Epílogo
PVO Omnisciente
19 años después
El frío se arremolinaba en la última noche del primer trimestre. El día siguiente los alumnos se irían a su casa a pasar las navidades con su familia.
Los baúles de todos estaban preparados en sus habitaciones ansiosos de volver a casa.
El lugar estaba repleto de decoraciones navideñas de todos los colores, y no había alumno que había faltado. Nadie se encontraba fuera de aquel comedor, incluso se podía ver a la enfermera, Madame Poppy Pomfrey, sentada entre los profesores o a Filch en una esquina acariciando a su gata de edad dudosa que no debería poder estar viva.
Todos, menos uno: Neville Longbottom, profesor de Herbología.
Para los de primer año todo era maravilloso y hermoso. Albus y Scorpius se habían sentado juntos, como lo hacían normalmente en la mesa de Slytherin, donde habían acabado. Nadie podía negar que eran la viva imagen de sus padres.
Scorpius intentaba animar un poco a su mejor amigo: James, el hijo mayor del matrimonio Potter, había vuelto a asustarle con el tema de los Thestrals, así que había decidido sacar la artillería pesada ya que no obtuvo respuestas cuando le dijo que en menos de 24 horas estaría de vuelta en su casa son su hermana menor, Lily.
-Mira lo que me ha tocado esta mañana con lo que me ha enviado mamá -decía el rubio alargando la mano con un trozo de cartón brillante en su mano.
-¡Es el cromo de Lilianne, la Basilisco Azul! -se exaltó mirando la figura femenina de cabello negro con mechas azuladas que observaba desde el hueco de la fotografía- ¡Es un cromo realmente raro!
Y es que debías vivir debajo de una piedra para no tener ni idea de quien era Lilianne. Para comenzar, era una de las pocas brujas o magos que practicaban abiertamente la magia oscura y blanca por igual. A los 20 años, había conseguido sacar a la luz una tesis sobre el estudio de los metamorfomagos y ayudas para su magia y las aplicaciones varias que nadie se había dignado ha hacer.
También hablar de que, justo un año después, ya había escrito dos volúmenes completos sobre la magia obscura y los peligros que suponía. No era una advertencia, como había escuchado a escondidas Albus a la tía Hermione y el tío Ron, sino era una serie de duras reglas y crudas realidades que la gente tenía que tener en cuenta una vez se empezaba a practicar y facilidades a la hora de emplearla. Al parecer, con las cosas bien explicadas sin necesidad de prohibición, la tasa de magos que la practicaban había sido reducida notablemente, al igual que los crímenes y accidentes, y eran pocos los valientes que se aventuraban, ahora si, con las consecuencias en mente y manteniendo la seguridad mucho más estable.
¿Que no eras mago, y de por si eras un muggle? No pasaba nada, seguramente también la conocías. Lilianne, a su corta edad, también había puesto bajo su protección un orfanato al que, a partir de allí acogía a cualquier tipo de niño: ya tuviera la sangre mágica o no en sus venas: luego de eso, había ampliado su terreno siendo así dueña de varios orfanatos. Pero seguramente, siendo lo que seas, habías escuchado al menos una de las canciones que componía. No era del gusto de todos, tenía un estilo claro y agresivo, pero sus mensajes eran puros para todo el mundo.
No se podía olvidar aquel verano en el que Harry Potter, Draco Malfoy y Lilianne, a petición de la última, habían unido fuerzas para crear una ley de protección infantil. Tanto Albus como Scorpius recordaron que sus padres no paraban de quejarse sobre que, en todo el verano, el periódico parecía no hablar de nada más que de eso.
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Lilianne y las Reliquias de la Muerte
FanfictionSolamente debía aguantar. Pero costaba fingir que no quería llorar, que no quería gritar de frustración, que me daba igual todo. La guerra nos había cambiado a todos, el miedo azotaba las calles y, entre los muros de Hogwarts, tenía que quedarme cal...