Capítulo 28

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La verdad a pistas falsas

     Digamos que las cosas habían mejorado con Remus ya con la mente clara.

    Él pasó más tiempo con Dora aquellas vacaciones d Navidad, admitiendo que estaba trabajando en un caso para ayudar a la Orden, y más de una vez nos sentamos en la mesa para intercambiar información.

     -Entonces, ¿un programa de radio? -pregunté.

     -Hace poco que va en funcionamiento -me explicó Dora-, pero la gente está harta de que la información estuviera filtrada.

     -Correcto -Remus-. Fue idea de los gemelos y Lee Jordan: supongo que lo conoces.

     -Si -afirmé-. Fue un buen contacto en quinto para poder distribuir bien los sortilegios Weasley por el colegio.

     -Como sabrás, siempre tuvo el don y la labia para ser un presentador -admitió-. Creo que todo fue porque Fred y George estaban escuchando tu canción, la de "Radio falacia". Sacaron la idea de allí, y se lo comentaron a Lee, que hizo el resto.

     -Ingenioso -acepté-. ¿Ya has participado?

     -Si, un par de veces -informó-. Todos tenemos nombres clave. Lee, que siempre sale, es Rio. Kingsley es Regio, sale bastante para anunciar lo que pasa en el ministerio. Yo soy Remulus. Fred es Roedor, George...

     -Espera un momento, ¿Te has puesto el nombre de uno de los fundadores de Roma según la mitología griega? -le pregunté.

     -¿Según como quien? -ladeó la cabeza.

     -Hablo de Romulus y Remo -frunció el ceño-. Dos huérfanos criados por una loba. ¿No había nombre mejor para delatarte? Literalmente tu nombre, Remus Lupin, podría derivar perfectamente por el de Rem y Lupa, la loba. ¿Por qué tu nombre clave es el del otro hermano? 

      -¿En verdad hay creencias que dicen eso? -preguntó Andromeda.

     -Demos gracias a que la mayoría de magos no saben de miología griega -resoplé-. Con la de druidas que había en aquella época...

     -Su magia era peligrosa -se encogió de hombros Remus-. Demasiadas hierbas alucinógenas por el lugar.

     Yo también les comenté algo: tuve que cambiar un poco la realidad.

     -Harry, Ron y Hermione están de momento bien -les comenté mientras comíamos el 3 de enero pollo al horno-. Lo visto esta noche.

     -¿Si? -se alegró Dora.

     -¿Cómo les va? -preguntó Remus.

     -Se que están avanzando. Tienen algo esencial en su poder que les ayudará de ahora en adelante.

     -¿Que tienen? -preguntó Andromeda.

     Miré mi plato.

     -Algo esencial que les ayudará de ahora en adelante -repetí.

     -No lo vas a decir, ¿verdad? -adivinó Remus.

     -Lo sabéis perfectamente -me encogí de hombros-. Pensaba que te había quedado claro. Ellos tres tienen una misión secreta. No podéis hacer nada para ayudar en ese aspecto.

     -¿Y porque no fuiste con ellos si sabías lo que estaba pasando? -preguntó Dora-. ¿Acaso Dumbledore no te había encomendado la misión también?

     -Eso es lo que el resto de los de la Orden cree, ¿verdad? -sonreí para mi misma.

     Dora y Remus se miraron entre ellos. Habían intentado abordar este tema con la mayor delicadeza posible.

Lilianne y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora