Capitulo 24.- Regalo de Cumpleaños.

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Lena:

No me gustaba para nada verla así, era como un fantasma agazapado en la cama de invitados, hecha un ovillo, aferrada con fuerza el almohadón y mirando hacia todos lados, probablemente, buscando algún indicio de que Kara, el doctor o incluso yo quisiéramos hacerle daño. Imra Ardeen se había transformado en un espectro, un fantasma que apenas daba la talla de quien era antes.

El corazón se me terminó por romper cuando ella se durmió, aun alerta, aun esperando el más mínimo detalle para poder atacar. Apenas pude poner un grueso edredón sobre su maltratado cuerpo, intentando darle esa sensación de tener un hogar, de tener un lugar seguro.

La primera noche no pudimos hablar con ella, pero si pudimos hablar con su médico.

-¿Como esta? - Pregunté apresurada, sintiendo las manos de Kara apretar mis caderas en ese omiso signo de apoyo.- ¿Que es lo que tiene? ¿Como está su bebe?

-Calmate pequeña.- Intento tranquilizar el doctor.- Su estado de nutrición no es muy bueno y claramente tiene signos de haber sido avisada.- Explico con cierto pesar.- Su bebe tiene cerca de 4 semanas, está en perfectas condiciones hasta ahora, pero...- Tomo una respiración  pesada.- Deben tomar muy seriamente el nivel de desnutrición dentro del segundo mes o el feto se puede desarrollar con diversas dificultades o anomalías.

-Yo me preocuparé de eso doctor.- Kara intervino oportunamente, y yo se lo agradeci, porque de lo contrario, terminaría por preguntar cualquier idiotez.- Necesito que me haga una receta con todas las indicaciones es con respecto a las medicinas que debe tomar y las indicaciones con respecto a su dieta para poder dársela a alguna de los cocineros.

-¿Tu eres la madre de ese bebe Kara?

La pregunta del doctor me hizo eco, se suponia que nadie sabía la condición de mi novia, pero ese doctos había hablado con tanta familiaridad sobre la maternidad de Kara, era como si el hombre estuviera consciente de la posibilidad de que esos dicho fueran verdad.

-No, no soy tu madre.- Respondio ella con soltura u naturalidad, y yo me sentua completamente fuera del lugar.- Pero cuidate de ella como si lo fuese.- Esa declaración me hizo enternecer, ella de verdad tenía un corazón de oro.- Es la mejor amiga de mi prometida, así que la cuidare como si fuese mi hermana.

El hombre sonrio con dulzura y sin decir nada, extendió un sinfín de papeles a Kara, quien los ojeo para luego guardarlos en el bolsillo de su abrigo. Y tan pronto como se despidió del doctor, ella salio en dirección a alguna de las plantas de cocina para (probablemente) dar las instrucciones de alimentación que debia seguir Imra, y, quizás, dar la orden de comprar los medicamentos correspondientes, aunque fuese casi medianoche.

De pronto, toda la atención del hombre estaba puesta en mi, como si intentase leer un trasfondo en una situación que solo el comprendia. El era un iombre que bordeaba los 40 y tantos años, bastante alto y guapo, a decir verdad, el era guabpo; había en el, uan extraña complicidad con Kara, pese a que tenían una diferencia de edad bastante considerable.

-¿Y tu pequeña? ¿Piensas tener hijos?

Me apunté a mí misma.- ¿Yo?

-Si, tu.- No era como si me estuviese coqueteando, pero si era un afán de molestarnos.- ¿No que eres la prometida de Kara?

-Si...si, y...yo soy la prometida de Kara.- El sonrojo me había atacado de la nada.- Pero... pero no...no hemos hablado de eso.- Sin querer empecé a apuntar mi abrazo, como si el pudiese comprender lo que quería decir.

Asintió.- Ya veo, tienes el dispositivo subcutáneo.- Asenti de manera torpe, dándole la razón a su conclusión.- De todas maneras, no confíen mucho en el, a veces puede fallar antes del tiempo previsto.

La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora