuadro en el que salimos Seth y yo, el día de nuestra boda.
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Esclava de un dios
AcciónAisa Miller va a Egipto dispuesta a vengarse de los hermanos que dirigen la mafia conocida como Los Inmortales, por todo el daño que le hicieron a su familia. Sin embargo, el plan que ella había diseñado durante tanto tiempo fracasa, y termina conv...