Capítulo 64

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*** Seis meses después***

Aisa

Ya han pasado seis meses... seis malditos meses desde que fuimos a aquella cabaña para matar a Khalid y, en todo este tiempo, me he sentido más sola que nunca.

Mi bebé está bien, estoy de algo más de siete meses, por lo que todavía falta un poco para que el pequeño nazca. Sí, es un niño, el ginecólogo me lo confirmó, al igual que me dijo que el pequeño se encuentra completamente sano.

Sé que eso debería ponerme feliz pero, lo cierto es que... no hay un solo día en el que no eche de menos a Horus.

Afortunadamente el dios del cielo no murió aquella noche, pero cayó en un coma del que no se ha vuelto a despertar, y los médicos cada vez son menos optimistas, pues creen que nunca volverá a hacerlo.

Ahora el peso de los Inmortales recae en mí, al menos, hasta que mi hijo nazca y crezca lo suficiente. Por fortuna Rayan me está ayudando mucho, pues yo no tengo ni idea de cómo manejar una mafia y la verdad que tampoco tengo ningún interés.

Me paso el día en la habitación de Horus, cuidándolo y leyéndole libros y poemas, contándole lo que ha sucedido en el día, limpiando su cuerpo... e implorándole que despierte.

Desde el primer día mantuve la esperanza de recuperarle, pero después de tanto tiempo me está empezando a costar mantenerla.

Ahora mismo estoy en la cocina, preparándome un té para tomármelo en la habitación.

- ¡Señora no debe hacer eso!- indica Alondra.- ¡Solo tenía que pedirme el té y yo se lo hubiera preparado!-

- Es so un té Alondra.- respondo.- Además ya te he dicho que me llames Aisa.-

- Como usted... como digas Aisa.- murmura.- ¿Qué quieres que te hagamos para comer?-

- Cualquier cosa que cocinéis estará bien.- sonrío.- Solo llévame lo que sea a la habitación de mi esposo.-

- Por supuesto.-

- ¿Por cierto sabes dónde está Rayan?- pregunto.- Desde esta mañana no lo he visto.-

- Lleva encerrado en la oficina del antiguo amo Seth desde el desayuno.- contesta.- Últimamente pasa mucho tiempo allí.-

- La culpa es mía...- susurro.- Está haciendo el trabajo que a mí me corresponde...- suspiro.- Voy a subir a pedirle que descanse un rato, no quiero que enferme por falta de sueño.-

- Si quieres puedo prepararle un complejo vitamínico, Kendra me enseñó la receta.-

- Eso sería fantástico, gracias.-

- Un placer Aisa.-

Salgo de la cocina con mi té y me dirijo a las oficinas. Llego hasta la del fondo y escucho unos gemidos. Con mucho cuidado me acerco a la puerta para escuchar.

- ¡Ahh, joder, Rachel!- grita el castaño.

- Te voy a dar el mejor orgasmo de tu vida y después vas a descansar.- responde la ojiverde.- Porque te juro que como te enfermes no me vuelves a follar más.-

- ¡Ahh, te lo prometo!-

No puedo evitar soltar una pequeña risa. Desde hace unos tres meses, Rachel y Rayan están saliendo. Ninguno de los dos quiso darme muchos detalles de cómo sucedió pero me alegro por ellos, porque los veo muy felices y felicidad es precisamente lo que hace falta en esta casa.

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora