XXVI. Sensaciones

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Llega en silencio a su casa, sus perros están en el jardín. Su hermana la llama por teléfono, pero no responde, no quiere hablar con ella en este momento, si es urgente sabe que volverá a llamar.

El día no ha sido tan agotador físicamente, pero no puede bajar la adrenalina que aun tiene de este particular día de trabajo.

Comienza a caminar por toda la casa, la recorre con una parsimonia como si la viera por primera vez, como si su mente no estuviera ahí realmente, desde que pasó lo que pasó no ha podido desconectarse, algo la tiene en este estado de inercia moviéndose y trabajando, pero de a poco se da cuenta de lo que sucede a su alrededor, recién a esta hora del día.

Llega a su habitación y comienza a desvestirse, al sacarse la blusa y tocar sus brazos, un escalofrío recorre su cuerpo, es como si todo volviera a suceder y no puede resistirse, es tal como le ha pasado todo el día, es intenso y no se va, se siente como si fuera la primera vez, la sensación es tan fuerte que se siente como si no estuviera sola en la habitación, que está con él y siente sus manos en su espalda, en su cuerpo, a ratos temblorosas, a ratos firmes, a ratos deseosas y en otras tímidas y pacientes. Siente esa presión en su espalda nuevamente, suave, sincero, deseoso, esa presión que la acerca más hacia él, dejando nada de espacio ni aire entre ellos, escenas rápidas pasan por su mente recordando todas las veces que tuvo esa sensación en el día. Bendita escena que la hizo sentir todas estas cosas, muchas de las cuales no había sentido nunca, era dulce y sabroso a la vez, intoxicante e incontrolable, y no podía evitar querer más y más.

Las sensaciones y recuerdos vuelven a dejarla divagando por lugares poco conocidos. Una sonrisa se dibuja en su rostro, definitivamente hace mucho tiempo no se sentía así, su piel se eriza de solo volver a imaginar lo que ha pasado. Se dirige a la ducha, 'un poco de agua tibia para relajar el cuerpo es la mejor opción'.

Luego de varios minutos sale de la ducha, un poco más tranquila a como entró, se coloca su pijama y baja a la cocina, al parecer el baño la relajó tanto que hasta un poco de hambre le dio. 'Son casi las 10 de la noche, aun es temprano para irme a dormir, quizás podría ver una película'

Abre el ventanal del jardín y sus perros van a saludarla, contentos casi la botan al verla. Se sienta en su sofá, enciende el televisor y busca algo para ver. Mirando casi el vacío, su teléfono que dejó sobre la mesa se ilumina. Algo dentro de ella se agita y la trae al presente, a este momento, su corazón se acelera, 'será que...', toma el teléfono y sí, es lo que ella pensaba y sintió, esa alegría boba que te hace hacer locuras la invade y se apresura a leer.

'Despierta? hay algo que necesito decirte'


'Sí, veo una película'


'Te llamo'


Su corazón se agita, hay cosas que no pensaba que podían suceder y esto que le pasa ahora, es una de ellas, demasiadas emociones golpeando su mente, cuerpo, alma y corazón. Su teléfono suena y contesta.

- Aló?


--


Llega en silencio a su casa, ensimismado, no agotado, sino que muy pensativo. Va a la cocina por algo de comer, saca una fruta y se prepara un té.

'No hay más que esto', mira a su alrededor, su casa vacía, Héctor llega a su lado moviendo su cola dispuesto a jugar, pero Kerem no está de ánimo, todo es tan extraño, se siente raro. Todo es liviano y diferente, 'será algo bueno?', tiene dudas, 'quizás no es lo correcto sentir esto'. Las sensaciones que tiene son raras, no las había sentido antes, pero hay algo dentro de si que le impide estar triste y que está a punto de explotar, algo como alegría, felicidad, pero hay otra cosa que no lo deja y lo controla, hay una pregunta creciendo poco a poco dentro de él que detiene todo.

El destino toca a mi puerta: ConociéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora