Epílogo

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*** 4 años después ***

Aisa

El pequeño Malek no para de reír y saltar, jugando con Guerra y Muerte. Es un travieso, Horus dice que le recuerda mucho a él cuando era pequeño. Lo cierto es que se parecen mucho, solo que Malek tiene el cabello pelirrojo, como yo.

Termino de ponerme el vestido y los tacones cuando escucho un suave gimoteo.

- Mami... la hermanita se ha despertado.- murmura Malek señalando la cuna.

Voy hasta allí y tomo en brazos a mi pequeña Isabella. Sí, así fue como decidí llamar a mi hija, aunque a Horus no le hizo mucha gracia el nombre, pero ni modo, me tocaba a mí decidir.

Hoy es el día de su bendición, lo que en otras religiones se conoce como bautizo.

De repente, la puerta se abre y aparece Horus.

- ¡Papiii!- grita Malek corriendo a abrazarlo.

- ¡Ey campeón!- sonríe Horus cogiéndolo en brazos.- ¿Por qué no vas a saludar a tus padrinos?-

- ¡Sí!-

Horus le deposita en el suelo y el pequeño sale corriendo seguido por los lobos.

El pelinegro ríe y se acerca a mí.

- ¿Cómo está la mujer de mi vida?-

- Estoy lista amor.- respondo.

- Me refería a mi hija.- dice con burla.

- Espero que eso lo recuerdes esta noche, cuando tu amigo tenga ganas de jugar.-

Horus me agarra delicadamente de la cintura y me acerca a él, juntando nuestros labios en un intenso beso.

- Me encanta cuando te pones celosa.-

- Idiota...- río.

- Anda vamos, nos están esperando.

Asiento y salgo cargando a Isabella, junto con mi esposo. Cuando llegamos al jardín, que es donde se va a realizar la ceremonia, veo en un lado a Zeus y a Hera, con sus tres hijos.

Sí, aparte de Ares y Apolo, los cuales ya tienen 7 y 4 años respectivamente, Hera dio a luz hace unos meses a otro varón, al cual le pusieron Hermes. No me extrañaría que volviera a quedar embarazada pronto, pues ella está deseando tener una hija.

Después de la muerte de Seth, mi esposo decidió que Zeus y Hera serían los padrinos de Malek y, por supuesto, yo estuve completamente de acuerdo con la elección.

Por otro lado, en la otra zona se encuentran Rayan y Rachel. Ambos se casaron hace un par de años y están esperando una niña que nacerá en unos meses.

Mi amiga tiene muy claro el nombre que tendrá la pequeña... Adia, en honor a Alice y a Nadia.

Ellos serán los padrinos de Isabella, pues se han convertido en estos años en grandes amigos, tanto para Horus como para mí.

Cuando el sacerdote supremo aparece, nos acercamos al altar y comenzamos la ceremonia.

Tras finalizar, decidimos comer todos juntos en el jardín, en unas mesas que las esclavas o, mejor dicho las sirvientas, pues hace mucho que convencí a Horus para dejar de tratarlas de forma tan despectiva, prepararon para nosotros, con una decoración preciosa y unos platos exquisitos.

- ¿Bueno y que tal va todo por Italia y Grecia Zeus?- pregunta mi esposo.

- Muy bien.- indica.- Todos nos temen y nos respetan, no he tenido ningún problema.-

- Eso es bueno, por aquí hemos estado muy tranquilos también.- responde.- Lo cierto es que hicimos muy bien en mostrarle a las demás mafias que estamos aliados.-

- Desde luego ahora se lo piensan dos veces antes de atacaros.- interviene Hera.- ¿Quién querría problemas con estos dos locos?-

Ella y yo nos reímos mientras los otros se quejan.

- Si nos disculpáis, Rachel y yo nos retiramos.- interrumpe Rayan.- El embarazo es algo delicado y mi esposa necesita descansar.-

- Por supuesto Rayan.- contesta Horus.- Gracias por aceptar ser el padrino de mi hija.-

- Para mí es un honor.- sonríe.- Gracias a tí Horus.-

Con mucho cuidado ayuda a Rachel a levantarse y ambos se marchan. Mientras tanto, nosotros observamos a los pequeños jugar, excepto a Hermes y a Isabella que duermen en la cuna.

- Me alegra que nuestros hijos se lleven bien.- indico.- Seguro que serán grandes amigos en un futuro.-

- Seguro que sí.- asegura Hera.

- Hablando de eso... hay algo que me gustaría proponerte Horus.- añade Zeus.

- ¿De qué se trata?-

- Bueno, mi deseo es que mantengamos esta alianza entre nuestras familias durante muchos, muchos años.-

- El mío también.-

- Lo sé amigo, pero una vez que nosotros no estemos, temo que nuestras familias se separen.-

- ¿Y entonces qué propones?- pregunta mi esposo.

- Una boda.-

- ¡¿Una boda?!-

- Así es.- sonríe el rubio.- Lamentablemente yo no he tenido ninguna hija, así pues, te ofrezco que la tuya, Isabella, se case con mi hijo Ares cuando ella cumpla la mayoría de edad.-

- ¡Espera un momento!- intervengo.- ¿Estás diciendo que mi hija se case con tu hijo a los 18 años?-

- Sí, ¿qué tiene de malo?- contesta.- Conocéis a Ares desde que era un crío,  es un buen chico y cuidará muy bien de Isabella, además es mi primogénito y heredero.-

- En eso tiene razón Aisa.- indica Horus.- Después de todo Ares es mi ahijado, creo que sería un buen partido para nuestra hija.-

- Pero casarla con 18 años... es demasiado joven para eso...- replico.

- Aisa tiene razón.- interviene Hera.- Esperemos a que ella cumpla los veinte, nuestro hijo tendrá entonces 27 y ambos se casarán.-

- Estoy de acuerdo.- dice el rubio.

- Y yo también.- responde Horus.

- Bien, entonces es una promesa... consuegro.-

Todos comenzamos a reír. Miro la cuna donde está mi pequeña y sonrío. Sí, creo que casarse con Ares será bueno para ella. Al fin y al cabo.....

¿Qué tan malo es ser la esposa de un dios?

***Fin***

¿Qué os ha parecido?

Este es el final de Esclava de un dios, sin embargo, todavía hay un capítulo especial que será muy cortito.

Muy pronto subiré la secuela de Esclava de un dios !!! Para más información atentos a mi Instagram.

Si os ha gustado recomendad la historia y dadle vuestra ⭐!!!

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Os amo ️❤️

Esclava de un diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora