Capítulo VII

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Los celos de Gale, parte I

*Antes del accidente de Dylan

Los trillizos habían arrastrado a Félix lejos de Dylan para poder hacer su acostumbrada exploración de su nueva escuela. Les gustaba y lo admitían pues tenía muchas cosas que Beacon Hills no. Que se esperaba de una escuela construida para los hijos de los líderes del clan de lo doce.

Se lamentaron al escuchar que tenían que buscar su salón de clases. Que pesadez se movieron hacia su clase de ciencias aunque Félix estaba feliz y emocionado de aquello. Como siempre habían llegado con un ligero retraso por lo que la puerta se encontraba cerrada. Briana golpeó la puerta suavemente y un hombre mayor con mala cara les abrió la puerta.

- Ustedes deben ser los chicos Stilinski, no crean que por ser los hijos del rey pueden llegar tarde jovencitos. Los dejaré pasar esta vez, pero que no se repita. - les dijo con el típico tono de maestro mala cara.

Los cuatro entraron al salón e inmediato se ganaron la mirada de todos. No era sólo por ser los hijos del rey sino que también habían heredado la belleza de sus padres por lo que se robaban miradas de vez en cuando. Y Félix no se quedaba atrás, ese chico era todo un encanto, uno que Gale no compartiría jamás.

- Bien, ellos serán sus nuevos compañeros de clases así que se presentaran para que todos puedan conocerlos.

Los trillizos bufaron, pero al notar la expresión del profesor cambiaron d semblante. Las hermanas comenzaron con su presentación ganándose uno que otro halago de algunos chicos. El siguiente fue Gale y si que se llevó la atención de cada una de las chicas de su salón. Habían quedado enamoradas de sus encantos. Finalmente fue el turno de Félix. Hacía unos momentos se moría de la emoción, pero ahora sólo quería que la tierra se lo tragara. No estaba acostumbrado a ser el centro de atención.

- Ho-ho-ho- hola.- tartamudeo. - Yo, mi nombre es... Rayos. - comenzó a sonrojarse y aunque algunos se burlaban para otros el show resultaba demasiado tierno y encantador.

- Tranquilo, estoy contigo.- le susurró Dylan mientras lo tomaba fuertemente de la mano.

Aquel acto captó la atención de todos. Muchas chicas se emocionaron de ver el acto de Gale con Félix. Ahora tenían una pareja popular en la escuela.

- Soy Félix. - dijo con total seguridad. - Espero que podamos llevarnos bien. - el chico volteó a ver a Gale y notó que este seguía tomando su mano.

- Bien, basta de shows y tomen un asiento para que pueda dar mi clase. - el profesor separó sus manos y les ordenó tomar asiento.

Briana y Bina habían conseguido unos que les permitirían sentarse al lado de la otra. Gale quería unos así para Félix y para él, pero todos estaban llenos excepto dos. Uno al lado de una chica y otra en el extremo del salón al lado de un chico. No tuvieron otra opción más que separarse. Gale se sentó junto a la chica y Félix junto al chico.

- Hola, soy Virginia. - le saludó la chica. Era muy linda y lo debía admitir.

- Un gusto, soy Galen, pero puedes llamarme Gale.

- Es un placer Gale.- Ambos se dieron la mano y la chica se sonrojó al sentir el tacto de Gale.

Depronto, Gale escuchó algo que no le agradó en lo absoluto y que además hizo que se sintiera molesto.

- Hola ¿cómo te llamas?

- Soy Félix. - le respondió tímido.

- Félix, un bonito nombre para un chico tan bonito como tú. Mi nombre en Ciel, es un placer.- volteó a verlos y observó que el chico había tomado la mano de Félix y la estaba besando.

Ese chico era hombre muerto. Como se atrevía a besar la suave piel de Félix, de su Félix. Quería levantarse de su asiento y dejar en claro que Félix le pertenecía, pero había un problema con ello. Primero, si lo hacía seguro el profeso lo enviaría a la oficina del director y no quería que su padre llegara por él pues tendría que dejar a Félix solo con ese roba chicos. Segundo, Félix no le pertenecía, al menos no del todo. Jamás había dejado en claro lo que había entre ambos aunque solía robarle algunos besos a Félix argumentado que había sido un ligero accidente. Amaba estar con Félix en todo momento, disfrutaba de todos esos pequeños detalles que el chico tenía con él. Sin embargo, jamás habían hablado sobre lo que había entre ambos, una simple amistad o quizás algo más.

No tuvo otra opción más que soportar y tratar de calmar ese instinto asesino que sentía en esos momentos. No dejó de escuchar lo que Ciel le decía a Félix y al hacerlo solo se lastimaba más. Para su desgracia Ciel compartía varias clases con ellos y en ninguna se separó de Félix. Finalmente tendrían un receso y podrían ir a comer algo en la cafetería. Las hermanas se adelantaron y Gale se quedó esperando a Félix.

Vriginia pasó frente a él junto a algunas chicas que murmuraron algo cuando pasaron frente a él. No les prestó atención pues quería enfocarse únicamente en algo, en Félix y su nuevo amigo. Félix seguía adentro hablando con Ciel. Ambos salieron y se sorprendió de ver a Gale afuera esperándolo.

- No creí que fueras a esperar, siempre corres por la comida. - le dijo.

- Bueno, quizás deba cambiar eso. Eres especial para mí y quería que comieramos juntos. - Félix se sonrojó al oír aquello.

- Gracias Gale. - le respondió. - Crees que sea posible que Ciel nos acompañe. Es mi nuevo amigo y también me invito a comer. - iba a decirle que no, en definitiva lo haría, pero Félix usó esa mirada de cachorro para manipularlo así que terminó aceptando.

Los tres se dirigieron a la cafetería. Gale iba adelante y los demás atrás hablando. La sangre le hervía al escuchar que Félix se reía con el idiota de Ciel, pero qué podía hacer para evitarlo.

Al llega a la cafetería observó a Dylan junto a un grupo de chicos y se sintió tranquilo al saber que su hermano mayor había hecho amigos. Podía ser menor que él, pero siempre trataba de cuidarlo pues era un poco tímido e inocente al igual que Félix.

Fueron por algo de comer y al buscar asiento Briana los llamó a una mesa con un grupo de chicos de su clase. Se acercaron, pero justo cuando estaban cerca Ciel fue llamado por otor grupo en el que se encontraba Virginia. Tanto Ciel como Gale sujetaron a Félix tratando de llevárselo a sus mesas. Al darse cuenta de que no podían llevárselos a ambos lugares lo observaron para que él decidiera.

-¿Con quien irás, con Ciel o conmigo? - le preguntó Gale. Era una decisión muy difícil.

- Iré contigo a la próxima, lo prometo.

Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora