Horus
Todos estamos reunidos ante las puertas del gran mausoleo de mi familia. Hace mucho viento y las primeras gotas de lluvia empiezan a caer, pero eso no evita que enterremos a mi hermano como se merece, como a un dios.
Aisa y yo estamos junto a las escaleras de la entrada al mausoleo. Ambos nos encontramos bien, ella está un poco preocupada por el bebé, porque el hijo de puta de Khalid la torturó y la violó brutalmente, algo que le voy a hacer pagar con sangre, igual que la muerte de Seth.
Sin embargo, el doctor la revisó al amanecer y dijo que todo estaba bien, solo que necesitaba reposo y tranquilidad.
Por mi parte solo tengo una venda que cubre mi hombro derecho por el tiro que me dio Dimitri Vólkov, pero no es nada grave, sanará en unos días.
Vuelvo a la realidad cuando, a lo lejos, veo al sacerdote supremo seguido de seis guardias que llevan el cuerpo de mi hermano, envuelto en vendas. A medida que avanzan entre los empleados de la casa, todos hacen una última reverencia.
Cuando ellos entran Aisa y yo les seguimos hasta el interior de la estructura. Una vez dentro, contemplo el gran pasillo lleno de salas donde se encuentran los sarcófagos de mis antepasados.
A mi hermano lo llevan al fondo del pasillo, a la zona de la izquierda. Allí, junto al sarcófago de Neftis, hay otro en el que los guardias meten con mucho cuidado el cuerpo de Seth. Después lo cierran y el sacerdote comienza con el rito religioso.
Aún no puedo creer que todo esto haya sucedido, que mi hermano no esté. No he podido dormir en toda la noche, no he querido comer nada y, aunque no quiero que Aisa se preocupe por mí, no voy a poder descansar en paz hasta que no haya vengado la muerte de Seth.
Rayan me dijo que era bastante improbable que Rayan sobreviviera después de que mi hermano lograra atravesarle con la viga de madera, pero no quiero sorpresas, no descansaré hasta ver el cuerpo de ese hijo de puta sin vida y, nada más que se termine el funeral, ordenaré a todos mi hombres buscarlos por todo Egipto. De hecho, ya he mandado algunos a los aeropuertos y fronteras para que no pueda escapar.
En cuanto a los Vólkov, después de que yo matara a su líder, dudo que nos vuelvan a dar problemas. Es solo cuestión de tiempo que alguna otra mafia de la zona se haga con sus territorios y dominios.
- Horus...-
La voz de Aisa hace que mis pensamientos desaparezcan.
- ¿Qué sucede?- susurro.
- ¿Por qué abajo del sarcófago de tu hermano pone Malek Al-Asad?- pregunta.
- Porque ese es su verdadero nombre.-
- ¿Qué quieres decir?-
- ¿Ves la estela del sarcófago de Neftis?- digo señalando al de al lado.- Si te fijas pone Natasha Al-Asad.- indico.- Nosotros solo recibimos los nombres de los dioses cuando nos consideran dignos de ello.-
- Entonces... si el nombre de tu hermano era Malek... ¿Cuál era tu nombre?-
- Alí.- respondo.- Alí Al-Asad.-
- Señor.- el sacerdote nos interrumpe.- Aquí hemos terminado, prepararé todo fuera para la ceremonia.-
Asiento y se marcha seguido de los hombres. Me acerco hasta el sarcófago y acaricio la estructura de oro y piedras preciosas.
- Prometo que te haré sentir orgulloso.- murmuro aguantándome las lágrimas.- Adiós hermano.-
Agarro la mano de Aisa con delicadeza y ambos salimos al exterior. Allí todos nos esperan con expectación, pues ahora será el momento en el que me nombrarán como nuevo líder de los Inmortales.
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Esclava de un dios
AcciónAisa Miller va a Egipto dispuesta a vengarse de los hermanos que dirigen la mafia conocida como Los Inmortales, por todo el daño que le hicieron a su familia. Sin embargo, el plan que ella había diseñado durante tanto tiempo fracasa, y termina conv...