El destino toca a mi puerta: Conociéndose

XVII. El regalo

Llevan más de 1 hora grabando y Kerem sabe que algo anda mal, desde que la vio en el set ha estado evitando su mirada y eso no es normal. La alegría que muestra no es la de siempre, más bien es un poco fingida. Se acerca a ella y se sienta a su lado.

- Sabías que tus ojos siempre te delatan? – pregunta Kerem mirando hacia el frente y sin esperar una respuesta.

Ella se gira y por primera vez en el día lo mira directamente.

- No, no lo sabía. Qué es lo que dicen los míos ahora?

- Que no están aquí, que no están bien y que necesitan seguir desahogándose como lo hicieron hasta hace poco.

Esto último hace que ella tenga un dolor en su estómago, cómo es que puede saber estas cosas, Serhat hizo un excelente trabajo y nadie más lo ha notado en el set. Cómo es que puede descubrirla así de fácil.

- Dices tú que es lo mejor? Que continúen botando todo?

- Sí, lo creo, aunque también creo que quizás sea mejor que no estén solos sino que en compañía de alguien.

Hande sabe que esto lo dice por lo preocupado que está por ella y cuando va a contarle lo que le pasa, ve que por detrás de Kerem se acerca un chica del crew con un pastel de cumpleaños y un malestar comienza a invadirla 'NO! Hoy es su cumpleaños y yo lo olvidé completamente! Cómo es que lo fui a olvidar!', este pensamiento comienza a girar en su cabeza mientras todos le cantan a Kerem y lo felicitan, lo abrazan y le desean lo mejor. Luego de que todo el mundo lo ha saludado y le han entregado el pastel y unos regalos, ella se acerca tímida jugando con sus manos.

- Me perdonarás? – dice ella muy bajo.

- Perdonar qué cosa? – pregunta él en un tono muy tierno, sabe perfectamente a qué se refiere.

- El haber olvidado tu cumpleaños? – no deja de jugar con sus manos delatando su vergüenza y nerviosismo.

- Aún no termina el día, así que mientras me saludes antes de las doce de la noche, sigue siendo mi cumpleaños. – Kerem mantiene su tono cariñoso y ahora agrega una pequeña sonrisa para animarla. – si quieres me puedes llamar a las once cincuenta y nueve de la noche y saludarme en ese minuto, seguiría siendo válido.

Ella sonríe tímidamente, pero con una alegría real que no había mostrado hasta ese momento. Kerem se da cuenta de esto y sabe que es algo bueno.

- Soy la peor partner al parecer. – insiste en recriminarse.

- No, no lo eres, eres humana y tienes derecho en sentirte mal un día, lástima que coincidió con mi cumpleaños. – el tono de Kerem varía entre el cariño, la ternura y la alegría, todo esto para tratar de animarla y sacarla de este pesar que aumentó con el tema del cumpleaños. No quiere ser parte de algo que la haga sentir mal.

- Prometo compensarlo, de hecho te daré el mejor regalo que pueda pensar para ti. – por fin Hande sonríe al decir estas palabras. Definitivamente el hablar con Kerem cambia su humor.

- Yo sé cuál es ese regalo. – dice el levantando una ceja.

- Si? Y cuál sería? – pregunta ella.

- Hummm... En realidad son dos. – mientras dice esto pone su manos en su barbilla en actitud pensativa.

- Dos? Vaya! Dime, cuáles son? – lentamente su expresión triste se va transformando en algo más neutral.

- El primero es que quiero que botes todo lo malo que tienes dentro y te desahogues, no te lo guardes porque te hará mal, lo estoy viendo ahora y eso que tienes quiere salir. Te está haciendo daño.