Capítulo 23

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Fuera de cuerpo

     -Harry, alto.

     -¿Qué pasa?

     -Hay alguien allí. Alguien vigilándonos, puedo sentirlo. Allí junto a los arbustos.

     Pero antes de que los otros dos se dieran cuenta de que había tres seguidores del rey detrás de los arbustos apunando con las varitas, nosotros nos adelantamos.

     -Muffiato -conjuré dibujando una línea en mi mente justo en los arbustos. Ahora, todo lo que pasaría, sería desconocido para los chicos.

     Eran dos hombres y una mujer, y se dieron la vuelta alterados apunto de encararnos. Habíamos encontrado a los que serían nuestros oponentes esa noche.


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    -Hemos perdido demasiado tiempo -se quejó mi padre.

     Los tres seguidores estaban en el suelo desmayados. Habíamos tenido que ingeniárnoslas para no mostrar nuestras identidades.

     -¿Hay más en el pueblo? -le pregunté dando dos vueltas a la varita con mis dedos. No sería prudente volverla a guardar.

     Seguíamos detrás del cementerio, donde empezaba el denso bosque de árboles perenne que cubría la visión con sus frondosas hojas aún en pie gracias a su capacidad. La nieve a nuestros pies había sido manchada de rojo.

     -Se suponía que iban a ser dos -arrugó la nariz-. Puede que Mentrew y Sholp hayan pedido ayuda a la señorita Finstra por si había alguien ayudando a los chicos. No querían fallar en la misión.

     -Bueno, tampoco se han equivocado -los apunté con la varita.

     Padre no creía que se hubieran atrevido a llamar a más ayuda que solamente una persona: ya se habían arriesgado demasiado a desacatar las ordenes y llevarse a alguien con ellos en la misión.

     Les curamos las heridas.

     -El bar aún está abierto -dije escuchando de fondo las risas y la música a todo volumen. Luego, volví a mirar a los tres en el suelo-. ¿Que te parece una noche de borrachera?

     Era una buena opción.

     -¿Hacerlos pensar que se han olvidado de una misión super importante por ir ha echar un par de tragos? -preguntó mi padre volviendo a erguirse sobre su cuerpo para mirar desde arriba a los desmayados-. No se muy bien que decir. Solamente es propio de Sholp. pero Mentrew tiene dos dedos e frente.

     -Han estado en ese pueblo más de tres meses -reflexioné-. Debieron de pensar más de una vez que era una perdida de tiempo encontrarse aquí por la evidente trampa que esperaría a Harry si viniera. Es Noche Buena, y el ambiente llama a la gente ha hacer tonterías. ¿Que más daba si solamente descuidaban su puesto una noche? Empezaron con un trago para quitarse el fío de encima, y acabaron inconscientes en la barra de un bar muggle.

     Era una buena deducción, y demasiado creíble para quien entendiera la mente humana. Si el Rey llegaba a descubrir algún día que en efecto, Harry Potter había pasado por el valle sin que nadie se lo impidiera, entonces sería demasiado tarde.

     Fue mi padre quien se encargo de manipular sus mentes. Uno a uno, los ojos se abrieron y volvieron a cerrar casi al instante. Las pupilas dilatadas y contraídas solamente estaban experimentando como era recibir una descarga de horas de recuerdos en menos de un minuto.

     Sabía lo que era eso: con la mente sin preparar, mañana sentirían algo demasiado parecido a la resaca.

     Cuando acabo, fui yo la encargada de controlar sus cuerpos. Me arrodillé como antes había hecho mi padre, y apunté a sus cajas torácicas. Era literalmente como ver muñecos de trapo.

Lilianne y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora