Me despierto y me doy cuenta de que está amaneciendo.
«Mierda...»
Estoy completamente agotada y mis partes íntimas me duelen después de la sesión de anoche. Continúo desnuda y las sábanas conservan un aroma a sexo demasiado intenso. Miro a mi lado pero Horus no está. Lo busco con la mirada y lo encuentro saliendo del vestidor, abrochándose la camisa.
«Qué raro... el no se suele levantar tan temprano...»
- ¿Es muy tarde?- pregunto.
- No.- contesta él sin dejar de prestar atención a sus botones.- Todavía son las seis y veinte.-
- ¿Por qué estás despierto tan pronto?-
- Mi hermano y yo estaremos dos días fuera.- contesta.- Tenemos que hacer unos negocios en Sudáfrica.-
«Genial... el no tenerlos aquí me ayudará a moverme con mayor libertad.»
- Puedes quedarte a dormir un poco más.- indica.
- ¿Por qué?- quiero saber.
- Digamos que es la recompensa por el buen servicio que me prestaste ayer.- se pone su cazadora.- Cumpliste con tus obligaciones de manera satisfactoria.-
«¿Cómo puede ser tan hijo de puta?» Si se cree que me puede tratar como una mierda se equivoca, y más aún sabiendo que llevaba queriendo follarme desde el día que me vio bailar en la barra del Duat.
- Pues gracias.- respondo acomodándome en la cama.- La verdad es que es la tarea más desagradable que he tenido que hacer, espero que las demás esclavas se turnen para esto.-
Observo su rostro y veo como adquiere un semblante más serio. «¡Ahora te jodes!». Él se acerca para coger el movil de la mesilla de noche.
- No parecías tan disgustada anoche cuando no parabas de gemir como una ninfómana.-
- ¿Si has oido que las mujeres tienden a fingir los orgasmos, verdad?-
«¡Zas, en toda tu cara!»
- Supongo que es algo común entre las prostitutas.- responde yéndose hacia la puerta.
- ¡Eres un gilipollas!- grito.- ¡No vas a volver a tocarme en tu puta vida!-
- ¡Ni que quisiera!- contesta girándose.- ¡Para ser una puta follas de pena!-
- ¡Cabrón!- chillo tirándole todos los cojines que hay en la cama.
- ¡Loca!- dice esquivándolos y cerrando la puerta de un golpe.
Grito de desesperación y me dejo caer sobre el colchón. Solo a mí se me ocurre tener sexo con ese imbécil. Pero solo ha sido eso, una noche de sexo. Ya he roto esa tensión que había entre los dos y ahora podré concentrarme en lo realmente importante... Destruir a los Inmortales.
***
Cuando termino de ducharme en la habitación, aprovechando que el idiota del dios egipcio se ha ido y no me va a molestar en dos días, salgo y me topo con tres guardias y Rayan en la puerta.
- Ya iba a entrar a buscarte.- comenta Rayan.- ¿Por qué no estabas abajo con las demás?-
- Horus me dijo que podía quedarme más tiempo en la cama.-
- Qué raro.- dijo enarcando una ceja.- Porque a mí me dijo que subiera a por tí si no estabas en 10 minutos en el vestíbulo.-
«Será... ya se me han acabado los insultos.»
ESTÁS LEYENDO
Esclava de un dios
AçãoAisa Miller va a Egipto dispuesta a vengarse de los hermanos que dirigen la mafia conocida como Los Inmortales, por todo el daño que le hicieron a su familia. Sin embargo, el plan que ella había diseñado durante tanto tiempo fracasa, y termina conv...