Kara.
Un par de semanas habían pasado desde mi entrada a la cárcel y aún los titulares de cada noticiero parecía querer regodearse al exponer mi rostro, acosar a mi esposa, ortigar a mi familia y amigos. Estaba harta de hacer eso sin poder defenderme, estaba harta de ver sus lágrimas de tan lejos sin tener la posibilidad de borrarla con dulces caricias y besos. Me odiaba infinitamente por ser la causante de esa tristeza y me aborrecía al saber que cuando crecieran, mis pequeños verían vergonzosamente, que una de sus madres había sido este ser despreciable.
-¿Qué pasó, princesa? - Se burló una de las presas a mi lado.- Cada vez que sale esa niña en la televisión pareces volverte gris y apagada.
-Es mi esposa.- Confesé.- Ella es mi esposa y mientras estoy acá, tiene que lidiar sola con mis hijos, llena de gente que la acosa.- Suspiré pesadamente.- Es detestable.
La mujer que había llegado hoy a mi celda me miraba con cierta lástima.- ¿Es verdad? - Cuestionó ausente.- ¿La compraste?
-Si.
-Te sugiero que no lo admitas frente a nadie más.- Respondió ausente, como si aún estuviese analizando la idea de juzgarme por mi crimen.- Si te atreves a admitirlo, no tendrán compasión de ti. Terminarán por matarte porque eso es lo que hacen con las personas que llegan por crímenes sexuales contra menores.- Su mirada ausente volvió a la televisión.- Y a juzgar por esos mellizos, tú si consumaste con ella.
-No es lo que crees.
-¿A no?
Negué.- Estamos enamoradas, nos casamos estando completamente enamoradas.
-¿Y quién asegura que no es parte de un síndrome demasiado desarrollado por la falta de contacto con la sociedad? - Susurró.- ¿Alguna vez has escuchado sobre el síndrome de Estocolmo?
Volví a negar.- La compré con la intención de que me ayudara en algo, solo un año, mientras tanto, ella estudiaría y se especializaría para poder tener herramientas para valerse por sí misma cuando todo acabase.- No pude evitar sonreír cuando recordé todos esos altibajos que habíamos enfrentado y las muchas veces en que la miré desde lejos, intentando encontrar ese mismo cariño que había crecido tan rápido en mi pecho.- No sé cómo rayos pasó, pero me enamoré perdidamente de ella y ella lo hizo de mí. Edificamos una historia hermosa que se vio opacado por un inicio turbio que no tuvo más remedio, porque la verdadera gestora de esa red es una especie de serpiente venenosa que se oculta en las sombras.- Miré con cierto pesar a la mujer mayor que me miraba desde su camarote.- Ella nunca fue mi prisionera, desde hace mucho tiempo que podía irse si lo deseaba y nadie quiere escucharme.
-Yo te escucho.- Susurró conmocionada.- Y te creo, pero si quieres salir viva de acá, no digas nada.- Sus ojos tristes parecían haber tomado una tonalidad diferente, como si estuviera realmente dolida.- Las presas no son condescendientes cuando se les ocurre condenar a alguien.- La historia de sus facciones parecía ser algo jamás contado.- Aquí no importa la justicia de afuera. Si llegaste hasta acá es porque eres culpable hasta que se demuestre lo contrario y ellas te tratarán como culpable.
-Quizás sea lo mejor, ¿sabes? - Alcé la voz cuando esos pensamientos terminaron por convertirse en una bruma espesa en mi cabeza.- Ella no me dejará, aunque tenga que pasar años acá.- Pensándolo bien, eso del divorcio había sido una pérdida de tiempo, cuando Lena me había dicho claramente que no lo firmaría.- Quizás sea bueno que esas presas me consideren culpable, así que me matan y mi esposa no pierde la vida esperándome.
Lena siempre estaría condenada a ese fantasma que estaría tras las rejas por años, seguiría esperando en la misma casa, seguiría en las visitas semanales y solicitando visitas maritales una vez al mes para poder abrazarse y besarse. Lo sabía, sabía que Lena sería miserable por el resto de su vida, mientras ambas esperaban la indulgencia de ese primer error. No quería que Lena fuese miserable en absoluto, yo quería que ella amara, riera fuese feliz; aunque en realidad, eso significara que la dejará partir de alguna forma.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...