XIV. La primera tormenta

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- Entonces... qué te pareció Hande? - chilla a todo pulmón Nilperi.

- Pero qué pregunta es esa Nil? – Kerem evidentemente rojo, no supera la sorpresa y trata de evitar la pregunta – vamos! te crees periodista con esas preguntas?

- Pero no te rías! La pregunta es súper seria! – sigue gritando a su teléfono mientras está en live con Kerem y Mu – respóndeme! Me vas a cambiar por Hande cierto? Prefieres trabajar con ella a conmigo?

Kerem no para de reír y su rostro se coloca muy rojo al escuchar a su amiga. Llevan más de quince minutos en un live entre los tres, riendo y compartiendo, se nota a simple vista que su la relación es muy sólida y de mucha confianza.

- Sabes que no te cambiaría por nadie Nil! – Kerem mira de reojo hacia arriba y no puede parar de reír.

- No hagas esos gestos que no te creo nada! - grita como si fuera una niña.

El griterío no se detiene por un buen rato, hasta que Nilperi comienza a hablar de los pingüinos (1).

- Bueno, sabes el encontrar a tu pingüino es muy especial. Yo encontré el mío. Mu, tú tienes a tu pingüino? – pregunta ella

- Sí, yo ya tengo a mi pingüino. – responde tranquilamente Mu y mirando de reojo a Kerem.

- Kerem, y tú? Ya encontraste a tu pingüino? – al terminar la pregunta Nilperi no puede no comenzar a reírse de alguna broma que solo ellos entienden y Kerem no puede más que desesperarse. – vamos! Dilo! Respóndeme!

- Ehhhh... bueno... ehhh... Héctor! Héctor es mi pingüino. – Kerem responde salvándose de la situación al decir que su perro es su pingüino.

Kerem más rojo con la situación no puede estar, de verdad quiere mucho a Nilperi, pero ella no tiene filtro, bueno, tiene menos filtro que él, y eso es mucho decir.

Pasados los minutos, terminan el live y Mu decide quedarse en casa de Kerem. Están en la sala conversando mientras buscan qué ver en televisión.

Héctor está durmiendo a un costado de Kerem, le está haciendo cariño con la mano en su cabeza. De la nada aparece un mensaje en el teléfono de Kerem, pero no se da cuenta, aunque si lo hace Mu, el cual toma el teléfono, lo mira, sonríe y le hace un gesto con los ojos.

- Te llegó un mensaje 'Tienes unos minutos para conversar?' uyyyyy – lee desde la pantalla del aparato.

Kerem se sobresalta y no sabe que responder, solo le quita el teléfono a Mu y le responde:

'Sí, hablemos.'


Y no termina de enviar el mensaje ni alcanza a preocuparse de si será por zoom o por mensaje, cuando ve que ella está llamando. No reacciona hasta después de unos segundos, le muestra el teléfono a Mu y este se ríe.

- Contesta! – dice riendo.

- Ehh si, si... contestar – con cuidado contesta mientras camina hacia la salida al patio de su casa. – Handemiyy?

- Kerem? – su voz no se siente como siempre y mucho menos como la escuchó durante la mañana.

- Te preguntaría cómo estás, pero tu voz me dice que no estás bien – comenta rápidamente Kerem.

- Te he dicho que me asusta el hecho que te des cuenta tan rápido lo que me pasa, pero que eso mismo es lo que más me gusta de ti?

- Sí, me lo has dicho y yo también a ti – Kerem sonríe para sí mismo, pero vuelve a prestar atención a la llamada y pregunta – esta vez sí me vas a contar qué te pasa o solo hablaremos de...

El destino toca a mi puerta: ConociéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora