Capítulo X

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Nadie se había percatado del pequeño detalle que había desaparecido de rostro de Dylan, ni siquiera él. Al llegar al hospital se dirigieron a donde se encontraba el el doctor Roberth. Él los esperaba con una sonrisa en el rostro como lo había hecho los últimos años.

- Vaya, no te veo un tiempo y ya creciste demasiado Dylan.

- No exagere doctor, sigo siendo el mismo.

- Eso lo veremos, bueno, tu padre ya me ha informado de lo sucedido y creo que Gale ha hecho un trabajo. Sin embargo, dime ¿sientes algún malestar?

- Bueno, me dolió un poco la cabeza hace un rato, pero fuera de eso todo normal.

- Bien, haremos unos exámenes para estar seguros... - el doctor se quedó observándole un rato. -¿Stiles, no habias dicho que tenía un ojo morado?

El rey se acercó a ver el rostro de su hijo y asombrosamente el golpe había desaparecido.

- No está. - dijo asombrado.

- ¿Tú lo hiciste?

- De hecho no, Gale fue el único que estuvo tratándolo.

A Roberth le parecía extraño lo que estaba sucediendo. Los poderes de Gale aún no se habían desarrollado por completo como los de Stiles. Aunque podía curar enfermedades letales y revertir la muerte por alguna razón las heridas simples parecían no poder ser sanadas por él. Podía disminuir el dolor, pero la herida seguiría allí. Él único que podría haberlo sanado era Stiles a menos que...

- Perdonen sus majestades, el clan los necesita de inmediato en el castillo. - interrumpió uno de los betas del clan.

- Bien, nos iremos, pero volveremos de acuerdo Dylan. - el chico asintió. - Cuida a mi hijo Roberth.

-Por supuesto.

Los reyes se marcharon y Roberth aprovecho para tener una charla con Dylan.

- Sabes Dylan, tu padre y yo hemos estado entrenando a Gale y aunque ha logrado hacer grandes cosas aún no puede sanar heridas simples por alguna razón que desconozco. Es por eso que no pudo desaparecer tu ojo y ahora que vienes aquí ya no está. Tu padre ha dicho que no te trato con su magia así que me hace creer que hay algo que nos estas ocultando. Dime Dylan ¿Hay algo que debamos saber?

El chico lo pensó por un momento y fue entonces que recordó haberse mojado el rostro. Él se había sanado sin haberse dado cuenta. Guardo silencio.

- El agua es un elemento muy poderoso. Es vital para la supervivencia de cualquier ser vivo, es movimiento, es energía y es vida. Sé que te cuesta controlarla, pero no tienes nada que temer Dylan. Yo te sostuve por primera vez en este mismo hospital y hemos sido amigos no. Sabes que puedes contarme lo que sea y...

-Puedo hacer lo que papá hace, pero utilizo el agua para hacerlo. No es la primera que lo hago sabes, la primera vez lo hice con Harsh. Una serpiente lo mordió y estuvo a punto de morir, pero yo use mis poderes y él volvió. A veces cuando entró en contacto con el agua mis golpes y heridas sanan instantáneamente y eso pasó hoy. Me lavé el rostro y el golpe se fue. No he querido decirle a papá porque aún no puedo controlarla, no puedo controlar mis habilidades y he visto como ve con orgullo a los trillizos y yo solo no quiero decepcionarlo entiendes.

- Tu papá no se decepcionaria de ti nunca. Todos ustedes son su felicidad y orgullo sabes. Cuando naciste pude ver su cara de felicidad y créeme que Stiles sentirá muchas cosas por ti, pero decepción jamás. Debiste decirle y además déjame decirte que tú en parte tienes la culpa Dylan. Sabes muy bien que hemos querido ayudarte a desarrollar tu don, pero siempre te portas renuente.

- Lo sé, es solo que creía que no era lo suficientemente bueno como para recibir ese entrenamiento.

- Hagamos un trato Dylan, no le diré nada a tu padre, por ahora, pero quiero que me prometas que comenzarás a recibir ese entrenamiento. Sabes que los druidas pueden enseñarte algo para poder ayudarte o incluso podríamos recurrir a la ayuda de las hadas aliadas del clan. Ellas dominan muy bien estos temas del control de algunos elementos. Lo que quiero que entiendas es que no estas solo. Tu poder puedes ser mucho más grande que el de tu padre o el de tu hermanos y creo que tú lo sabes muy bien.

Roberth tenía razón. Había pasado todo ese tiempo huyendo de los entrenamientos y era por eso que su control sobre su poder era muy inestable. Recordaba la primera vez que decidió asistir y uno de los betas del clan resultó herido pues, involuntariamente, creo una especie de barrera de agua y luego la transformó en púas de hielo que se lanzaron sobre todos los que estaban allí. También la vez que en la escuela unos chicos comenzaron a molestarlo y se encerró en el baño donde perdió el control y todas las tuberías de la escuela estallaron comenzando a inundarla y por supuesto la vez que salvó a Harsh...

- Bien, tienes un trato.

- No te arrepentirás, créeme.

El trato estaba hecho. Roberth también tenía otros planes para Dylan pues sabía que con el comienzo cercano de una próxima guerra era necesario que el príncipe heredero del clan aprendiera a defenderse por si sólo. A veces una sola persona puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Sin embargo, esas no eran buenas noticias para todos. Si Dylan descubría el poder inmenso que escondía su poder arruinaría todo su plan. Por tal razón, era necesario que hiciera algo al respecto y tenía a la pieza ideal para ello.

- Bien hecho, has jugado muy bien tus piezas tal y como lo esperaba. Sin embargo, aún no es suficiente. Necesito que te ganes su confianza, que crea que eres su amigo y cuando el momento llegue serás tú quien acabe con él.

No sabía que responder. Si bien es cierto se había acercado a Dylan con el propósito de acabar con él, pero también era cierto que en el poco tiempo de conocerlo algo se encendió en él como si la mirada de ese chico se hubiera clavado en su mente o quizás mucho más allá.

- Solo espero que sepas con quien está tu lealtad. Él y su familia nos quitaron todo lo que por derecho era nuestro. Así que decide, él o tú familia.

La respuesta era más que clara o quizás no tenía otra opción.

- Mi familia.

Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora