NENA

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Tenía un plan, iba a ir a trabajar y entonces tratar de alejarme de Ray. No era algo fácil para mí, ya nos habíamos hecho muy cercanos, desde que yo entraba a trabajar, él y yo comenzábamos a hablar y hablar, comíamos juntos, cenamos juntos y me llevaba a casa.

Si me preguntaba la razón le diría que era por bajo rating en la audiencia en mi reality show.

Todos mis pensamientos y planes no fueron necesarios porque Ray ni siquiera me dirigió una mirada, ahora era yo la que quería saber por qué. ¿Ya no quería engañarme? ¿Podíamos seguir siendo amigos?

Ray evitaba hablarme, aunque había cosas del trabajo que lo obligaban a hacerlo, así que sólo se acercaba a preguntarme en un tono amable pero extraño.

—¿Pasa algo? — Me decidí a preguntarle casi al acabar el día, él estaba en la caja y yo le cubrí el paso por completo, no podía huir.

—¿Qué podría pasar? — Me sonrió y comenzó a picar botones en la caja sin sentido.

—¿Por qué has estado evitándome todo el día?

—No lo hice, solo que he estado ocupado. — Seguía moviendo los números y abriendo las funciones.

—¿Iremos a cenar? Yo invito. — La trampa de yo invito me comprobaría si tenía la razón, él nunca se negaba.

— Tengo que ir a ver a mi madre. — Bajó la mirada.

—¿Vas a decirme lo que pasa o no?— Pregunté cruzándome de brazos. — Si quieres decirme es tu última oportunidad, si me dices que no es nada, entonces no volveré a preguntar y será como tú quieras.

Ray parecía tener un dilema interno, suspiró y tragó saliva.

— No quiero problemas. — Se giró hacia mi.

—¿Problemas? ¿Con quién?

—Con tu novio. — Ray parecía molesto. —¿Por qué no me dijiste que ese tipo era tu novio?

—¿Cuál tipo? — Yo sentía que Ray hablaba un idioma completamente distinto, aunque estaba tratando de averiguar si era chino, japonés o Alemán.

—El que vino por ti ayer. — Suspiró pesadamente.

Me quedé pensando unos segundos y después entendí que Edward lo había engañado.

—¿Supones que es mi novio o él te lo dijo? — Lo miré esperando una respuesta.

—Claro que él me lo dijo. — Ray estaba confundido por mi pregunta. — ¿Cómo supo dónde vivía? — Estaba aterrado.

Asentí ignorando su pregunta.
Suspiré molesta, me alejé de él y seguí trabajando. La hora de salir llegó, tomé mis cosas y salí rodeada de mis compañeros para cerrar la tienda. Mientras yo salía, un vampiro estúpido me esperaba recargado en su volvo.

— Hola. — Me sonrió amigable y yo lo miré extrañada.

—¿Quién eres tú y qué has hecho con Edward? — Di un paso atrás.

—¿De qué hablas? — Seguía sonriente.

—El Edward que conozco siempre me hace caras y nunca sonríe. — Saqué de mi bolsa rápidamente una estampa de una cruz y se la mostré.

—Baja eso. — Suspiró, dejó de reír y tomó la estampa arrebatandomela.

—Escucha, Eduardo. — Me puse seria y él hizo una mueca.

—¿Estoy en muchos problemas? — Cruzó los brazos y me miró tiernamente.

—Obvio, no te metiste conmigo o mi reputación… te metiste con mi útero y…

Crepúsculo (LUNATION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora