Lena:
Un mes exacto había pasado desde que Kara me había traído a vivir con ella, un mes completo de principio a fin, donde la había odiado, había sentido compasión de ella y la había terminado estimando. Se me había hecho costumbre tenerla fastidiando a mi lado, o incluso solo buscándome para recibir algún mimo, tanto así que cuando tenía que trabajar hasta altas horas de la noche y no llegaba a recostarse a mi lado, me costaba infinidades dormir.
A veces se me hacía imposible creer lo rápido que había pasado el tiempo, tanto así que parecía imposible que solo faltara un mes para mi cumpleaños y unos cuantos días para que los padres de Kara retornan a su hogar y volvieran a la normalidad. Quizás esto nos daría tiempo para reinventar nuestra mentira, de fortalecer puntos y quizás, establecer hasta donde queríamos llegar con esto.
Esa noche en especifico, me tocó estar hundida en el trabajo. Kara habia llegado justo a las 21:20, completamente enojada con el incompetente de su jefe de marketing que no habia sido capaz de formular una campaña atractiva y potente para promocionar los paquetes de verano en los que estaban inmiscuidos las ofertas del verano siguiente.
A esas horas yo había comido algo para amainar el hambre de una extensa jornada de estudios, y desde entonces había estado en la habitación leyendo unos textos para poder resolver unos cuestionarios que valdrían el 10% de la calificación total del curso. La madre de Kara había venido a verme en varias ocasiones para ofrecerme algún picoteo o algo de beber para amenizar mi tarde.
Ahora ella se encontraba sentada en la cama, a mi lado mientras leía el cuarto texto de la tarde.
-¿Kara ya llegó? - Pregunté sin apartar la vista de las hojas, subrayando las frases importantes.- Ya deben pasar de las 20:30, y ella no suele llegar tan tarde.
Ella respondió.- No, llamo que tenía un problema dentro de la oficina y que llegaría tarde.- Solo asenti con un extraño pesar por el hecho de saber que no llegaría.- ¿Como lo haces Lena? - Pregunto.
-¿El que?
La mire curiosa, dejando completamente en el olvido mis actividades. Los ojos de la señora Zor-El me miraban con cierta esperanza, quizás con esa misma esperanza y emoción que me miraron el mismo día que me conocieron, ella me seguía mirando como si yo estuviera salvando a Kara.
-¿Cómo haces para soportar las llegadas tarde? ¿El exceso de trabajo? - Ella dudo en hacer la siguiente pregunta.- ¿Cómo haces para competir con el trabajo de Kara?
Torcí mi cabeza con curiosidad.- La verdad es que desde que yo llegue acá, ella se ha volcado en conseguir mi bienestar, de hecho, esta será la noche en la que llegará más tarde.- Respondí.- Desde hace un mes que Kara no pasa más allá de las 18:30 en la oficina, y si por alguna razón debe quedarse un poco mas, reclama y amenaza que va a despedir a idiotas incompetentes.- Sin querer, una sonrisa apareció en mis labios, recordando todas las veces que ella había llegado reclamando.- Desde que estoy acá nunca he tenido que competir con el trabajo de Kara, de hecho, ella me ha dejado ayudarle dentro de lo que puedo cuando tiene mucho trabajo.
La sonrisa de la mamá de Kara me conmovió, por alguna razón, ella había adquirido ese tierno brillo que la misma hija tenía para cuando conseguía algo o cuando le daban una noticia linda. Ella se acercó a mí, posando sus manos en mis hombros y sus labios sobre mi cabeza.
-Gracias por estar para mi hija.- Susurro.- Gracias por hacerla feliz, porque esa adoración con la que te mira no deja dudas, deja solo la opción de pensar que lo suyo es verdadero amor.- Mi corazón se estrujo, y ni siquiera se por que.- Ella te mira como si de verdad fueras lo mas lindo de su vida, ella te mira con adoración, te mira como si fueras esa lindo tesoro que ella quiere cuidar de por vida, y nunca había visto a mi hija mirar a alguien de esa manera.- Sus manos seguían acariciando mis mejillas con calma.- Eres la luz de la vida de mi hija, y no me alcanzara la vida para agradecerte lo mucho que eres.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...