Capítulo XXXV

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Harsh y Matteo parte I

No dejaba de pensar en lo que Elliot podría estar haciéndole a Dylan en este momento. Su sangre le hervía porque sabía que ese lobo aprovecharía su tiempo a solas con el príncipe para quitárselo de una vez por todas.

Sabía que había logrado un avance con Dylan al decirle que planeaba recuperarlo, pero está misión entorpecía todo. Mentiría si dijera que estaba de acuerdo con la orden de Stiles, de hecho, comenzaba a creer que todo esto habia sido su plan desde un principio.

Bueno, se lo había ganado. Le rompió el corazón a su hijo. Talvez era la revancha del padre de su exnovio. Sin embargo, eso no justificaba el hecho de que lo enviara con ese adonis griego llamado Matteo.

No habían hablado en todo el camino. No obstante, Harsh no podía dejar de observar al hijo de Carmine. Quién podría hacerlo, era demasiado atractivo.

- Si lo veo bien, no está tan mal. Es muy atractivo y además miren ese brazos y su cuerpo que seguro.

Harsh sacudió sus pensamientos. Que rayos le pasaba, él amaba a Dylan. Además, ese Matteo seguro era un odioso engreído. Debía creer que era superior sólo por ser hijo de uno de los líderes del clan.

- Sabes, comienzo a creer que no te agrado. - mencionó Matteo.

- Que comes que adivinas. - le respondió Harsh.

- Bueno, eres muy obvio. Además, tu olor te delata tonto. Por si olvidabas somos hombres lobos y tu aroma a enojo comienza a sofocarme. - finalizó Matteo mientras bajaba las ventanillas del auto en el que estaban viajando.

Harsh olfateo un poco el ambiente y en efecto podía sentirse el aroma de su enojo. Ahora comprendía lo que Dylan le decía en cuanto no poder evitar esconder sus emociones de su familia.

- Tampoco creas que estoy encantado de haber venido contigo a esta misión. Hubiera preferido a cualquier otro beta y no uno que acaba de convertirse y que ni siquiera es consciente de las nuevas capacidades que tiene. Solo eres un peso muerto y harás que nos retrasemos aún más en llegar a la fortaleza del rey Estes. Ahora entiendo porque Dylan prefiere a Elliot. Comparado contigo Elliot es la mejor opción para Dylan.

Si antes no le agradaba ahora lo odiaba por completo. Quien se creía Matteo para decirle ese tipo de cosas. No es como si él con su cuerpo tonificado, su cara que parece tallada por los mismos ángeles y su mirada que podría matarte fuera una buena opción de pareja.

-Maldita sea, otra vez estoy pensando en él. - se dijo así mismo.

- No me importa lo que digas. No sé qué es lo que te creas para hablarme de esa forma, pero quiero que sepas que voy a recuperar a Dylan a toda costa. Es la única persona a la que podré amar en esta vida. - al decir aquello, Harsh pudo sentir como el aroma de Matteo cambiaba ligeramente a uno de tristeza. - Solo eres un engreído molesto y la única razón por la que estoy aquí contigo es porque el rey me lo ordenó de lo contrario preferiría estar a tres metros bajo tierra a que tener que soportar un minuto más de tu presencia. - finalizó.

Ese fue el golpe más duro. Matteo tampoco comprendía porque se sentía de esa manera al escuchar a Harsh decir esas palabras. Su lobo sentía morirse y lo peor, su olor lo delataba completamente. Por alguna razón, al ver a Harsh la primera vez, sintió como si una parte de él por fin estuviera completa. Una sensación cálida como una brisa de verano lo llenó, sus latidos se aceleraron e incluso pudo sentir como su lobo imploraba por entrar en contacto con el chico. Jamás se había sentido así por nadie, excepto por Harsh. El problema era que el corazón del chico le pertenecía a alguien más y ese alguien no era él.

Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora