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HAPPY BIRTHDAY TO ME, ASSHOLE

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HAPPY BIRTHDAY TO ME, ASSHOLE

LYRA.
Hoy, precisamente hoy.
Felizmente hoy no tenía los ánimos por los suelos, estaba algo más animada de lo normal, aunque, preocupada sin duda. Ese día que salvamos a Annette y Caroline, quedamos en un acuerdo. Annette tuvo la suerte de una en un millón de convertirse, ella insistió en que necesitaría un entrenamiento como una recién transformada y quería que fuera yo quien la ayudara, acepte sin problema alguno. Caroline, por su lado, no se había transformado, ella seguía siendo cien por ciento bruja afortunadamente.

Hoy es un día diferente, podía sentirlo. Hoy era siete de mayo, mañana por fin cumpliría diecisiete años y estaba algo emocionada por eso, debía admitirlo. Sigo sin hablarme con James, sigue ignorándome pero estoy aprendiendo a ignorar esa actitud suya. Ahora, Orion y yo estábamos en el patio esperando a que los demás llegaran.

— En sólo dos semanas terminamos las clases —comentó Orion.

— Si, una lástima que las pasare en la escuela —suspire.

— Podrías venir a acampar con nosotros, no nos molestaría tener tu presencia allá —Orion sugirió, negué.

— No te preocupes, tal vez vaya a la casa de Camille algunos días —le dije.

— Oh, claro —asintió.

— ¡Llegamos! —Jackson dijo mientras se acercaba con los demás.

— Al fin —les dije—. Ya era hora.

— Estábamos un poco... ocupados —comentó Camille.

— Anne, ¿estás lista? —le pregunté.

— ¿Lista para qué? —Jackson preguntó.

— No seas metiche, Jack —Anne le dijo a Jackson, él frunció el ceño—. Y si, estoy lista, vamos.

— Nos vemos después —ambas nos despedimos y nos fuimos.

— ¿Aún no le dices a Jackson? —le pregunté a Annette, negó.

— No, estoy esperando el momento para decirle —respondió.

— Entiendo, ¿no ha notado tu anillo? —le pregunté.

— Para nada, por suerte —respondió mirando su anillo.

— La primera cosa que tienes que saber sobre los vampiros es la hipnosis, debes tener cuidado al practicarla —dije deteniéndome.

— ¿Yo decido cuando usarla? —me preguntó.

— Si, por ejemplo —tome mi botella y la deje unos dos metros lejos de nosotras—. Yo te miro a los ojos y te digo la hipnosis. Tú, Annette Lee, me traerás esa botella con sangre que está a dos metros de nosotros.

— Te traeré la botella —murmuro Annette, se alejó y trajo la botella de vuelta, reaccionó—. ¿Que me pasó?

Estaba tan sorprendida como ella, ¿la había hipnotizado? ¿Cómo? Se supone que los vampiros no hipnotizan a otros, hay algo detrás de esto.

— Hipnosis, por alguna razón, puedo hipnotizarte pero no puedes hacerlo con otros vampiros —le expliqué—. Lo segundo es la velocidad, los vampiros tienen una velocidad increíble y pueden usarla tanto para su beneficio y otras cosas.

— Entiendo, pero eso lo he visto de Jackson un par de veces —dijo ella.

— Lo siguiente es la audición. El oído de un vampiro es mucho más "fuerte" en algún sentido, somos capaces de escuchar a metros de distancia sin problema, pero es recomendable beber sangre para una mejor función en sí —le dije, asintió—. La sangre nos fortalece, hemos encontrado la forma de cambiar la sangre humana por la de animal, ambas son bastante poderosas en todos los sentidos y nos ayuda mucho.

— Entonces, da igual si tomó sangre humana o sangre de animal, el resultado es el mismo —Annette razono, asentí.

— Exacto, por último, debes saber que la verbena nos daña, las estacas o cualquier cosa de madera que se nos entierre en el pecho nos hará morir al instante, no puedes sacarte el anillo de día y no es sugerido transformar a alguien por mucho que lo quieras —finalice.

(...)

Al fin, ya era ocho de mayo.
Tengo diecisiete años por fin, espere tanto para esto, aunque me siento igual. ¿A quien le importa? ¡Tengo diecisiete!
Me puse mi uniforme y tome mi mochila para después salir de la habitación cerrando la puerta detrás de mí. Parecía como si estuviera escupiendo arcoíris por todas partes, ni yo misma podía reconocerme ahora.

Baje a la sala de estudio con esperanza de encontrarme con Camille, Orion, Caroline o Ethan, pero ninguno estaba allí, muy sospechoso de su parte, pero no importa. Decidí ir a la de los vampiros, así que salí de ahí y me dirigí al departamento de al lado, entre sin problema alguno y pase directamente. Nadie, Jackson no estaba allí, ningún vampiro estaba ahí en realidad. Salí de ahí para ir a mi última opción, el departamento de los lobos. Entre y pase directo a la sala, la única persona que conocía que estaba allí era James, quien claramente ni siquiera noto mi presencia. ¿Cómo es posible que ninguna de las personas a las que realmente les importo no estén en ningún lado?

Me fui de allí algo molesta, las únicas personas que han estado conmigo desde que llegue (a excepción de James, sigue molesto) ni siquiera están en mi cumpleaños, el único día que me gusta del año. Entre a la escuela y me dirigí al salón de mi primera clase, después de todo, creo que estaría sola aquí.

(...)

Desayuno, nada aún. ¿Cómo esos idiotas no estaban por ningún lado? Es imposible que no estén en la escuela, Camille se moriría si se pierde alguna clase a fin del semestre. Jugaba con mi plato de frutas, me preocupaba el saber donde demonios estaban los demás, sé que no desaparecerían de la nada y necesitaba descubrir donde estaban.

— Feliz cumpleaños —alguien dijo sentándose frente a mí.

Era imposible, realmente imposible, ¿no?

"Deberíamos alejarnos un tiempo."

Levante la vista de mi plato lentamente, James estaba ahí tomando de un vaso de jugo mirando a otra dirección. Fruncí el ceño confundida y a la vez agradecida.

— Gracias —murmure—. ¿Que haces aquí? Creí que no me hablarías...

— La vida es corta, el día también, estoy reconsiderando mis palabras —respondió sin mirarme.

— Claro... umm —lo mire.

No habían cambios en él, claramente, no iba a cambiar en menos de un mes. Mire detrás de él y alrededor, nada sospechoso al parecer, significa que no es nada malo.

— ¿Que haces? —me preguntó frunciendo el ceño.

— Viendo si es una broma... ¿donde está la cámara? —arquee una ceja.

— ¿Por qué sería una broma? —dijo.

— No importa —murmure.

— Me parece raro que creas que es una broma, ¿por qué te haría una broma? —preguntó irónicamente.

— ¿Venganza? —sonreí nerviosa.

— No soy de venganza, recuerda eso —murmuro.

No estaba segura de porqué James me hablaba repentinamente, me parecía extraño. Pero bueno, feliz cumpleaños para mí, idiota.

𝐓𝐑𝐈𝐁𝐑𝐈𝐃 #𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora