XXXI. En las buenas y en las malas

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Ríe porque no puede estar más feliz, ya sus dudas no existen, definitivamente sabe que no le es indiferente, algo le pasa con ella y este viaje a Antalya servirá para conocerse mejor, no hay dudas en ello.

Dilara bebe de su copa y se ríe de alguna broma que cuenta Nilay que es irrepetible, porque no se entiende. No es que estén ebrias, pero entre el cansancio y la felicidad que hay en el aire, las dos copas de champagne que se han tomado cada una parecen cuatro.

Dilara que anda dando vueltas por todos lados toma el teléfono que está sobre la mesa y lo lleva a la sala.

- Este teléfono brilló! - dice Dilara mientras le pasa el móvil - Hande creo que te llegó un mensaje.

Hande toma el teléfono y mira que efectivamente le llegó un mensaje y es de Kerem, no demora ni dos segundos y lo lee.

'He perdido a mi abuela'

Ella lee por segunda vez el mensaje, sonríe y le responde.

'Si quieres te ayudo a buscarla'

Se ríe sin mucho disimulo y deja su teléfono sobre la mesa, no pasa ni un minuto cuando se paraliza y toma rápidamente su celular y abre la conversación con Kerem. Deja caer su vaso y coloca su mano ahora libre, en su cabeza, Nilay y Dilara dejan de conversar y la miran fijamente.

- Qué pasa? - pregunta Nilay confundida. - Hande tu copa, estás mojada!.

Hande no responde y solo mueve su cabeza. Ambas se colocan de pie, Nilay se acerca a ella, mientras Dilara va por papel absorbente a la cocina, al volver su amiga sigue en estado de shock y Nilay esperando que le responda alguna pregunta que le hizo.

- No ha dicho nada aun? - dice Dilara sorprendida.

- No... nada - Nilay responde con preocupación y se vuelve hacia Hande.

Ambas comienzan a secar con el papel la ropa de Hande y el sofá mientras esperan que ella reaccione o les diga alguna cosa. Pasan unos segundos más, Hande se coloca de pie, va a la cocina, se sirve un café y se lo toma en cosa de segundos como si estuviera sedienta de hace días

Sus amigas la siguen a la cocina y ven todo lo que hace con preocupación. Les hacen gestos, pero sigue sin responderles. Vuelve la vista a su teléfono que había traído consigo y estaba al lado de la taza de café que acaba de dejar sobre la mesa, lo toma y marca.

- Hola... - le contestan al tercer tono.

- Perdón, no entendí lo que me dijiste, esto muy apenada por mi mensaje - dice Hande.

- No te preocupes, me di cuenta que no era tu intensión, sino que un error. - responde Kerem con una voz desanimada.

Hande reconoce su tono de voz, es distinto al que siempre le escucha, está distante, no está bien y quiere hacer algo por él, 'si tan sólo estuviera a mi lado, lo abrazaría para que no se sintiera solo'.

- Cómo estás? - pregunta ella con timidez aunque sabe perfectamente la respuesta.

- Triste, no te mentiré... pero sé que ella está en un lugar mejor - dice con esperanza.

Hande no hace más que sonreír al escucharlo, algo dentro de sí hace que su cuerpo reaccione de esta forma tan rara, debería estar triste y empatizar con esas emociones de Kerem y no querer solo hacerlo reír para cambiar su humor, no es su forma natural de ser, esta más melancólica y por ello no puede evitar querer que vuelva a la normalidad de él.

- Qué puedo hacer por ti? - suelta Hande sin ningún preámbulo.

- Hacer por mi? - repite sorprendido Kerem, no se esperaba esta pregunta.

El destino toca a mi puerta: ConociéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora