Lilianne y las Reliquias de la Muerte

Capítulo 42

    Empieza la Batalla de Hogwarts

     Todo era paz y tranquilidad. Estaba durmiendo, y no me dejaban despertar. Era como si la magia misma me obligara a estar durmiendo y todas mis fuerzas se recuperaran a cambio de eso.

     Era fantástico.

     Y soñé, soñé con otra visión, y no fue mala. Estaba llena de muerte y destrucción, pero aún así estaba bien y era feliz.

     Soñé con desenlace de una Batalla próxima.

     Luego, escuché el chirrido de una puerta, y eso me hizo removerme en mis sueños. Todavía no quería despertar, estaba demasiada bien. Un manto me arropaba segura y me tentaba en quedarme en el mismo sitio.

     A lo lejos, sabía que tenia que luchar por abrir los ojos, pero no podía. Me encontraba casi casi en trance. Puede que una parte de mi estuviera drogada y todo.

      -¿Y nunca se dio cuenta de que cualquiera podía entrar? -preguntó una voz que reconocí por la de Ron, resonó lejana.

     -Pensó que era el único -dijo Harry-. Qué lástima que yo tuviera que esconder cosas en mis tiempos... por aquí -añadió-. Creo que está por aquí abajo...

     Despierta, despiértate.

     "No lo hagas. ¿Por qué lo harías? Si lo haces, solamente te espera lucha y sangre. No hay porque sufrir más."

     -¡Accio diadema! -gritó Hermione en desesperación.

     Pareció no funcionar.

     -Separémonos -le dijo Harry a los otros dos-. ¡Buscad un busto de piedra de un anciano con una peluca y una diadema! Está sobre un armario y definitivamente en algún lugar cerca de aquí...

     Están buscando la diadema de Ravenclaw... ¿Dónde nos encontramos entonces? No podía averiguarlo.

     Harry sabía que el último Horrocrux estaba en Hogwarts gracias a escuchar los pensamientos del Rey. ¿Enserio se había atrevido a ir hacia allí? O no... entonces yo también estaba allí.

     "Nos estaba protegiendo. El Rey nos estaba protegiendo del mundo, ¿no lo entiendes? Nos ha puesto en el mismo lugar donde mantiene en secreto la diadema y a ti también. Si nos pone a las dos juntas, significa que no quiere que no nos pase nada malo a las dos."

     Entonces, ¿Cuál de las dos voces era la mía y cual la que estaba bajo la influencia de Tom? Era complicado saberlo si las dos me habían acompañado desde que tenía memoria.

     Despierta. Debía despertar.

     "No, mejor quedémonos aquí, donde el dolor no araña nuestro corazón. Donde no podamos dañar a nadie."

     -En algún lugar cerca de aquí -murmuró Harry para sí-. En algún lugar... En algún lugar...

     Estaba cerca mío, pero parecía que aún no me habían visto. ¿Cómo era posible que ignoraran la gran presencia de un gigantesco dragón? A menos que ya no tuviera esa apariencia...

     -Quieto, Potter. 

     Esa voz... se me era conocida.

    -Crabbe, Goyle -habló Harry-. Y tu también, Malfoy.

     Oh, mierda. ¿Ahora que pasaba?

     -Es mi varita la que estás sujetando, Potter -dijo Malfoy.