Capítulo 32

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Después de estar un rato aguantando a un montón de babosos, los altavoces de la discoteca anuncian el baile de las chicas corazones. Me dirijo a la pista de baile y me uno al resto de mujeres, unas 20 más o menos. Un poco más adelante, puedo ver a Nadia y Alice juntas y, detrás mía, se encuentra Rachel.

Mientras todas nos preparamos, doy un vistazo alrededor y observo como, en la planta de arriba, se ilumina una zona con mesas y sillones donde se encuentran sentados hombres enchaquetados, los cuales están rodeados de guardaespaldas. Asumo que ellos deben ser los que van a apostar por nosotras pero... ¿Quién será el tal Mercucio?

La luces de toda la discoteca van bajando de intensidad, quedando iluminada solo la zona de los mafiosos y la pista de baile. Al instante, Bad Girls empieza a sonar.

«¡Qué comience el espectáculo!»

Todas las chicas empezamos a bailar al mismo ritmo, los mismos pasos. Lo cierto es que estoy tranquila, siempre he sido la mejor en lo que se refiere a bailes de este tipo y Alice también es muy buena, estoy segura de que si el mafioso tiene buen gusto, nos cogerá a alguna de las dos.

La canción dura unos tres minutos más o menos, que se me hacen más cortos de lo que esperaba. La música para y toda la sala se llena de aplausos y silbidos, al tiempo que las luces vuelven a adquirir más intensidad.

- Atención chicas.- escucho decir a Rachel por el pinganillo.- Ahora comenzará la subasta para esta noche, el hombre que estamos buscando es el que está en el centro de la zona vip, en la planta alta, el que va vestido de blanco.

Miro hacia el lugar indicado y, efectivamente, veo a un hombre de unos treinta y pico años, vestido con un traje de chaqueta de color blanco y rodeado de guardaespaldas. Siento como alguien tira de mí y me doy cuenta de que Alice me lleva a un extremo de la pista junto a las demás.

- ¡Bien caballeros!- suena una voz a través de los altavoces.- ¡Empezamos la subasta de las chicas corazones!- la sala vuelve a llenarse de aplausos.- ¡Chica número 1 al centro!-

Una mujer de piel morena y pelo rizado da unos cuantos pasos y se queda en el centro. Un foco la ilumina, ella hace algunos movimientos sensuales y los hombres empiezan a hacer sus apuestas.

Pasan unas 15 mujeres, entre ellas Nadia y Alice, pero a ninguna la escoge el mafioso. Solo quedamos cinco más y la siguiente es Rachel.

- ¡Chica número 16 al centro!-

Rachel avanza y en seguida empiezan a lloverle propuestas. Finalmente, se la lleva uno de los hombres que están junto a Mercucio, quizás alguno de sus amigos o socios.

«Mierda... eso significa que o me escoge a mí o la hemos liado»

La siguiente chica pasa y me fijo en el italiano, su reacción es igual que con el resto, cuando la chica va caminando hacia el centro la mira, pero despues nada más que ella se detiene él pierde el interés.

«Tengo que hacer algo para llamar su atención»

- ¡Chica número 18 al centro!-

«Bien Aisa, ¡tú puedes!»

Camino con paso decidido y, disimuladamente, me aseguro que tengo al mafioso mirándome. Nada más llegar al centro, antes de que sea demasiado tarde, me quito la peluca negra en un sexy movimiento. Después continúo con mi top y mi falda hasta quedar en la ropa interior blanca de encaje que llevo.

Mientras noto como la gente se revoluciona ante mi espectáculo, escucho la voz de Horus por el pinganillo.

- ¡Qué carajos estás haciendo Aisa!-

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora