Capítulo 45

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El legado de Lilianne

     Y por eso, que cerré los puños y mordí mi labio hasta sangrar cuando el rayo de luz verde golpeó en el pecho del niño-que-vivió. Intenté controlar la respiración y me mantuve recta en mi sitio, obligándome a no perderme nada de lo que veía.

     "Todo saldrá bien, ya hemos pasado por esto."

     "Harry está destinado a salir con vida de esta, y eso no hay nada que lo pueda cambiar."

     Y, aún sabiendo eso, era doloroso. Un niño que había nacido para la guerra, llevando una responsabilidad que no pudo elegir dejar de lado desde los once años...

     Llevé las manos hacia la espalda y deshice el lazo del corsé para volverlo a apretar: toda esta lucha lo había aflojado y no se ajustaba y sujetaba lo que debía. Pasé la variad por entre los pecho, justo al lado de la fina daga de plata guardada.

     Miré hacia la derecha, donde una figura alargada que había aparecido en mi sueño intentaba pasar desapercibida mientras la curiosidad le comía. Se había escapado contra los deseos de sus superiores, y había acudido a los sonidos que creaban aquellos encapuchados. Estaba jugando con algo entre sus manos, y no se había percatado de mi presencia, pero así era mejor. No creía que le gustara lo que estuviera apunto de hacer.

     Lo siento mucho, chicos.


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PVO Harry

     -¿Draco esta vivo? ¿Está en el castillo?

     El susurro fue apenas audible, los labios de la mujer estaban a centímetros de su oído, la cabeza tan inclinada que su largo cabello tapaba la cara de Harry. 

     -Sí -murmuró en respuesta.

     Sintió que la mano se contraía sobre su pecho, las uñas le apuñalaron. Entonces la mano se retiró. Ella se había enderezado. 

     -¡Está muerto! -gritó Narcissa Malfoy a los observadores.

     Y ahora gritaron, ahora aullaban de triunfo y estampaban los pies en el suelo y a través de los párpados, Harry vio explosiones de luz roja y plata en el aire, animando al celebración. Todavía fingiéndose muerto en el suelo, entendió. Narcissa sabía que la única forma de que se le permitiera entrar a Hogwarts, y encontrar a su hijo, era como parte del ejército conquistador. Ya no le importaba si Voldemort ganaba o no. 

     -¿Veis? -dijo Voldemort a la multitud, -Harry Potter ha muerto por mi mano, y ningún hombre vivo puede amenazarme ahora, ¡Observad! ¡CRUCIO!

     Pero aunque Harry había estado esperándolo, sabía su cuerpo no sería abandonado sin daño en el suelo del bosque; debía ser objeto de humillación para probar la victoria de Voldemort. Pero él dolor no llegó.

     -¡Hay alguien ahí! -gritó uno de los hombre antes de sentir la maldición sobre mi.-. ¡Nos están espiando!

     Las hojas de los arboles se estremecieron, nerviosas: alguien había estado espiando y lo habían pillado. Harry esperaba; de verdad esperaba, que solamente fuera el viento.

     No quería imaginar si uno de sus amigos lo había seguido hasta el bosque. 

    Pero no, no era una voz conocida la que gritó.

     -¡ASTRID!

     Había sido una voz varonil, y el sonido de los cascos de un caballo patalearon furiosos hacia un lugar concreto.

Lilianne y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora