Capítulo XVI

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Visitas inesperadas

Los días pasaron y el día de la llegada de los amigos de Dylan llegó. Era viernes lo cual sería beneficioso pues de esa forma podrían hacer más cosas juntos. El príncipe había planeado muchas cosas para sus visitantes y lo primero sería ir a acampar al lago. Debido a que quería que sus nuevos amigos conocieran a sus casi hermanos los había invitado y estos aceptaron gustosamente.

Dylan pasó todo el día sonriendo y anhelando que la hora de salida llegará. Los chicos llegarían por la noche y no podía esperar más. Nada podía salir mal o al menos eso pensaba.

La hora de salida llegó y Dylan fue el primero en salir corriendo para dirigirse al auto junto a sus hermanas y Félix quienes no se daban prisa en llegar.

- ¡Diablos! Contesta Briana. - comenzaba a fastidiarse pues ninguna de sus hermanas ni siquiera Félix respondían a sus llamadas.

- Sabes, enojarte no hará que suceda lo que quieres.- Dylan se asustó al verlo parado a su lado. Ni siquiera escuchó cuando se acercó.

- Eres una especie de ninja fantasma o que Elliot. De hecho casi me matas de un susto.

- Lo lamento. - le sonrió. - Eso solo que te vi haciendo rabietas y quise saber que te sucedía.

- Pues mis hermanos no se dan prisa y necesito llegar a casa pronto y ninguno responde mis llamadas.

- Entiendo, pero no conseguirás nada haciendo un berrinche.

- No hacía ningún berrinche. - Dylan se cruzó de brazos e incluso hizo un puchero.

- Lo ves, eres todo un niño pequeño, pero también te ves muy lindo de esa forma. - eso provocó que Dylan se sonrojara de inmediato.

- Yo...

- De hecho, te ves aún más lindo sonrojado.

- Elliot, podrías dejar de hacer eso. - dijo tímido.

- Hacer qué, Dylan. - se colocó muy cerca de él hasta el punto en el que podían sentir la respiración de ambos.

- Elliot...

- De acuerdo, tú ganas, pero no me detengo porque quiera sino porque tú me lo has pedido. - Se alejó dejando que Dylan pudiera respirar tranquilo finalmente. - Bien, también quería hacerte una pequeña invitación.

- ¿Qué sucede?

- Recuerdas la fotografía del ciervo.

- Sí.

- Pues estoy exhibiendo mis fotografías en una pequeña galería aquí cerca y me gustaría que fueras a verlas. - Elliot se sintió apenado de invitarlo.

- Tú quieres que vaya.

- Nada me haría más feliz.

Elliot le sonrió ampliamente. Notaba la sinceridad en sus palabras y pensaba seriamente en aceptar su invitación, pero no estaba seguro. Sin embargo, tampoco quería hacer sentir mal a Elliot. De pronto recibió un mensaje de Bina.

"Llegaremos tarde a casa, problemas con Félix y Gale, hablaremos luego."


Bueno, al parecer tendría que regresar solo al castillo o quizás podría acompañar a Elliot a su exhibición. Vio la hora y se dio cuenta que aún tenía el tiempo suficiente antes de que sus amigos llegaran.

Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora