RENUNCIO

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Los Cullen se acercaron mucho a Edward poco a poco, lo animaban y también se llevaban bien con sus padres. Pero Edward me odiaba, no se acercaba a mi.

Soy la persona más terca del planeta, no me alejaba del hospital y menos de Edward, si no me permitía estar en su fisioterapia, entonces yo iba a su habitación a darle su comida, supervisarlo y aunque no quería hablar conmigo, yo entraba hablando con él mientras me ignoraba, tenía aproximadamente de 30 segundos a un minuto para hacer mi rutina de stand Up y lograr hacerlo reír para enamorarlo. Claramente no era fácil, era un público difícil.

Edward con los días me miraba, aunque no me dirigía la palabra hasta que un día estaba muy cansada, no había dormido nada en dos días a causa de los exámenes y proyectos finales y cuando fui a dejar la comida, darle nuevas sábanas y conectar la televisión, no tenía nada en la cabeza, solo estaba cansada y quería llegar a mi casa a dormir.

—¿Estás bien? — Escuché la voz de Edward dirigiéndose a mí , rompiendo el silencio mientras yo enchufaba la televisión y conectaba el cable.

—Sí. — A lo mejor era muy educado, la verdad me veía horrible, creo que ni estaba bien peinada.

—Te ves muy cansada. — Me dijo moviendo la sopa que tenía frente a él.

— Lo estoy. — Suspiré con pesar.

—¿Por qué no descansas? Me dijiste que esto es voluntariado, puedes faltar uno o dos días, no te pagan por estar aquí, lo que haces lo puede hacer alguien más, no importa. — Dijo evidenciando la situación, y de pronto exploté en llanto. Pensé que sólo no admitía que quería estar cerca de mi por orgullo, creí que me necesitaba, pero al parecer no. Verme o no verme no significaba nada para él. — ¿Dije algo malo?

—No. — Seguí llorando. — Solo me di cuenta que tienes razón, no soy importante. — Le di el control a Edward que me miraba confundido, salí de su habitación y por los pasillos me encontré a Carlisle.

—¿Estás bien? — Me tomó entre sus brazos y yo negué con la cabeza.

— Es que estoy muy cansada, pero vengo a verlo, cuidarlo a esperar todos los días que se acuerde de todo y sólo recibo indiferencia y ni una palabra. — Seguía llorando. — Pensé que aunque sea podríamos ser amigos, ni siquiera cercanos, solo amigos cordiales, que me sonriera y que me diera los buenos días.

—No tiene justificación, pero él…

—Pero ni siquiera le importa si soy yo la que le lleva la sopa o le cambia la sabana, no le importa, no tiene ningúna clase de conexión o empatía conmigo. — Suspiré profundamente tratando de calmarme. — Estoy muy cansada y creo que me merezco unos días para mí. — Ya que había presentado los exámenes.

—Te extrañaremos, pero primero está tu salud, parece que no has dormido y eso también te quiebra mentalmente. — Explicó. — Deja a Edward tranquilo, cuando le lleguen los recuerdos y cuando sepa quién eres, él irá contigo. No debes solo cuidar de él y de nosotros, cuida de ti, preocuparte por ti y enseñarte de ti.

Asentí y fui a despedirme de todos los Cullen, después fui con mi jefe y le dije que no iría más al hospital. Después de hablarlo por varios minutos, el doctor aceptó y llamó a todos mis compañeros que me dieron un abrazo de despedida.

Cuando llegué a mi casa me quedé dormida por varias horas, solo me levanté a comer y volví a dormir hasta que me levanté a la universidad. Mis amigos en la universidad eran muy lindos, aunque me excluían de varias cosas porque siempre decía que no, ya que prácticamente yo vivía en el hospital. Pero ahora les tomé la palabra y me fui con ellos de fiesta, me divertí mucho y las palabras de Carlisle me hicieron sentido, también debía cuidar de mi. No me había divertido por mi misma, si veía felices a los Cullen entonces yo también era feliz, pero sin los Cullen no tenía nada, salir con amigos, dormir por varias horas y estar con mi familia también era cuidar de mi.

Crepúsculo (LUNATION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora