XXXV. El filtro y los niños

4.5K 219 31
                                    


Llaga a su casa, pero no hay nadie, observa por todos lados como si algo le faltara, Héctor está con Gunfer y llegarán en un par de horas para una reunión junto a Mu. Va a su habitación y mientras camina observa que el estado de la casa es como si no hubiese sido habitada en meses. Tiene una sensación extraña que había sentido antes, pero nunca se detuvo a analizarla hasta hoy, que recuerda las palabras de Hande el ultimo día que estuvo aquí 'parece que tu casa fuese temporal... no la haz hecho tú hogar aún... no es como que entrara y dijera, sí está casa es de Kerem'.

- Como es posible que ella sea capaz de darse cuenta tan rápido de eso y hay gente que viene constantemente y no lo percibe siquiera? - dice mientras deja su maleta a un lado en su habitación. - quizás no me lo dicen... pero por qué? - su mente sigue cuestionando muchas cosas.

Decide tomar un baño y no deja de pensar en todo lo de su casa, 'será que alguna vez pensé que sería algo para siempre? O tuve la esperanza de algo cuando la arrendé? Será que es momento de darle un poco de personalidad?'. Su mente divaga un buen rato en esos pensamientos, de alguna manera lo que Hande le dijo le ha caldo hondo en su ser y hasta ese momento no se había percatado de esos detalles, no les había prestado atención 'definitivamente ella es muy perceptiva... nunca espere esa sensibilidad... me gusta', el pensar esto se sonroja como lo ha hecho todos estos días cd vez que piensa o pasa algo que tenga alguna referencia a ella.

Se cambia de ropa y decide ir a revisar su casa, va habitación por habitación. Hay algunas cosas que le gustan y hay otra en las que por primera vez se da cuenta siquiera que existen. Su gimnasio no tiene ningún cuadro de deportivo o motivacional. Hay otro cuarto vacío en donde solo hay unas cajas y no sabe siquiera qué hay en ellas. Continúa caminando y va al que es su comedor - oficina, en donde tiene un mueble con sus hachas las que definitivamente si lo representan, 'ese si es Kerem, ese es el que ella conoce', al pensar esto no puede parar de sonreír por una razón que no entiende, 'no puedo creer que me importe tanto lo que ella dice... ella...', detiene el pensamiento que viene a su cabeza sacudiéndola, algo que en este momento no quiere pensar.

Continúa caminando y su cocina tiene una isla que le encanta de madera rústica, en donde tiene algunas revistas y aún hay una de las bolsas de papel en las que estaba el desayuno de hace ya una semana atrás.

Se prepara un batido sin pensar mucho, mientras se lo bebe no deja de mirar las bolsas, por algún motivo son hipnotizantes y le traen muchos recuerdos de la última semana que pasaron juntos, 'en la cascada se dio cuenta de lo que me pasó y no dijo nada, bueno tampoco es para escandalizarse si es una reacción natural a lo hermosa y sensual que es, culpa no tengo que ella sea así, pero por suerte no le molestó... eso espero, no me ha comentado lo contrario, aunque... sería mejor asegurarme porque no quisiera hacerla sentir incómoda...'.

[Aún ni siquiera te tengo
Y ya tengo miedo de perderte, amor
Qué rápido se me ha clavado
Que dentro todo este dolor
Es poco lo que te conozco
Y ya pongo todo el juego a tu favor
No tengo miedo de apostarte
Perderte sí me da pavor]

Terminado su batido, lava todo y va hacia sus hachas, las saca y comienza a observarlas, las revisa y decide ir a practicar un momento. Se dirige a su jardín trasero, ajusta el blanco que tiene colgado y toma su hacha favorita y la lanza quedando enganchada en un costado.

- No está nada mal para no haber practicado en más de un mes - dice en voz alta como si conversara con alguien.

Continúa lanzando sus hachas hasta que siente el cierre de la puerta y ladridos de Héctor. Se gira y ve cómo corre hacia él como si no lo hubiese visto en meses, como cuando ha viajado por temporadas a Estados Unidos. Afortunadamente esta vez estuvo unos días en el spa y luego se fue con Gunfer y ella lo llevó a casa unas hora antes y ahora se lo trajo de vuelta.

El destino toca a mi puerta: ConociéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora