Capítulo 58

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Nota de la autora

Quería hacer dos advertencias antes de que empecéis a leer este capítulo.

En primer lugar aquí solo se explica una pequeña parte de por qué Khalid es el traidor, así que no os preocupéis si no entendéis todo que en el próximo capítulo se explicará su historia con más detalle.

En segundo lugar este capítulo contiene escenas de abuso sexual, por tanto precaución para aquellos que seáis muy sensibles.

Gracias y disfrutad!

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Aisa

Estoy asustada, acorralada entre Khalid y la pared, con sus ojos recorriendo todo mi cuerpo con una mirada que me produce mucho asco.

«Tengo que salir de aquí como sea...»

Intento zafarme por uno de los lados pero él me agarra y me estampa contra la pared de nuevo haciéndome daño en los brazos.

- ¿A dónde crees que vas?-

- ¡Suéltame!-

Sin pensarlo dos veces, le doy un rodillazo en su entrepierna, haciendo que este suelte un quejido de dolor. Aprovecho la situación para empujarlo y correr hacia la puerta pero, justo cuando voy a salir, dos hombres aparecen en la entrada y me apuntan con pistolas.

- Tienes un par de huevos preciosa.- se burla Khalid mientras se incorpora.- No vas a salir de esta casa ni de esta habitación hasta que yo lo decida.-

Viene hasta a mí y me agarra del pelo.

- ¡Ahh, suéltame animal!-

No me da tiempo a reaccionar cuando me da un puñetazo tan fuerte que me quedo sin conocimiento.

Cuando abro los ojos veo que estoy en una especie de sótano, en el suelo, con las manos encadenadas a una pared. El lugar me recuerda a la sala de torturas en la que me metió Horus, solo que aquí hay muchas menos cosas, solo una mesa con algunas cosas,  dos puertas y una silla en dónde estaba ese cabrón mirándome con una sonrisa.

Ahora estaba vestido con una camisa blanca y unos pantalones grises. El reloj de su bolsillo indicaba la una y media de la madrugada, por lo que había pasado alrededor de una hora desde que me desmayé.

De repente le veo levantarse y venir hacia mí.

- Podemos hacer esto por las buenas o por las malas Aisa.- espeta con cinismo.- Y créeme que prefiero que sea a las malas, eso me excita mucho más.-

«Maldito hijo de puta...»

De pronto, su móvil comienza a sonar.

- ¿Qué sucede?- bufa con molestia.- ¿Cómo que no hay rastro de él?- veo como sus ojos se oscurecen.- ¡No puede estar muy lejos así que buscadle!-

Me mira con odio.

- Veo que has avisado a Horus antes de que llegara a mi trampa.- sentencia.- Y pensar que tan solo le quedaban unos pocos de kilómetros para encontrarse con un grupo de rusos que iban a matarle.-

«Dios mio Horus...»

- Pero por desgracia para él no tiene a dónde ir.- ríe.- Si no lo matan los rusos lo harán los hombres de Seth.-

- ¿Por qué?- pregunto.- ¿Por qué los odias tanto?-

- Porque son unos malditos bastardos.- escupe.- ¡Porque me quitaron lo que es mío por derecho!- exclama.- ¡Mi trono!-

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora