Capítulo XV

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Los celos de Gale parte III

Félix no podía creer que todos estaban pensando en acompañarlo al cine junto a Ciel. Si Gale estaba con Virginia no tenía sentido que estuviera celoso o algo por el estilo. Al menos eso pensaba Félix. Bina y Briana pues se imaginaba el verdadero motivo por el que ellas querían ir.

- Bueno si irán todos no esta de más decirles que tengan cuidado siempre y que no regresen tarde. - dijo Liam preocupado.

El verdadero motivo por el cual iba a visitar a Stiles era porque habían noticias sobre la amenaza que los hizo volver a las tierras del clan. Unas criaturas extrañas había sido vistas en los límites del territorio y habían acabado con varios betas en cuestión de segundos. Habían sido descritas como una especie de sombras moviéndose con velocidad y agilidad. Fuera lo que fueran no venían para entablar una conversación razonable. Sin embargo, eso no era lo único que ocurría en el reino.

Los ataques iniciales que hicieron volver a Stiles sólo fueron la punta del iceberg pues varios betas y alfas habían comenzado a desaparecer misteriosamente. Es por eso que Liam se sentía preocupado por dejar que su hijo y los príncipes salieran heridos. Quizás esas cosas estaban relacionadas con las desapariciones y si eran tan peligrosas como las describían...

- Descuida tío Liam, estaremos atentos a todo. - dijo Briana.

Una vez que Stiles les dio permiso para salir todos se dirigieron a los autos para poder ir al cine. Sin embargo, Félix aún no abordaba ningún auto.

- ¿Qué sucede Félix? - preguntó Bina.

- Bueno...

- Dense prisa o no llegaremos a tiempo.- dijo Gale impacenteado desde su auto.

- Vamos Félix. - le dijo Briana.

- Yo... - de pronto un audi negro apareció en la entrada del castillo Stilinski. El piloto bajó el vidrio y dejó ver el rostro de un chico muy atractivo.

- Hola Félix ¿estás listo?

Gale vio el rostro de Ciel y de nuevo la furia lo invadió y aún más cuando vio cómo Félix se acercaba al auto para poder subirse. No dudo ni dos segundos en bajarse y caminar furioso hasta el auto y sujetó de un brazo a Félix impidiendo que se fuera con Ciel. Comenzó a arrastrarlo hacia su auto a pesar de que el chico le gritaba que lo soltara.

- SUÉLTAME GALE, SUÉLTAME. - Le gritaba Félix.

- OYE. - Le habló Ciel. - CREO QUE HA DICHO QUE LO SUELTES. - golpeó a Gale en el rostro logrando que Félix quedara libre.

Gale se levantó de inmediato e iluminó sus ojos amenazando a Ciel y este hizo lo mismo. Una pelea iniciaría en ese momento, pero Gale giró a ver a Félix y se dio cuenta de la cara de terror en su rostro. Vio cómo trataba de ocultar su muñeca pues lo había dejado marcado por la fuerza que este le ejerció. Se sintió mal a más no poder pues había hecho algo imperdonable.

- Félix... - Gale volvió a su auto y se marchó junto con Virginia.

Briana y Bina no podían creer lo que había pasado. Jamás habían visto a Gale de esa manera.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó Ciel acercándose a Félix para poder ayudarlo.

- Sí, tranquilo, estoy bien. - Félix se puso de pie. - Creo que deberíamos irnos o no llegaremos a tiempo.

- No Félix, descuida, podemos...

- Ciel, te prometí que iríamos hoy y eso haremos. - Félix se escuchaba decidido y Ciel no pudo negarse a aceptar llevarlo al cine.

- ¿No vendrán? - les preguntó a las hermanas.

- No Félix, descuida, iremos a otro lugar. - dijo Bina.

- Sí, ve con Ciel, nosotras estaremos bien. - aclaró Briana.

- Nos vemos luego en ese caso.

Ciel y Félix se marcharon mientras que Bina y Briana se quedaban paradas en la entrada preocupadas por lo que acababa de suceder.

- Crees que deberiamos hacer algo Bri.

- En definitiva debemos hacer algo Bi. No sé qué pueda ser, pero no nos quedaremos sin hacer nada.

Unas horas después Félix y Ciel salían del cine. Habían olvidado lo que había sucedido con Gale e incluso Félix se veía más feliz. Había disfrutado mucho la película, pero sobre todo la compañía de Ciel. Era un chico demasiado agradable y se había dado cuenta que compartían muchas cosas en común. Luego del cine habían ido a comer algo y durante todo la cena se la pasaron riendo y disfrutando de la compañía del otro.

Cuando caminaban hacia el auto de Ciel una ventisca helada los golpeó ocasionando que Félix temblara del frío. Como buen caballero Ciel se quitó la chaqueta de mezclilla que llevaba y se la colocó a Félix para que dejara de sentir frío. Además, de esa forma podría asegurarse de dejar algo de su aroma en el chico.

- Gracias.

- No hay de qué. - le guiñó el ojo.

Ciel condujo de regreso al castillo Stilinski para dejar a Félix. Al llegar no quería que el chico se marchara pues en serio comenzaba a enamorarse de él.

- Gracias por lo de hoy, me la pase muy bien.

-Gracias a ti por aceptar mi invitación.

- Emmm te devolveré tu chaqueta y...

- Descuida, se te ve mejor a ti que a mí. Considerala un obsequio.

- Te lo agradezco. - respondió sonrojado.

- Sabes, te ves muy tierno cuando te sonrojas. - Ciel colocó su mano en la mejilla de Félix y luego tomó su barbilla y comenzó a elevar su rostro.

Iba a besarlo, quería hacerlo, pero no quería asustarlo. Siguió acercándose lentamente y Félix no hizo nada para evitarlo. Estaban a unos escasos centímetros y Ciel no podía esperar más. Sin embargo, cuando estaban a punto de unir sus labios, Félix se apartó.

- Gracias de nuevo.

- Deja de agradecerme.

- Supongo que te veo luego.

-Te escribiré pronto.

- Lo estaré esperando.

Félix bajó del auto y se despidió de Ciel. Entró en el castillo y escuchó el sonido del auto marcharse. Subió a su habitación, entró y se dejó caer en su cama. Sonrió al recordar la cita que había tenido con Ciel, pero esa sonrisa se borró al ver la marca de la mano de Gale en su muñeca.

- ¿Qué te sucedió? Tú no eras así. - una lágrima resbaló por el rostro de Félix. Sin darse cuenta se quedó dormido sin siquiera quitarse la ropa que llevaba puesta.

Unos minutos después Gale volvió al castillo. Se dirigía hacia su habitación, pero se detuvo frente a la puerta de Félix. Tenía que disculparse, se sentía demasiado culpable y no estaría en paz hasta hablarle. Sin embargo, antes de tocarla detectó otro aroma en la habitación del chico. Era el aroma de alguien en especial, Ciel estaba adentro.

No pudo continuar pues se dio cuenta que está vez la había arruinado en grande. Por su culpa Félix ahora estaba en los brazos de otro chico. Lo había perdido para siempre, había perdido a Félix.


Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora