Capítulo XXIX

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- El día de la muerte de Olena me hice una promesa. Sabía que Bramson no sería el único sediento de poder y era cuestión de tiempo para que cometieran el mismo error que mi tío. Prometí que si en algún momento la oscuridad volvía estaría allí para detenerla y es una promesa que voy a cumplir.

La determinación de Izan era sorprendente. Después de todo había perdido a toda su familia a causa de la misma oscuridad que acechaba al clan. Ahora sabían cómo podían detenerlo, pero tenían un ligero problema. No contaban con los materiales ni con las habilidades necesarias para forjar una espada como la Izan había descrito.

- Déjame ver si entendí. - dijo Stiles. - Necesitamos de la sabia del árbol de la vida y la de un Nemeton para poder fabricar la espada que dices que puede destruir a esa cosa.

- Bueno, en realidad necesitamos la sabia del primer Nemeton que existió en el mundo. Verán todos los Nemeton que existen en el mundo son resultado de la expansión de las raíces de un solo árbol. Son como sus hijos por así decirlo y están conectados a una misma red. Ni siquiera el gran árbol se compara con el Nemeton original. El problema es que nadie sabe en donde está pues los elfos lo escondieron en algún lugar y no dejaron registro alguno de su ubicación.

- Estás seguro pues talvez Estes pueda...

- Estoy muy seguro su majestad. El actual rey de los elfos desconoce la ubicación del árbol.

Parecía que la esperanza que les habían dado se esfumó. Si no encontraban al árbol no habría forma de detener al mal.

- Sin embargo, durante todos estos años he dedicado mi vida a buscar ese árbol y afortunadamente he logrado rastrear una posible posición en un valle cercano a Beacon Hills a unas cuatro horas en auto.

Estaba decidido. Si había una remota posibilidad de que ese árbol estuviera en ese valle se aferrarian a esa posibilidad. Era su última esperanza.

- De acuerdo, en ese caso iremos a buscar ese árbol. - dijo Stiles decidido. - Deaton necesito que convoquen a Estes de nuevo en unas horas y le informen sobre el plan. Estoy seguro que nos ayudará a darle fin a esto.

Mientras Stiles hablaba sobre el plan Izan logró percibir la presencia de algo en la habitación así que actuó rápido.

- Todos abajo. - dijo mientras sacaba unas dagas que llevaba consigo. Las lanzó hacía un cuadro que estaba enfrente y vio como algo salía huyendo de la habitación.

- ¿Qué diablos te sucede? - le dijo Derek molesto.

Izan lo ignoró y comenzó a caminar hacia el cuadro. Lo quitó del muro y al hacerlo dejó ver lo que parecía ser el cuerpo de un hada atrapado por sus dagas.

- Hada oscura, el tiempo se nos acabó. La criatura sabe lo que planeamos y comenzará su ataque. Rey Stiles debe quedarse y preparar al clan para la batalla.

- Pero no puedo enviarte solo a buscar la savia del Nemeton y perdona pero si esa cosa vendrá aquí necesito que Peter se quede.

- No puedes pedirme eso, no dejaré que Izan vaya solo. - le respondió Peter.

- Peter. - le habló su novio. - Recuerda que hablamos sobre esto. Tu responsabilidad esta con ellos, son tu familia, y no conmigo.

- Pero tú ahora también eres mi familia Izan. - el aroma de tristeza de Peter inundó la habitación. No quería perder a Izan sobre todo por lo que había sucedido en su pasado.

Dylan no podía quedarse sin hacer nada así que no dudo en ofrecerse a acompañar a Izan. Ahora sabía que podría hacerle frente a las criaturas y podría cuidar de Izan si era necesario.

- Yo iré con él.

- No, no dejaré que te pongas en riesgo de nuevo.

A Stiles no le parecía en lo absoluto que Dylan fuera por la savia.

- Papá, puedo cuidarme esta bien. Sé que las cosas no resultaron tan bien. La última vez, pero te prometo que no volveré a perder el control. Podrás ser el rey, pero yo también soy el príncipe heredero del clan. Tienes tus responsabilidades y yo tengo las mías. Esta vez es mi responsabilidad llevar a Izan a ese valle y puedo prometerles a todos que volveremos a salvo sin importar que.

Stiles jamás había visto a Dylan tan seguro de sí mismo. Siempre dudaba de lo que era capaz, pero ahora era diferente. Algo había cambiado en su hijo y le alegraba. Sería difícil dejarlo ir, pero era momento de dejarlo volar.

- De acuerdo, dejaré que vayas.

- Pero papá.... Espera hablas en serio.

- Sí, vas a llevar a Izan.

Todos voltearon a ver a Stiles. Ninguno podía creer que dejaría ir a Dylan y Derek era el más sorprendido de todos.

- Pero tendrás que llevar a Elliot contigo.

- Ah no, eso sí que no. - dijeron Derek y Harsh al mismo tiempo.

- Y ahora que sucede. Siempre me dices que dejé a Dylan hacer las cosas y que confíe en él. Ahora que lo hago tú te opones, quien te entiende Derek.

- No estoy en contra que Dylan vaya a esta misión, pero no dejaré que Elliot vaya con él. No te ofendas muchacho, pero aún no confío lo suficiente en ti.

- Descuide señor Hale, lo entiendo. - le respondió Elliot.

- Sí su majestad, tal vez sea mejor que yo acompañe a Dylan en vez de él. - dijo Harsh.

- Quizás Harsh, pero tengo otra misión para ti en este momento. Estes no podrá salir de su sueño así que necesito que vayas por la savia del árbol de la vida a la fortaleza de los elfos y esperes a que Dylan llegué con la del Nemeton.

- Pero su majestad...

- Lo siento, ya tomé mi decisión. Dylan se irá con Elliot por el Nemeton y tú irás con un viejo amigo.

De pronto la puerta fue abierta y tres personas entraron en el salón. Era Carmine junto Timotheé y el ahora no tan pequeño Matteo. Ya no era el pequeño rizado que conoció pues ahora era todo un alfa.

- Disculpen la demora. - dijo Carmine.

- Descuida, llegan a tiempo de hecho. Matteo, ven por favor. - el joven y apuesto alfa caminó hacia a él.

Harsh no podía dejar de observar la belleza de Matteo. Alto, fornido, apuesto, era perfecto. Sin embargo, se sacudió la cabeza para dejar de pensar en ese alfa. Se supone que el amaba a Dylan.

- Matteo, necesito que lleves a Harsh a la fortaleza de los elfos y esperen a que Dylan llegue. ¿Puedo confiar en ti para esta tarea?

- Por su puesto su majestad. - respondió con su vos gruesa.

- Bien, es mejor que partan en este momento. La pelea final se aproxima y no podemos perder tiempo. - finalizó Stiles.

Todos se levantaron y comenzaron a ejecutar las medidas de seguridad necesarias en todo el perímetro del clan. Varios mensajeros fueron enviados a los demás líderes aliados para anunciar el plan del rey Stiles y poner sobre aviso a la batalla que se libraria en cualquier momento.

Un príncipe peligroso II: DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora