Capítulo 59

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Horus

Cuando Aisa me cuelga el teléfono mi corazón da un vuelco. ¿Cómo demonios he podido ser tan idiota? Pero no lo entiendo... no entiendo por qué Khalid ha hecho todo esto... no entiendo por qué tiene el tatuaje de Seth... No tiene sentido.

«Idiota... lo único que te tiene que importar ahora es rescatar a Aisa»

¿Qué voy a hacer? Si es cierto lo que la pelirroja me dijo, si de verdad Dimitri Vólkov está con ellos no puedo ir yo solo, me matarán y a ella también. Necesito ayuda y, aunque sea arriesgado, solo sé de alguien lo suficientemente fuerte como para que pueda ayudarme a acabar con ellos... Alguien que me quiere matar.

Conduzco el ferrari durante algo más de media hora, a la máxima velocidad, hasta que, a lo lejos, veo la mansión que unos días atrás era mi hogar.

«Espero que no me maten nada más verme...»

A medida que me voy acercando veo un gran número de luces.

«Parece que han aumentado considerablemente la seguridad»

Cuando ya estoy muy cerca, todos los focos me iluminan y varios hombres rodean el coche apuntándome con ametralladoras.

- ¡Bájate del coche con las manos en alto!- eschucho por unos altavoces.- ¡Haz lo que decidmos o dispararemos!-

Con mucho cuidado, salgo del vehículo poniendo mis manos por detrás de la cabeza. Al instante, unos guardias me agarran mientras que otros registran el coche.

Veo como todos a mi alrededor me miran con desprecio y asco, les debo parecer un traidor de lo peor por atentar contra la vida de mi hermano. Y, una parte de mí,no los culpa por pensar así aunque, si hubiera podido, no habría permitido que Aisa le hiciera daño a Seth y más sabiendo que él no fue el que mató a su familia.

«Pero, entonces... ¿Por qué mi hermano asumió ese asesinato como si él hubiera sido el culpable?»

Vuelvo a la realidad al recibir un puñetazo en el abdomen.

- Tienes un par de huevos para volver aquí después de lo que hiciste.- escupe Dylan.- Pero hasta aquí llegaste traidor.-

Me apunta con la pistola mientras dos de los guardias me sostienen.

«Mierda... ni siquiera me van a dejar explicarme...»

- ¡No eres tú el que tomará esa decisión!-

Desvío la mirada y veo a Rachel acercarse desde lo lejos.

- Tenemos órdenes de matarlo.- replica el moreno.

- Tenéis órdenes de capturarlo.- corrige ella.- Rayan será el que decida lo que hacer.-

Hace un gesto con la mano para que los hombres que me tienen agarrado me suelten.

- Creo que Horus puede caminar solo.- indica.- Sígueme y no hagas ninguna tontería porque te dispararán.-

Me gustaría agradecerle esto pero no quiero que sospechen de que ella me ha ayudado, así que solo asiento con la cabeza y la sigo bajo la atenta mirada de todos. A pesar de todo, dos de los hombres nos persiguen cargando sus armas, supongo que por precaución.

Cuando entramos en la casa, en el recibidor puedo ver a Rayan junto a un grupo de guardias esperándonos. Por primera vez, veo que el castaño me mira con decepción y eso me duele, pues para mí Rayan no solo era mi hombre de confianza sino un amigo.

- ¿Por qué has vuelto?- pregunta.

- Yo...-

- No eres de los nuestros, no eres bienvenido aquí traidor.-

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora