Capítulo 54

1.2K 94 120
                                    

Seth

Avanzo junto a mi hermano y algunos hombres hacia los dormitorios de las esclavas, donde nos encontramos a cuatro guardias vigilando. Nos dirigimos a la habitación de Vanessa y entramos. Ella está sentada en la cama, algo inquieta.

- ¿Quién nos atacaba amo?- pregunta con voz temblorosa.- ¿Ya se han ido?-

Me contengo para no pegarle dos guantazos a esta zorra mentirosa. Le hago una señal a Rayan y este agarra a la pelinegra por un brazo y la sujeta.

- ¿Qué sucede amo?-

- Registrad la habitación.-

- ¿Por qué amo?- murmura nerviosa.- ¿Qué está pasando?-

- ¡Esto es lo que pasa puta zorra traidora!- grita Horus levantando la nota de los rusos.

- ¡Os juro que eso es mentira!- exclama.- ¡Yo no tengo nada que ver en eso!- asegura.- ¡Aisa es la traidora no yo!-

- ¡Por los dioses que alguien la calle de una puta vez!- espeto molesto.

Rápidamente un guardia le coloca un pañuelo en la boca a modo de mordaza.

Pasan unos minutos en los que registran la habitación cuando, de pronto, uno de los hombres saca un frasco de unos 100 ml de uno de los cajones del armario. Rápidamente se lo da a Rayan y este se lo acerca a la nariz.

- Cianuro.-

- Hija de la gran puta...- murmuro mirando con odio a la pelinegra.

- ¡Eres una zorra!- grita Horus.

Sin darnos tiempo a reaccionar, avanza a la chica y le propina un puñetazo en la cara tan fuerte, que esta cae al suelo. El pañuelo que tenía como mordaza cae y veo que empieza a salir mucha sangre de su nariz, seguro que se la ha roto.

«Y eso no es nada para que lo te espera maldita...»

Veo que mi hermano le va a dar una patada pero le detengo.

- Horus tranquilízate.-

- ¡¿Qué me tranquilice?!- chilla lleno de ira.- ¡Casi mato a Aisa por esta maldita puta!-

- Lo sé hermano, pero necesito interrogarla antes de matarla.-

- ¡No por favor, yo no he sido!- suplica la idiota.

- Déjame esto a mí Horus.- murmuro cerca de mi hermano para que solo él pueda escucharme.- Te garantizo que le voy a dar la muerte más agonizante que se me ocurra.-

- Está bien.- contesta saliendo de la habitación.

Me acerco hasta la pelinegra que todavía está tirada en el suelo y, por la cara que tiene, creo que le queda poco para hacerse pis encima.

- A ver Vanessa, te lo voy a explicar lento para que tu inexistente cerebro lo entienda.- indico.- Si me dices la verdad de una puta vez, quizás tu muerte sea un poco más rápida.-

- ¡Te estoy diciendo la verdad!- llora.- ¡Yo no he sido!-

- Muy bien.- respondo.- Rayan que analicen las huellas del frasco.-

El castaño asiente y se marcha con el veneno.

- Si lo que dices es cierto y esto es una trampa de Aisa para inculparte, el frasco tendrá sus huellas o unas huellas no detectables.- explico.- Pero si encontramos tus huellas...- sonrío malévolamente.- Tú ve rezando todo lo que sepas por si acaso.-

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora