Capitulo XLVI

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- Estar muerto no es muy diferente a quedarte dormido. No sientes dolor solo un profunda calma en medio de todos tus problemas. Cuando morí solo pude verme en un campo enorme  con gran claridad y una brisa fresca que me acariciaba el rostro. No parecía que hubiera muerto, no lo creí en realidad, hasta que una dama muy extraña apareció frente a mí. Era muy hermosa y su voz te arrullaba cómo una canción de cuna. Al presentarse conmigo me dijo que era la diosa de la luna la madre de todos los hombres lobos. Dijo haberme visto desde el momento en que nací pues le llamaba mucho la atención y sabía que habría algo muy grande con mi nacimiento. Confesó que en parte ella fue quien me brindó mis poderes con la ayuda del Nemeton y que estaba fascinada con todos nosotros. Entonces me hizo una pregunta, ¿Estás listo para morir?. No sabía que responder, quién lo sabría en realidad, pero antes de dar mi respuesta escuché el llanto de Derek y de mis hijos, el de todos en general. Mi corazón se rompió al ver qué yo les había causado tanto dolor y supe, en ese momento, que no podía dejarlos aún. Entendí que aún no estaba listo para morir. La diosa lo comprendió muy bien y fue por eso que utilizó a todos a los que les había dado el regalo del Nemeton para poder ayudarme a volver. Y así fue como volví, lo siguiente que supe es que estaba de regreso con ustedes, mi familia y claro con mi lobito amargado.- finalizó Stiles abrazando más a Derek que se encontraba recostado a su lado y quién además no se había vuelto a alejar de él.

Luego de aparecer en el Nemeton había sido llevado a la mansión Hale, su viejo hogar, para que los druidas lo revisaran mientras él contaba la historia de como era estar muerto y de como había vuelto a la vida.

Los druidas habían concluido que el rey estaba sano y no tenía ningún problema. Sin embargo, Derek había jurado no separarse nunca de su Stiles. De hecho se ponía gruñón si alguien que no fueran sus hijos intentaba acercarse demasiado.

Deaton les había dicho que se debía a la falta que le había hecho a su lobo estar junto a su pareja y que probablemente continuaría así por unos días.

- Si que viviste una experiencia muy fuera de lo común Stiles. Ni Alicia ni yo pudimos predecir tu muerte en ningún momento. Solo era un sentimiento de intranquilidad, pero no tan intenso como para saber de qué se trataba de la muerte de alguien. - dijo Lydia.

- Bueno es ya no importa, lo importante es que mi mejor amigo está de vuelta con nosotros y...- Scott se intentó acercar, pero fue detenido por el gruñido de Derek Hale.

- Tranquilo, solo es Scott.

- Mío, Stiles mío. - el rey supo lo que estaba a punto de pasar al escuchar el tono de su voz lo cual encendió algo en él al mismo tiempo.

- Está bien lobito, no me iré de aquí te lo prometo.

El rey solicitó a todos que se retirarán antes de que todo se saliera de control y así lo hicieron. Una vez solo los ojos de Derek comenzaron a brillar en su tono rojo y Stiles percibió ese aroma peculiar que sucedía de vez en cuando. Derek también sintió ese aroma dulce en su querido esposo y supo que ambos estaban listos, ambos habían entrado en celo una vez más.

No obstante, no todo era miel sobre hojuelas en la mansión. Aún habían asuntos pendientes que resolver, más bien dos casos en particular. A pesar de que Elliot se mantuvo al lado de Dylan en todo momento este aún seguía lastimado por las acciones que había tomado el chico. Y el caso más serio era probablemente el de Gale y Félix. Aunque las gemelas habían hecho lo posible por tratar de ayudarlos nada había funcionado como ellas hubieran querido.

Pero, las hermanas no eran las únicas que se habían dado cuenta de lo infelices que eran Gale y Félix.  Virginia y Ciel se habían dado cuenta de la falta que se hacían el uno al otro y a pesar que Virginia era la novia de Gale y que Ciel amaba a Félix sabían perfectamente que el corazón de ambos no les pertenecían y tenían que aceptarlo.

Por otro lado, Dylan había decidido salir un rato pues no quería escuchar a sus padres en ese estado. Más bien todos se fueron pues el olor de ambos comenzó a inundar toda la mansión. El joven príncipe caminaba por el bosque pensando en tantas cosas sin llegar a la solución de ninguna.

Llegó hasta el acantilado en donde una vez su padre también se sentó a pensar tantas cosas. Al igual que esa vez alguien lo observaba y pudo notarlo. Sin darse cuenta se había acercado demasiado a la orilla y está se había desprendido provocando que comenzara a caer al vacío.

Lo irónico de todo, es que al igual que Stiles, Dylan fue salvado por alguien. El príncipe mantenía sus ojos cerrados aterrado por lo que había pasado, pero una dulce voz comenzó a hablarle.

- Todo está bien Dylan, nunca dejaré que algo malo te pase. - dijo Elliot abrazándolo tan fuerte como si tuviera miedo a perderlo.

- ¿Qué hacías aquí?

- Quería hablar contigo, pero no me atrevia a hacerlo hasta que vi que ibas a caer de este tonto acantilado. Dylan, no podía dejar que algo malo te pasara, no de nuevo. No quiero perder a la única persona que me queda en este mundo. - una lágrima resbaló por la mejilla de Elliot.

El corazón de Dylan se enterneció ante aquello. Su lobo le suplicaba que cuidara de Elliot pues le hacía mucha falta el contacto del lobo al que amaba profundamente. Las acciones de Elliot eran comprensibles pues quien no haría lo posible por salvar a alguien que ama. Dylan no podía seguir enojado con él, no podía odiarlo si le había demostrado que estaría con él cuando fuera. Elliot estaría siempre allí para ser su ancla.

Dylan no supo cómo o cuándo, pero había limpiado las lágrimas de Elliot y ahora se encontraba besándolo con tanto amor y cariño demostrando lo mucho que le había hecho falta. Elliot había hecho lo mismo, por fin sentía que podía respirar nuevamente. No podía prometerle a Dylan la luna y las estrellas, pero si podía prometerle que haría todo lo posible por ayudarlo a alcanzarlas. Estaría con él siempre, cuidaría y amaría a su príncipe peligroso.

Horas después

Stiles y Derek habían decidido tomar un breve descanso sobre todo cuando un beta tocó a su puerta informando que alguien deseaba hablar con sus majestades. Arreglaron todo y se acomodaron sus prendas para dejar entrar a quien los interrumpía.

- Habla de una vez.- dijo Derek con cierta molestia.

- Derek, comportate quieres. ¿Qué necesitas?

- He venido a hacerles una propuesta y no me marcharé hasta que ustedes me dejen hacerlo.

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Hola a todos!!! Espero se encuentren bien y tengan un buen comienzo de año. Lamento haber mantenido tanto tiempo en pausa está historia, pero está vez si prometo darle el final que se merece acabando así esta serie de historias que espero les haya gustado tanto como a mí. El final está muy cerca, pero déjenme saber sus opiniones sobre quién creen que ha ido a hablar con Derek y Stiles y qué es lo que quiere proponerles. Los estaré leyendo, nos leemos luego 😊😊.

Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora