DESPEDIDA

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Cazar fue fácil, Alice, Edward y Carlisle  me acompañaron, me dieron ánimos y consejos, no sentí que fuera yo más rápida, sin embargo sí lo era, pero no me daba cuenta, hablaba, caminaba y corría más rápido sin siquiera intentarlo. Los ciervos ni siquiera nos sentían, lo pensé por unos segundos, pero Alice le enterró los dientes a uno, di un paso atrás por pensar en el sufrimiento y después sentí el olor, sentí el calor y me avalancé sobre uno, lo primero que hice fue romperle el cuello, no quería que sufriera.

Ya en casa y después de cambiarme porque terminé toda llena de sangre, Emmett se burló de mi porque me tardé mucho, Carlisle le contó por todo el proceso mental que pasé.

—Despues de pensarlo tanto, Emmett. — Le expliqué.— solo pensé en qué era hipócrita de mi parte no querer beber de animales, porque yo no soy vegetariana, como carne todos los días o casi todos, como pollo y esos animales, también murieron para poderme alimentar. — Alice terminaba de peinarme mientras Emmet pensaba mi lógica.

—¿Qué has hecho estos días en casa? — Rosalie pintaba mis uñas y miró mal a Emmett para que me dejara en paz.

— Realmente nada, he ido al hospital a hacer voluntariado y trabajo muy poco, todos quieren que sea muy poco a poco mi integración.

Platiqué un poco más con ellas y debía regresar, dormiría unas pocas horas y entonces los vería en la noche de mañana.

Cuando volví a mi cama, todo estaba normal, dormí un poco y desperté lista para hacer algunas cosas, me tomaba fotos haciendo actividades cotidianas, comiendo, trabajando y comprando algo de ropa, en este lado del universo había adelgazado bastante y las fotos las enviaba a mi teléfono, hice y comí mucho, platiqué con mis padres y jugué con ellos, pero aún así me fui a dormir temprano.

De ese lado no había nadie en la casa, más que Edward.

—¿Todos fueron a acampar? — Le pregunté con ironía e incomodidad.

— Si. — Se rió.

—¿Y por qué tú estás aquí? — Me miró extraño.

—¿Estás molesta? — Se puso serio.

—Mmmmh… — Lo pensé un segundo.  —No. — Mentí.

—¿Mmmhh? — Preguntó insistiendo.

Lo pensé y suspiré con pesar.

—Entiendo que quieras ser amable, pero sabes lo que sentía por ti y no creo que eso sea bueno. — Fui honesta, no podía ni mirarlo a la cara.

—¿Lo que sentías?— Parecía herido. —No entiendo, acaso ahora que has vuelto a dónde realmente perteneces… — Pensaba sus palabras. — ¿Ahora tus sentimientos cambiaron? ¿Has vuelto con alguien de ese otro lugar? — Su tono de voz era triste.

—No. — Me reí. — Pero tú estás con Bella. — Le recordé, su mirada fue de confusión total.

—¿Quién te ha dicho eso?— Intentó acercarse más y lo evité.

—Nadie me lo dijo. — Lo miraba firme, quería que dejara de jugar.

—¿Y por qué piensas eso?— Parecía no entender.

—Los ví. — Le confesé. — Edward, no entiendo a qué estás jugando. ¿Bella sabe que estoy aquí y que desperté? Entiendo que ella no venga por obvias razones, ¿pero por qué estás aquí tú? ¿No deberías estar con ella?

—¿Cómo que nos viste? — Edward seguía intentando acercarse e ignoraba todas mis preguntas.

—Vine dos días antes del accidente y su auto estaba aquí. — Señalé fuera de la casa.

— Ella sólo vino a hablar, conmigo y con la familia… — Explicó.

—Y al día siguiente los ví besandose. — Me reí, él intentaba engañarme. — Edward, no entiendo. — Le expliqué lo que sentía. — No estoy molesta porque hayas elegido a Bella, eso ya lo esperaba, no estoy molesta porque me hayas hecho esperar mucho, si no que me mentiste, no me dijiste tu elección, me ilusionaste y Bella tuvo que decirme que ahora tú y ella estaban juntos.

—Val, no es lo que piensas.

—¿No fue un beso? ¿Fue RCP o algo así? — Me burlé.

— Escúchame, por favor. — Ignoró mis burlas. — Bella y yo nos besamos, sí. — Admitió. — Pero no fue porque hayamos vuelto, fue un beso… de… adiós. —Nos quedamos en silencio durante un largo tiempo. — Bella me lo pidió, quería ver si realmente no sentía nada por ella ya y accedí… — Parecía pensar y de pronto se iluminó su cara con duda.— ¿Bella te dijo que regresamos?

—No, no textualmente, pero… — Dije aún pensando en la situación, en Bella pidiendo un beso y Edward aceptando, estaba sumergida en mis pensamientos. — Que modernos… — Seguía pensando, sin saber qué sentía ¿Un beso de despedida a tu primer amor debía ponerme celosa?

—Le pedí que hablara contigo, por eso estaban juntas el día del accidente. Le dije que te atormentaba lo que piensas que nos quitaste a ella y a mi, pero ella estuvo de acuerdo en hablar contigo y decirte que ella y yo ya no estábamos juntos, que no había problema y que apoyaba eso. — Por fin me tomó en sus brazos intentando que yo lo aceptara.

— Eso explica muchas cosas. — Pensé para mí. — ¿Y… entonces?

—Ella hablaría contigo y después, yo te llevaría a cenar o a acampar, a retomar dónde lo dejamos el otro día. Quizá pelear con otro gigante y entonces pedirte que te quedes a mi lado por mucho tiempo.

—Déjame sola por cinco minutos. — Le pedí y él se alejó lentamente, casi sin querer hacerlo. 

Se fue y yo tuve la mente en blanco. No estaba celosa, un beso de despedida no es para tanto, estaba enojada conmigo, pero a la vez feliz. Si hubiera tenido la paciencia y valor necesario, Bella me hubiera dicho que Edward me eligió, que me amaba a mi y estaríamos felices.

Por otro lado, gracias a ese mal entendido volví a mi casa con mi familia y amigos. Sin embargo no podía estar con Edward… ¿O sí?

— Val. — Edward interrumpió mis pensamientos. —Debí ser directo y lo siento. — Quedamos frente a frente. — Nunca sabrás el dolor de verte en el hospital y también verte convertida. — Realmente le dolía. — Debí dejarte ir con tu familia, pero fui egoísta, quise retenerte sin consultartelo, sin tomarte en cuenta porque tú ya habías expresado que querías ser humana.

—No digas eso, soy humana. — Le recordé. — Al menos en el otro lado.

—Y me alegra, me alegra que puedas elegir. — Parecía aliviado, sonrió de lado. — Yo estoy bien, me alegra que te vayas y espero que en algún momento me mandes una foto de tu familia. — Me abrazó muy fuerte. — Eso me haría muy feliz. Que logres graduarte, como querías. — Se alejó unos centímetros sin soltarme. — ¿Será egoísta y descortés pedirte un último beso?— La máscara se le cayó, su rostro tenía tristeza, anhelo y mucho dolor. Se acercó a mis labios y yo giré la cabeza para evitarlo.

— No. — Edward me soltó lentamente y dió un paso atrás.

—Perdón si te incomodé. — Dijo con sinceridad y vergüenza.

— No quiero darte un beso de despedida, porque no me quiero despedir de ti. — Me arrojé a sus labios, este beso era diferente, en sensación, era sin cuidado, con amor y cálido. Me alejé de él. —De dónde vengo las relaciones a distancia están de moda.













Crepúsculo (LUNATION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora