Capítulo 9

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Mi corazón late a mil por hora. Horus se aproxima a mí con una mirada llena de odio y yo solo busco la forma de salir de esta, más me vale encontrarla o estoy muerta.

- Cariño no sé de que me hablas.- murmuro.- ¿Qué hay en ese frasco, colonia?-

Sin tener tiempo para reaccionar, me da una cachetada que me hace caer al suelo. Veo como estrella el frasco contra el piso haciendo que este se rompa en miles de pedazos. A continuación me coge del pelo y me incorpora, provocando que suelte un quejido de dolor.

- ¡¿Así que pensabas matarme Aisa?!- grita.- ¡¿Enserio creíste que iba a ser tan sencillo?!- intento soltarme pero es demasiado fuerte.- ¡¿De verdad pensabas que no sabía cuál era tu plan?!-

- ¿Cómo?- 

Me arrastra hasta el cuarto de baño y suelto un chillido de dolor. Me aprisiona contra su cuerpo. Con una mano me sigue sujetando el cabello mientras que con la otra me agarra el cuello y me obliga a mirar al espejo.

- ¿Es bonito verdad?- suelta con burla.- Cualquier mortal ignorante pensaría que es un simple espejo, pero en realidad es una ventana.- me quedo paralizada.- Mi hermano y yo vimos y escuchamos todo mientras os cambiábais.-

Me gira y nuestros rostros quedan pegados.

- Seth sugirió que os matáramos directamente, ¿pero eso que gracia tiene?- espeta.- Aún no me he divertido contigo.-

No espero más y le doy una patada con todas mis fuerzas en sus partes. El me suelta profiriendo un quejido. Salgo del baño y me dirijo corriendo a la puerta pero antes de poder abrirla noto como tiran de mi cabello.

- ¡Aaahhh, suéltame hijo de puta!- 

- ¡Cállate!-

Me lleva hasta la cama y me tira en ella. Noto como mi espalda choca contra el colchón y como él se posiciona rápidamente encima mía.

- ¿No vamos a desaprovechar el modelito que te has puesto no?- me doy cuenta de que estoy en lencería.- Al fin y al cabo es nuestra luna de miel.-

Empiezo a golpear su pecho pero no sirve de nada. Coge mis manos y las coloca encima de mi cabeza, sujetándolas con una de las suyas, mientras que con la otra echa a un lado la tela que cubre mi intimidad. Besa mi cuello bruscamente dándome unas mordidas dolorosas. Escucho como la cremallera de su pantalón baja.

Está claro que no voy a poder evitar esto, es más fuerte que yo. Sin embargo  no pienso darle el placer de verme sufrir.

- ¡Hazlo de una vez!- grito tomándolo por sorpresa, ya que dejo de poner resistencia.- Estoy acostumbrada a que abusen de mí.- sentencio.- No es nada nuevo gracias a tu maldita familia, así que fóllame si tantas ganas tienes, ten por seguro que yo pensaré en alguien más.-

Cierro los ojos y me concentro en la figura de Marcos. Siempre he hecho lo mismo desde que me violaron por primera vez, pensar en él, pues hubiera sido al único al que me hubiera entregado por amor.

Espero a que empiece esta tortura pero, para mi sorpresa, Horus me suelta y se incorpora. Abro los ojos y veo cómo se abrocha el pantalón.

- ¿Por qué me tomaría la molestia de follarte a la fuerza cuando todas la mujeres de este país se mueren porque las penetre?- su voz es grave y muestra cierto rencor.- ¡Rayan!-

La puerta se abre y veo a tres hombres en la puerta. El más joven entra y se acerca a nosotros.

- ¿Mi señor?-

- Llevad a esta traidora a los calobozos.- le ordena.- Solo tomará pan y agua.- 

- ¿Crees que un calabozo me va a detener?- suelto armándome de valor.- ¡No voy a descansar hasta destruirte a tí y a tu hermano!-

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora