Un príncipe peligroso II: Dylan

Capítulo XXX

Iban a mitad del camino hacia el valle en donde Izan creía que estaba el Nemeton. En todo el camino ningún había hablado en lo absoluto y sin darse cuenta todos se habían quedado dormidos excepto el beta que conducía.

El auto pasó por un bache provocando que Dylan se despertara y encontrará a Izan viendo un extraño reloj con una sonrisa y algunas lágrimas en sus ojos.

- ¿Izan?

- Hola. - le respondió secando sus lágrimas.

- ¿Te encuentras bien?

- Sí, es sólo que estaba viendo algunos recuerdos. Ven, voy a mostrarte.

Dylan se acercó a él y observó el reloj. Era uno de esos antiguos similar al que usaba el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas. Una vez que Izan cambió el color de sus ojos las manecillas del reloj comenzaron a girar rápidamente y de pronto una imagen se hizo presente. Eran dos niños jugando en el nieve, eran Olena e Izan en su infancia.

- Ella...

- Sí Dylan, ella es mi hermana. Estás viendo mi pasado con ella.

Dylan estaba asombrado del alcance del poder de Izan. Se preguntaba cuál sería el límite de ese chico. Ahora entendía a Peter, Izan era asombroso.

- Pero ¿cómo lo haces?

- Digamos que es una variación de mi poder. Al canalizar mis habilidades a este reloj puedo ver algo que sucedió en el pasado y que además se relacione con lo que estoy sintiendo en este momento. Es como si te mostrará lo que hay en tu corazón.

- Esto es genial Izan.

-¿Quieres intentarlo?

- Pero yo no tengo tu poder.

- No te preocupes, solo relájate y yo me encargo del resto.

Dylan obedeció a Izan y se relajó como le había pedido. Sintió como una energía recorría su cuerpo y de pronto en el reloj apareció una imagen de toda su familia divirtiéndose en la mansión Hale. Dylan estaba sorprendido, pero la imagen fue reemplazada por una de Harsh y de él en su lugar especial. Estaba recostado sobre su pecho mientras que Harsh acariciaba sus cabellos y le decía lo mucho que lo amaba. Izan veía muy curioso aquella escena, pero se sorprendió al ver que esa escena era reemplazada por otra. Era el momento en el que Elliot le declaró lo que sentía en el lago. Izan comprendía lo que estaba sucediendo mientras que Dylan moría de la vergüenza. No pudo seguir y soltó el reloj.

- Yo....

- Tranquilo, no voy a juzgarte si eso crees. - le respondió Izan. - De hecho, estuve en la misma situación que tú cuando conocí a Peter.

- ¿En serio?

- Sí, comprendo muy bien la situación en la que te encuentras. Tu corazón se encuentra dividido entre dos personas.

- ¿Cómo pudiste decidir?

- No fue fácil, pero creo que será mejor que te cuente toda la historia para que puedas comprender lo que sucedió.

Años atrás Izan había vuelto a París para resolver algunos asuntos relacionados con los regalos del Nemeton. Había escuchado que un alfa muy poderoso estaba en busca de la manera de recibir poder del árbol. Izan sabía que este podía ser el inicio de lo que había temido por tanto tiempo. Sin embargo, si tendría que luchar lo haría pues no permitiría que la oscuridad avanzara de nuevo.

Tenía que descubrir quien era el alfa que buscaba con tanto deseo esa información y debía ser uno muy astuto pues Izan había escondido información muy importante en las catacumbas de París donde creyó que nadie la encontraría, pero al parecer habían descubierto su secreto.