XLVI. Confesiones

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' Hace frío y el clima da la sensación de tristeza, angustia y desamparo. A la distancia se ve el sol brillar, como si fuera otro lugar, uno muy lejano. Ella camina hacia ese sitio y comienza a sentir el calor, una brisa tibia, algo la anima y se da cuenta que no está sola, hay alguien a su lado.

Comienza a ver unos árboles, una manta de picnic, una canasta, vasos, platos, comida, escucha unas risas que le son familiares, voces que también lo son, alguien grita 'Mavi', es Gamze, está ahí con su sobrina sentada sobre la manta, ahora aparece Caner a su lado tratando de darle comida a la niña. Alguien se ríe porque sus padres no logran que coma su comida, es Kaya Erçel, quien está sentado al otro lado de la manta, abraza a Niebla, mientras en su espalda tiene a Noche acostado como si descansara de una larga caminata. Un poco más al centro de la manta, está Azul mirando a Mavi, tratando de entender por qué no come.

- Se ven bien, no? - le dice ella en un susurro mientras Hande sigue caminando.

- Sí, se ven... - responde ella.

- ... felices.

Felicidad es lo que irradian por todos lados.

- Hasta tu padre feliz, porque Mavi lo llena de vida y el verlas felices a ustedes también. Por qué no te unes de una vez?

- Quiero estar ahí, pero algo tengo que decirles antes de acompañarlos.

Extiende su mano izquierda y se da cuenta que es la de una hermosa mujer, muy parecida a ella y a su hermana, la cual le sonríe.

- Tú otra mano - le dice - no tengas miedo, no pasará nada malo.

Extiende su mano derecha y alguien la toma, su piel es suave, conoce esa mano, sin mucho pensar le hace un pequeño cariño en el dorso. Siente que él se acerca y le dice al oído.

- Vamos? - le dice mientras quita el cabello de su rostro'.


Él despierta y ve que no está solo en la cama como siempre. Hoy es diferente, hoy es especial, hoy es... definitivamente, no ha sido un sueño todo lo que ha vivido, 'ella está aquí, en mi cama, conmigo, abrazándome y usando una de mis camisetas', sonríe al pensar en la camisa que él le paso antes de que ella se durmiera, luego de terminar cansados de todo lo que hicieron. No puede dejar de mirarla y sonreír al mismo tiempo, 'que todo fluya, todo a su tiempo, aunque quiero más y no sé como decírselo y pedírselo...', tratando de no moverse, toma su reloj de la mesa de noche, son casi las siete de la mañana, no ha dormido mucho, pero no está cansado.

Con mucha delicadeza le hace cariño en su cabeza, recorriendo el contorno de su rostro y acomodando su cabello qué tan revoltosamente la cubre. Ya terminando de despejar su rostro para verla mejor, ella comienza a despertar. Parpadea un par de veces, levanta su mirada y rostro para quedar perfectamente cerca de él, le sonríe y se mueve unos centímetros para besarlo sin decir una palabra.

- Buenos días - dice ella cuando separa su boca de la de él.

- Buenos días - responde él, aún con el sabor de sus labios en su boca y mirándola fijamente.

- Para que tengas el antecedente, así es como me gusta despertar, lo acabo de descubrir. - dice ella abriendo los ojos.

- Lo tendré presente. - dice él sin quitarse la sonrisa de la boca y vuelve a besarla - también me gusta despertar así, guárdalo como antecedente.

El destino toca a mi puerta: ConociéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora